Si antes creí que las cosas no podrían ponerse más raras estaba equivocada.—¿Ni una?
—¡De verdad!— Volví a exclamar, tirándome en la madera.
Habíamos llegado a una casa que supuse era la del tipo y por mis pocos conocimientos, esta estaba construida por barro y madera, sorpresivamente teniendo un cálido interior.
—¿De verdad no tiene ni una vaca en su hogar?— Volvió a preguntar y yo negué.
A lo mucho en mi vida había tenido pollitos, pero no más de eso.
Escuché al castaño suspirar frustrado y me levanté para verlo.
—¿Y tus vacas? A ver, muestralas.— le desafié. Min bufó.
—Le pedí de favor que no me tutease.— Evadió la pregunta y lo señalé victoriosa.
—¡Lo ves! ¡Me cambiaste de tema!— Acusé.— A ver, tus vacas.
—¡No tengo!— Confesó— ¡No tengo! ¿Contenta?— Espetó levantándose del piso, fulminandome con la mirada.
Aguanté todas mis fuerzas el no burlarme por lo fácil que se estresaba. En total desde que llegamos había explotado unas tres veces y solo porque le hablaba de tú y admito que era divertido hacer enojar a alguien más que a papá.
También, había pillado que tiene la manía de tocar un anillo en su anular cada que pierde la paciencia, como ahora, haciéndome soltar una carcajada.
Estaba perdida pero al menos sé que llorar no es mejor que sacar de las casillas a un desconocido.
—¿De qué se ríe?— No respondí pues, de verdad me causaba gracia la situación.— Padre mío, esta mujer es un reto...— Tomó un poco de aire y se ensanchó las manos en la cadera, viéndome seriamente.— ¿Cuántos cuartos tiene tu hogar?
—Tres.— Respondí, intentando no desesperarlo más por ahora.
—Entonces, vives en una casa con tres habitaciones pero no tienes vacas.— Asentí.— ¿Ni una oveja?— Negué.
—¿Por qué debo de tener animales? A papá no le gustaban y no me dejaba ni tener un perro.— Reflexioné, recordando la vez que me quisieron regalar un chihuahua y papá me tiró la mirada de "no, en mi casa no."
—No sé de lo que está hablando, honestamente.— Le sonreí en consuelo.
Bien, basta de juegos.
— Sé que pasé la vergüenza de mi vida llorando frente a ti y-
—Usted.— me corrigió.
—Eso.— Le di la razón.— y que todo lo que digo no tiene ni el mínimo sentido para usted pero sí para mí. Y no me trate de loca porque estoy segura de que lo parezco, pero no lo soy.— Advertí mirándolo.— Vengo de un lugar muy lejos y diferente.— Expliqué.
—¿Me está diciendo que es extranjera?— Preguntó.— No sabía que los extranjeros eran tan peculiares...
—¿me estás diciendo rara?— Le pregunté ofendida.
—Pues tiene una casa de tres habitaciones, no tiene vacas y tiene esos pobres ropajes encima que no llegan ni a ropa interior.— Refunfuñando me abrigué con la túnica, mirándolo mal.— Eso es muy raro.
Casqueé la lengua, sabiendo que está conversación no llegaría a nada y mirando el anillo negro en mi dedo, esperanzada que luego de cada parpadeo vuelva a brillar.
Pero nada.
—Mire señorita...
—Mady.— Recordé que no le había dicho mi nombre, ya cansada de la formalidad de este siglo.

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sky ;; Lee Minho
Fanfiction"-Aunque no estemos juntos, solo me basta mirar el cielo para sentir tu cercanía."