— ¡Por fin llegaron! — Camila corrió hacia nosotros con los brazos abiertos.
— Camila — reí feliz abrazándola.
Habíamos llegado a Italia, el trayecto había sido sumamente tranquilo debido a que Mike se la pasó durmiendo y comiendo nada más. En mi caso, yo estaba un poquito más ansiosa, el hecho de volver a donde empezó todo y donde acabó me tenía muy nerviosa.
Todo seguía igual, no había cambiado nada en estos dos años que habían pasado.
— Hola lindo, soy tu tía Camila — mira a Mike, el cual solo la miraba con atención.
— Mi niño, ella es tu tita Camila, ¿te acuerdas qué te la mencioné? — lo miré sonriente alzándolo del suelo para cogerlo.
— Tita — repitió con cierto entusiasmo.
— Siiii — me lo arrebató de los brazos corriendo con el feliz — Te tengo muchos regalos, vamos — corre a la sala de estar como una puta cabra.Tan solo me reí.
Miré a Margarita no tardando el abrazarla y darle dos besos.
— Bienvenida Antonella, estoy tan feliz de que estés aquí mi niña — con afecto y cariño pasó su mano por mi espalda.
— Margarita... — la abracé nuevamente, aguantando las lágrimas que quería soltar. Me había ayudado tanto que no sabía cómo agradecerle.
Sus manos acariciaron mi cabello estrechándome contra su cálido pecho. Ese abrazo tan hermoso y lleno de amor me hizo encogerme de tal manera que noté mis ojos llenos de lágrimas.
Cómo añoraba un así que me hiciera sentir así de bien y querida a pesar de todo.
— ¿Cómo estás querida, cómo te fue? — sonrió secando con su pulgar la pequeña lágrima que se había escapado de mi ojo.
— Estoy bien gracias, ¿y usted qué tal está? — sonreí plácidamente por estar con ella.
— ¿Usted? Ay Antonella que nos conocemos desde hace tiempo, él usted sobra — me tomó las manos soltando una pequeña risita.
— Lo sientooo — me reí también aún un poco melancólica.Volvió a reír mirándome.
— Yo estoy muy bien y ahora más que estás aquí con Mike, está muy grande y hermoso, Dios lo bendiga.
— Si... se nota que va a sacar el porte del papá — no pude evitar mirar la foto enmarcada de Mikey junto a sus hermanos y Margarita, él como siempre salía serio pero más hermoso que nunca.
Una ola de tristeza me invada, como acabamos así, como él acabó así.
— ¿Lo extrañas? — se percata de mi atención a dicha imagen.
— Sí, duele y duele mucho — lágrimas volvieron a caer por mis mejillas, pero esta vez a montones, no pude contenerme más.
Desde que pisé Italia, todo fueron recuerdos de nosotros.
Margarita solo se limitó abrazarme y a consolarme dándome a entender que yo sola no compartía ese sentimiento.
Unos pasos se hicieron presente y frente a mis narices apareció el alto y guapo de Nelson. Estaba tan cambiado que casi ni lo reconocí.
— Nelson... — mis ojos se fueron hacia su cabeza rapada, no al cero, tenía pelo, pero tampoco tanto, típico rapamiento que te das cuando vas al servicio militar.
Estaba más musculoso y con algunos tatuajes en su cuello, pero su mirada tan amistosa como siempre se daba presente.
— Hola princesa — abrió sus brazos para recibir una abrazo mío de mi parte.
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Adicto Deseo [#2]
RomanceDos años después fueron suficientes para Antonella. Reconstruyó su vida a pesar de un largo sufrimiento, pudo sacar adelante a su querido hijo el cual fue producto de su gran amor que perdió por las injusticias. Ella se volvió a enamorar y se casó...