Una vuelta dolorosa y patosa -030

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º·20 de abril del 2022·º

Daven McClaire Alonso

Me levanto bien entrado el día en cuanto dan las siete de la mañana y sin salir de la habitación me pongo a meter ropa en esas dos maletas que me traje al venir. Una Daven muy diferente vuelve de donde tuvo que salir para descansar y vuelve de una manera que no pensó que pudiera ocurrir.

Entradas las ocho y veinte salgo y voy al baño, hago una necesidad y luego de lavarme las manos, lavo mi cara. Al salir una Diane adormecida se choca contra mí y me la quedo mirando sonriendo.

—Buenos días, Dina.

Ella da unos pasos hacia atrás y me da los buenos días y bajamos juntas a desayunar.

—¿A qué hora tienes que estar en el aeropuerto?

— A las once, sale a la una —asiente y seguimos desayunando calladas, cada una a su ritmo.

Cuando termino, Diane me dice que le acaba de escribir Greg un WhatsApp y que me desea buen viaje, que no tenía la suficiente cobertura para hablarnos a las dos.

Sonrío y me llega el sentimiento de echarlo de menos; luego de eso, vamos un rato al spa y nos relajamos por veinte minutos hasta las nueve y diez que subimos, nos duchamos por turnos y luego, me acerca al aeropuerto más cercano.

Donde cogeré el avión más cercano al pueblo.  

El sentimiento de no haberme podido acercar a mi nonna y a Sasher antes de irme, hoy, se me queda clavado como una espina en el corazón que, estacionando en el párquing del aeropuerto, cae en forma de una lágrima que me quito antes de que cierta persona la vea.

Recuerdo que nos despedimos en la puerta y que hoy tenía una fecha importante a las doce, pero, muy dentro de mí deseaba poder verlo una vez más.

A la nonna, le pedí el otro día que hoy cuando fuera la prima, me videollamaran al decirles que había llegado.

Al entrar en el aeropuerto voy despacio a hacer los pasos formales para poder volar y luego, me despido de Diane, y cuando ella sale del aeropuerto, oigo su voz.
Miro la hora, pero no me cabe en la cabeza como a cinco minutos para su fecha, está aquí.

—¡Daven! — miro a Sasher correr ahogado hacia mí y caigo en esa mochilita que lleva colgando en uno de sus hombros. 

—Sasher... ¿Qué haces así, y aquí? ¿No deberías estar por hacer eso importante?

Antes de decirme cualquier palabra, me coge un codo y me tira hacia él, para envolvernos en un abrazo. Un abrazo que no pensé que me hiciera tanta falta, como cuando me lo da.

Y luego al separarnos, me besa, con un sabor de te echaba de menos, te necesito, no te alejes. El último clavándose en mi pecho en lo más hondo de mí.

Lágrimas ya caen por ambos rostros y nos pegamos más a nosotros; le susurro que no tenemos mucho tiempo y me cuenta, que pidió que adelantarán la entrega, que esa despedida no quería que fuera la última que tuviéramos antes del vuelo y que luego de la conducción hasta aquí y de correr, no esperaba verme tan bonita, aun tan desarreglada y me hace sonreír. 

Miro la hora y con la vista borrosa, me tengo que despedir ya de él. Enredo mis brazos por su cuello, entrelazando mis manos y lo beso. El beso es largo y intenso, y nos sabe a las lágrimas que se nos caen, viendo que ya tenemos que separarnos.

—Hasta un par de meses princesa.

Miro al suelo, y me lamo los labios y él, con dos de sus dedos en mi mentón, me alza la cabeza y lo miro a los ojos.

Mrs Baker Alonso's ❣️ Mireia Campdelacreu Ortega ❣️✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora