Capítulo 9

11.9K 510 76
                                    

Habían pasado unos días después de lo ocurrido en el lago, celebramos navidad todos juntos muy felices. Fue muy agradable pasarlo todos juntos, aunque he de añadir que entre Mikey y yo he puesto distancia, no quiero que vuelva a pasar nada entre nosotros.

Me encontraba en la habitación haciendo las maletas, mañana volvía a España, doblaba la poca ropa que había traído y la metía en la maleta, hacía lo mismo con la de mi hijo. Hablando de él, se encontraba jugando con Camila y Nelson en el jardín, Margarita estaba haciendo la comida y Mikey a saber dónde estaba, y ni quiero saberlo. Una vez que termino bajo a la cocina para poder ayudar un poco.

— ¡He venido a ayudar! — me anuncié riendo un poco.

— Querida — ríe también — no hace falta que me ayudes, ya estamos terminando — las cocineras la ayudaban.

— Ooh... — dije con pena.

— Ya tranquila — se me acerca con una cuchara en mano — Prueba mejor la comida — sonríe.

— Eso me interesa — abrí la boca para probar. Margarita rio dándome aprobar, estaba delicioso — Wow qué rico por dios — aplaudo feliz — ¿Queda mucho? Tengo hambre.

— No cariño, no queda casi nada unos minutos más y listo — limpia la cuchara con la cual me dio a probar.

— Está bien, como veo que no me necesitas, voy a ver cómo está mi niño — sonrío antes de salir.

Fui directo a la puerta del jardín para salir cuando me encuentro con el gran panorama de Camila y Nelson mirándose a los ojos como toda una telenovela. No quería cortar el rollo ni mucho, al parecer se iban a besar.

¡Oh mon Dieu, eso parece en verdad!

Cada vez acortaban esos pocos centímetros que les separaba, Camila hasta los ojos había cerrado y Nelson estaba por hacerlo.

— ¡Mami!

¡Je serai maudit!

Ambos se voltearon hacia la puerta cuando escucharon gritar a Mike.

— Bonjour — reía nerviosa al ser pillada mirando como toda una sinvergüenza. Hasta aquí había escuchado la maldición de Nelson — Puedo volver luego — retrocedí un poco.

— No, no, yo ya me iba — se levanta Nelson sacudiéndose la parte de atrás del pantalón — Voy a hacer unas cosas.

— ¿No vas a comer aquí? — con los ojitos más iluminados que el mismo sol le pregunta Camila.

— No, no creo, me reuniré con Mikey y seguro comeremos fuera o más tarde — sube los pocos escalones que encaminaba a la puerta — Nos vemos luego chicas — me sonríe antes de entrar a la casa.

Mi mirada fue dirigirá hacia Camila, la miré con una gran sonrisa pícara.

— No, no, no, no — Camila se levanta para salir corriendo.

— Ni se te ocurra niña — voy rápido hacia ella para detenerla — Me cuentas todo, desde el principio, y no te reserves nada, NADA — la volví a sentar. Antes de enterarme de todo, miré lo que hacía mi hijo. Se encontraba sentado en el césped jugando con sus juguetes.

— Bueno, todo comenzó desde hace muchos años, más o menos cuando tenía 14 años. Creo que sabes todo lo ocurrido con Alonso — yo asentí mirándola — Bueno, todo eso hizo que me acercara mucho a Nelson, Mikey ya sabes como era, muy serio, frío, además no estaba la mayor parte en casa, aunque conmigo no era tan tan amargado, pero no era lo mismo con el que con Nelson. En fin, con el paso del tiempo me fui entendiendo con él, nos fuimos acercando y creamos una conexión muy bonita — su forma de hablar tan suave y llena de amor me aseguraba que estaba loca por él, ella lo amaba — Cuando nos tocó separarnos, porque ellos me mandaron a otro país, me sentí mal, sola, vacía. Todo esto duró hasta que crecimos y tú llegaste a la vida de Mikey. Yo volví a la casa, ahí te conocí, lo volví a ver, pero sentía que ya no era lo mismo o que ya no había esa conexión de antes. Al paso de los días nos fuimos acercando y poco a poco creamos esos lazos que teníamos antes y un día surgió y nos... Ya sabes besamos.

Adicto Deseo [#2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora