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-¿Segura que estás bien?- Minho preguntó por milésima vez, entrando conmigo a la habitación que ocupaba con las puertas abiertas.- Margareth me comentó que tenías ligeros mareos ¿No quieres ir con un doctor?

-Estoy perfectamente bien.- Lo frené, desengánchando mi brazo con el suyo y mirándolo.

Estaba bien.

Él tenía que estar bien.

-¿Tengo algo en el rostro...?- Preguntó dudoso y toqueteándose la cara con una mano. Negué, tomando dicha mano entre las mías.- ¿Sucedió algo mientras no estaba? Aparte de tus mareos, digo.

-Te extrañé.- No pude morderme la lengua y simplemente solté, mientras lo abrazaba importándome una mierda ser recatada y el espacio personal.

Y una mierda si me ven abrazándolo en mi habitación, es mi supuesto prometido me pueden chupar bien las-

-Yo también.- Contestó, devolviendo el abrazo y apretándome a él.

Reí, sintiendo mi rostro enrojecer y aproveché la posición para esconder mi vergüenza en su pecho, tan querido él.

Dios mío, perdóname por pecar y no decir que extrañé más su propio pecho que a él.

-No deberían de estar así antes del matrimonio.- Me separé de Minho al escuchar la molesta voz de Seungmin.- Tienen suerte de que su relación no me importe.

Sentí a Minho despegarse de mi y carraspeó, yendo literalmente al otro extremo de la habitación, simulando que la tela de la cortina era super entretenida.

-Madeleine, creo que tenemos una conversación pendiente.- Se adentró a la habitación, siendo de inmediato visto de mala forma por Minho.

-No es correcto que estés en la habitación de una dama.- Habló severamente y Seungmin río.

-Tampoco es correcto que tú lo estés, Min.

-De hecho no es correcto que yo esté aquí con ustedes dos. Me voy.- Intenté escapar de Seungmin, pero como si estuviera desesperado-y creo yo que lo está- nuevamente tomó mi antebrazo, impidiéndome salir.

-Considera nuestra conversación, por favor.- Pidió.

-Necesita descansar, Seungmin.- Minho se metió, tomando su mano y quitándola de mi brazo.- Será mejor que te vayas.

Seungmin ni siquiera respondió, simplemente miró a Minho y bufó cuando vió que no le permitiría cruzar otra palabra conmigo, al menos por ahora. En un segundo, solo estábamos Minho y yo en el lugar.

-¿Seungmin te está causando problemas?- No demoró en preguntar y yo reí.

A este punto no sé quién le estaba causando problemas a quién.

-¿Eso crees?- Bromeé un poco con él mientras sonreía, rápidamente devolvió el gesto, relajando su rostro.

-Lo que creo yo es que lo hartaste.- Reí, asintiendo.- Debí suponerlo.

-Dió justo en el clavo, caballero.- Jugueteé un poco sin borrar la sonrisa.- No hay hombre vivo en la tierra que logre seguirme el ritmo.

-Pero si algunos capaces.- Musitó de forma extraña.

Tan extraña que me hizo mirarlo más de la cuenta y lo ví.

Sus ojos me miraban de otra forma.

-Bien.- No supe qué decir y no quería hacerlo incómodo, simplemente tomé un poco de distancia.

-Bien.- Repitió, sentándose en el sofá.- Sé que te había prometido ir a la playa cuando regresara, pero creo que de verdad tendremos que aplazarlo más.

sky ;; Lee MinhoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora