Las maletas en la esquina y queriendo tranquilizar-047

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º·09 de junio del 2022·º

Daven McClaire Alonso

Nos despertamos y las vi, cada día está más cerca la hora, el momento de volar, de hacerme más mayor, de emprender una nueva aventura. Y los nervios no son malignos, no, sino que son ese tipo de nervios que sientes cosquilleos en el estómago y que te hacen sonreír aunque sea para los demás sin razón porque no saben el porqué sonríes.

Y lo miro, sonrío y me acerco a él, me sonríe y me rodea con sus brazos y apoya su barbilla en mi cabeza y nos damos un abrazo que dura minutos.

Luego de eso me recuerda que tenemos que bajar a desayunar y rechisto porque me siento en las nubes en sus brazos y no quiero dejar de estar así ni un solo momento. Pero acabo cediendo y bajamos.

Mi padre nos saluda y nos dice que mamá está en el médico y que no ha podido acompañarla y no nos han querido molestar, pero que ha ido bien, que se ha asegurado y asiento, yendo hacia la cocina algo angustiada.

Desayuno media tortilla francesa que quedó de anoche y un plátano con un gelocatil y un vaso de coca cola, y Sasher un colacao con tres magdalenas y luego nos subimos a lavarnos los dientes y llega mamá.

Luego de los dientes bajamos a ver a mamá y nos cuenta que ya le han dado vía libre y que está recuperada, pero que le ha mandado reposo y ejercicios.

Luego hicimos barbacoa en la terraza y comimos cerca de las tres de la tarde, pero fue mágico para mi alma.

Luego, volvieron a poner el plan sobre la mesa de meternos un poco en la piscina, pero todos preferimos esperar un rato y acabó oscureciendo.

Luego de la siesta nos pusimos a hacer una maratón de pelis de nuestras infancias y merendamos bollería.

Tras eso, decidimos cenar afuera por últimas veces y nos arreglamos en una hora, donde él y yo tenemos un rapidín de por medio y tardo más en apañarme. Se me llena la boca de saliva al verle, lo guapo que está es... Otro mundo.

Vamos a un restaurante de afuera de Alcaudete, por Sevilla y el trascurso de coche es un ataque de risa constante que provoca quejas en mi estómago de tanto reírme, pero me lo paso demasiado bien.

Cuando llegamos de nuevo a casa, mis padres ya se acuestan, el cansancio vence, nosotros, nos lavamos los dientes y hacemos un concierto silencioso y luego en mi habitación le comento los nervios al ver las maletas.

Él me abraza y nos acurrucamos en la cama, y en su tono suave de voz, de cuando sabe que necesito tranquilizarme, me da su opinión y me quedo frita en su cercanía.

454 palabras.

Mrs Baker Alonso's ❣️ Mireia Campdelacreu Ortega ❣️✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora