Miré la pared repleta de mis fotos, aterrorizada. Había de todo: notas como "Antonella saliendo de casa a las 8 am para ir a las prácticas" y "Antonella saliendo de las prácticas a las 14:00 pm". Todo me parecía una completa locura, y el miedo de estar allí me invadía cada vez más. Me quedé paralizada, observando cada una de las notas. Incluso había fotografías mías en el cementerio visitando la supuesta tumba de Mikey. Esto era de enfermos; Natt era un completo psicópata.
Decidí dejar de ver las fotos antes de volverme loca. Con manos temblorosas, comencé a buscar en los muebles de almacenamiento y a revisar rápidamente. Al abrirlos, encontré muchas carpetas con iniciales. Cogí la que tenía la inicial "A" y, al abrirla, me asombré al ver todos mis datos: fotos mías, mi tipo de sangre, todo. Miré todo por encima, dejé la carpeta consternada y continué abriendo las que veía.
Al llegar a la "C", vi imágenes de Camila. Casi no tenía nada de ella. No entendía cómo era posible. Había otra carpeta con el nombre de Catalina, mi mejor amiga. Esto era realmente traumático. Decidí revisar las letras "N" y "M", pensando que habría mucha información, pero me equivoqué. Solo había una imagen y signos de interrogación en preguntas. No sabía nada de los Grace, nada.
Dejé las carpetas rápidamente y abrí otros cajones. Había más documentos, informes y recibos a nombre de él y de Alonso. Continué buscando algo sobre las bodegas, direcciones, cuando vi una que llamó mi atención y no estaba tachada. Iba a buscar algo para apuntar cuando escuché la voz de alguien en el pasillo.
El miedo me invadió y rápidamente comencé a guardar todo. Me apresuré a salir del cuarto, pero me olvidé de cerrar la pared. Pulsé el botón de nuevo y salí corriendo. Entre los nervios, no podía girar la maldita llave para cerrar la puerta. Sentía los pasos aproximarse cada vez más. Finalmente, logré cerrar la puerta y saqué la llave, pero se me cayó al suelo. Me agaché para recogerla y, al girarme, pegué un brinco.
— Pamela por dios — Me toqué el pecho, agitada. — Un día de estos me matas de un infarto.
— Disculpe señora Antonella — Me miró apenada, con una expresión que reflejaba preocupación. — Perdone que sea tan cotilla, ¿pero qué hacía ahí? El señor Natt la está buscando y si la hubiera pillado ahí dentro...
— Estaba comprobando una cosa — Miré su expresión, preocupada y algo extraña, tratando de descifrar sus pensamientos. — ¿Qué me hubiera hecho Natt?
— Conociéndole señora... lo peor, es un monstruo — Había dicho en voz baja, pero no lo suficiente como para que no la escuchara. Se percató de lo que había dicho y, por su expresión, parecía que quería haberlo guardado para sí misma, pero lo había dicho en alto.
— ¿Por qué lo dices, te hizo algo? — Intenté que me mirara a los ojos, pero ella solo se puso seria y carraspeó antes de finalmente sostener mi mirada.
— No, no tuve que decir eso — Se dio media vuelta para irse, pero antes extendió la mano, mirando la llave que yo sostenía. — Yo la dejaré dónde estaba, usted vaya con él antes de que se le ocurra subir.
— Está bien — La seguí mirando extrañada, pero no le pregunté nada más. Sabía que ella sabía algo y me lo estaba ocultando. Nos intercambiamos las cosas: yo le di la llave y ella me dio la crema solar. Luego, salí primero que ella para dirigirme a la planta de abajo, mientras ella se dirigía al cuarto de Natt — Pamela — Me detuve antes de bajar las escaleras y ella, justo antes de entrar a la habitación, se quedó quieta también. — Gracias, de nuevo.
— Un placer — Ella sonrió antes de entrar a la habitación, y yo le devolví la sonrisa antes de bajar las escaleras. Me dirigí hasta la cocina y luego al jardín, donde me estaban esperando bajo la sombrilla.
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Adicto Deseo [#2]
RomanceDos años después fueron suficientes para Antonella. Reconstruyó su vida a pesar de un largo sufrimiento, pudo sacar adelante a su querido hijo el cual fue producto de su gran amor que perdió por las injusticias. Ella se volvió a enamorar y se casó...