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Daven es una recién graduada de la universidad que no se decide al próximo paso. En Italia, en una tarde de bares con su prima, se topa con Sasher.
Con solo mirarse ya sienten una chispa recorrerlos.
Tras algo, una aur...
Ayer acabé de preparar las tres maletas, dos enteras y una en la que repasé y coloqué cosas que faltaban y en las otras ya no cabían. Pero... Luego de la cena me visitó la amiga del mes junto a un pinzamiento que me dio en las cervicales y desde ese momento me hallo sin hacer mucho más, ni cogiendo cosas de mucho peso.
Reposo absoluto dos días.
Recuerdo haberle escuchado decirme a mi madre antes de subirnos a acostarnos. Y yo, vigilada.
Esta mañana hemos mirado todos los papeles que tenemos sobre mi primera vez independizándome y la vuelta a Italia junto a él. Quién iba a pensar y a decirme que fui a desconectar y meses después me encontraría así.
A días de salir de mi casa, pero con una sensación diferente, con planes diferentes, y con compañía, en un viaje que no haré sola, por primeras veces.
El avión sale el diecisiete de junio en una semana y cuatro días, y yo cuando hablamos de eso y, o me pongo a pensarlo, aún quedo en shock, para mí, era impensable y algo imposible de que me pasará a mí y ahora me encuentro como si viviera un sueño.
Aunque hoy estoy que no soy yo de tanto dolor... Hoy al despertarse y mirarme, Sasher me ha dicho que no parecía yo, mis ojeras marcadas de poco dormir orbitando debajo de mis ojos, mis labios rojos de morderlos del nerviosismo y la ansiedad que empezaba a sentir.
— ¿Qué pasa?— solo lo miro y agacho la mirada luego de desviarla a sus labios.
—Te has desvelado, ¿Verdad?— asiento.
Me deja un beso en la frente y se levanta, miro cada uno de sus pasos hasta que entra al baño y cierra la puerta. Yo me quedo en la cama, pensando y pasando el tiempo, ya que me ordenaron a que por lo menos para subir y bajar de la cama, estuviera acompañada.
—¡Ahora salgo, amore!
—¡Vale!
Me giro un poco para coger mi móvil y cuando estoy volviendo a posicionarme bien, él sale del baño y al mirarnos le cambia la cara.
—¿Cosa non potresti chiedere?
— Sì, ma tu eri in bagno e io ero solo ed ero già annoiato, volevo guardarlo da solo, Sase.
—Bene.
Se acerca y vuelve a tumbarse acercándose a mí y me besa mientras va acariciándome. Cuando pasan tres minutos, escuchamos como le dan a la puerta.
—Qué.
—A desayunar.
Tras desayunar hemos estado en la terraza, pasando tiempo, mientras papá trabajaba, mamá tendía la ropa y preparaba la mesa donde comeremos y él y yo, en las hamacas, porque por hoy... No piscina.
Ruedo los ojos cuando en un momento, me lo recuerdan y digo un insulto en italiano, y al acto me doy cuenta y cruzo miradas con mi madre la cual su cara lo dice todo y pido perdón.
Las horas se me pasan algo más lentas, pero con ellos estando conmigo se hace más ameno y mi confort es que, cuando ya no estén, estos recuerdos serán los que más valor tengan.
— ¿Come stai?
— Sento ancora tensione, ma direi che dopo qualche massaggio, domani sarò brava come la bambola sul tuo scaffale.
Asienten no muy conformes, aunque mamá me ha acribillado con su mirada unos minutos por meterme con esa muñeca, pero lo paso por alto.
— Voy a hacer la comida, papá acabará pronto su jornal y comeremos, mientras si queréis, podéis aunque sea meteros, pero sin mover, estrenar si eso las burbujas o los rayos de agua masajeadores que puso esté año.
Asentimos y entramos a casa los tres, ella para la cocina y nosotros arriba, a ponernos los trajes de baño.
603 palabras.
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Hola Dashers... Hace ya días que no hay nuevo capítulo y por eso quiero pediros perdón, llevo temporada baja y desde el último capítulo no tuve mucha inspiración, hasta hoy a la que he leído el 044 y he puesto para empezar esté.
Pronto subiré el siguiente. Espero que os guste mucho y queráis seguir leyendo, gracias por la acogida que siempre ha tenido incluso sin portada, es una de las novelas más especiales para mí.
