Las costillas me dolían, no te lo iba a negar.La mujer detrás mío apretaba más la prenda, halando del lazo y apretujando más mi torso.
Dicen que la belleza duele, pero las mujeres de este siglo lo llevaban a un nivel extremo; la depilación con cera no se comparaba al dolor que te daba el corsé.
Sonreí a la mujer en cuanto me ayudó a poner el extraño aparato en mis caderas. Si no estaba mal, esta cosa me la hicieron poner también en mis quince años.
—El corsé y el guardainfante lucen muy bien en usted, señora. Le resaltan la figura.— Asentí como muestra de amabilidad y para que no se notara mi gran desagrado.— ¿De qué color le gustaría su vestido?
—El que sea está bien.— Hablé, aunque estuve tentada de decirle "rosa chillón o verde semáforo" para molestar pero me contuve.
La señora salió del vestidor y aproveché para verme en el espejo. Tenía unos pantalones blancos que me llegaban a la rodilla y abajo del corsé una camisola larga también blanca, que se supone era ropa interior. A mi cadera, ajustado el aparato extraño con círculos.
Quise ponerme cómoda encorbandome pero me era imposible con el corsé y un quejido salió de mis labios.
La misma señora de antes, no tardó en llegar al vestidor sosteniendo en sus manos un vestido no muy lejano a los colores que había pensado para fastidiar.
—¿No es bonito?— Orgullosa de su creación levantó el escandaloso y pomposo vestido de amarillo semáforo. Asentí, no tan segura.
Si lograba quedarme con ese vestido lo usaría en halloween para hacer cosplay de Bella.
—Está hecho de brocado y seda.— Y como si fuese un secreto, se acercó con una sonrisa que no pude descifrar.— Lo hice a un estilo francés.— Soltó una ligera risita y para no hacer el asunto más incómodo, me reí junto a ella, recibiendo un ligero golpe en el brazo por su parte.— Hoy en día es casi una obligación vestirse bien ¿Y qué mejor que vestir igual que la realeza francesa.— soltó otra risita.— ¿Sabe? Tengo contactos con gente en la gran Francia y me dicen que esto es lo común allá entre los nobles y no esa ropa triste que viste la mayoría aquí.— Asentí, dándole el chance de desahogarse a la señora. Si le dijera que la mitad de mi ropa es de colores neutros se le baja la presión seguro.
Minutos más minutos menos, no tenía idea, pero la señora me había ayudado a colocarme el vestido mientras se quejaba de ser una mujer incomprendida en pleno siglo XVII aburrida de los ideales sobre la moda femenina.
Ahora, mi cuerpo estaba decorado por el pomposo vestido ajustado vilmente al torso con lazos de seda que resaltaban mi busto, cosa que me sorprendió porque hasta pareciera que fuera una copa mayor. Diablos.
Descansé mis manos en el regazo mientras me observaba en el espejo, sintiendo el extraño aparato circular por debajo. Sentía mayor libertad entre las piernas, tanto podría estar haciendo la postura del árbol y nadie se daría cuenta. Y a pesar de sentirme como un bollo amarrado por todos lados, el reflejo que veía de mi se veía bonito. Me miré con aprobación.
En todos los siglos soy hermosa, no veo dudas.
—Hay que hacer algo con ese cabello...— La escuché decir y con pánico, atrapé este entre mis manos, sonriéndole a la señora.— ¿Le molestaría si le corto lo raro?— Señaló la parte teñida y yo obviamente asentí. Si llegaba de la nada a la casa con el cabello cortado mi única excusa sería estar tan borracha como para olvidarlo y a nadie le agradaría eso, menos a papá. La señora suspiró.— ¿Me deja hacerle un peinado? No soy peluquera pero a mí hija antes de casarse la peinaba todos los días.
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sky ;; Lee Minho
Fanfiction"-Aunque no estemos juntos, solo me basta mirar el cielo para sentir tu cercanía."