Prólogo.

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Mikey no había muerto; logró escapar de la explosión, aunque una profunda herida en su abdomen le hizo perder mucha sangre. Arrastrándose con gran esfuerzo, consiguió salir de la zona peligrosa.

Intentó llegar hasta ellos, pero no tardó en perder la conciencia y caer al suelo, golpeándose la cabeza contra algo muy duro. Poco después, un auto se aproximó y sus ocupantes recogieron su cuerpo inerte.

Un matrimonio que pasaba por el lugar lo llevó a su casa, decidido a curar sus heridas, que empeoraban rápidamente. Primero le limpiaron las heridas con paños empapados en alcohol y hierbas medicinales; luego, las vendaron, dejando algunas hierbas sobre las áreas afectadas.

Días después, al ver que las heridas empezaban a sanar pero él seguía sin despertar, decidieron llamar a una ambulancia para que recibiera la atención médica adecuada.

Lo trasladaron al hospital más cercano, donde, tras varios exámenes, los médicos diagnosticaron que había caído en coma. Debido a la gravedad del golpe, la recuperación podría llevar mucho tiempo.

Los doctores intentaron contactar a sus familiares, pero no encontraron ningún documento ni teléfono móvil que pudiera ayudarles a localizarlos.

Después de dos años postrado en una cama fría, solo y sin compañía, Mikey finalmente reaccionó, gracias tanto a la medicación que le administraban como a su excelente estado físico. Pronto comenzó a recuperarse y decidió buscar a su familia. Su hermano Nelson había tomado el control durante su ausencia, pero cuando Mikey regresó, Nelson le cedió nuevamente el liderazgo. El resto de la familia también se enteró de su retorno, pero guardaron silencio por respeto a él.

Mikey descubrió que su amada, Antonella, se había casado tras esperar un año y medio su regreso, y que había dado a luz a un hermoso niño, fruto del amor entre ellos.

Antes de ir a buscar a Antonella y a su hijo, Mikey decidió retomar el control de sus negocios, informarse sobre todo lo sucedido durante esos años, y averiguar el paradero de su amada.

Al llegar a Madrid, la observó detenidamente durante un tiempo hasta que, finalmente, decidió encontrarse con ella.

Antonella se sorprenderá al ver a Mikey vivo, en carne y hueso, frente a ella.

Él, por nada del mundo, ni siquiera por su actual marido, permitirá que se aleje, ni ella ni su hijo.

Todo esto desatará una guerra llena de pasión, engaños y puro deseo.

Adicto Deseo [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora