Mrs Baker Alonso's ❣️ Mireia Campdelacreu Ortega ❣️✅

Una vuelta que hará recuerdo-024

º·10 de abril del 2022 ·º

Daven McClaire Alonso

Habíamos pasado tres días muy caseros por el camping, comiendo de tapers y acurrucados viendo series y hablando por móvil con los demás.

También hablé con la nonna y se la notaba calmada, pero mi necesidad de retenerla en mis brazos crecía, mi voz se rompía cuando ella se distraía y no prestaba atención en mí o cuando la llamada finalizaba.

No puedo creer que vaya a suceder, porque ya se tiene que ir la nonna, yo que la quería ver siendo bisabuela.

Sasher me retiene en sus brazos, abrazándome fuerte, mientras dejo salir todo lo que retengo dentro de mí y con miedo de que me rompa y caiga.

De que no sea suficiente.

—Hoy volvemos y la pasamos a ver.

Asiento y nos besamos, él siendo ya un hogar para mí, donde esté él me siento en casa, y aunque estemos lejos, si hablo con él, estaré como en casa, aunque me sienta fuera de sí.

—Vamos —me dice cogiéndome una mano y saliendo de la caravana para ir a desayunar al bar.

Cuando llegamos me quedo mirando esa grande cuadra de los pajaritos y sonrío.

—¡El desayuno no espera nena! — miro hacia él y me río, corriendo en su dirección.

Cuando llego a su lado, me rodea con un brazo y me estrecha contra él, andando pegados, hasta sentarnos.

Al pedir los desayunos, me tardo en saber por qué por las mañanas poca cosa me entra bien.

Mientras desayunamos, hablamos de los tiempos del viaje de vuelta, ya que son como cinco horas si no mal recuerdo, luego mientras me como ese mini vegetal, sonrío viendo como disfruta viéndome comer.

—¿Qué? — se encoge de hombros y bebe su cola cao mirándome.

—Como si no comiera los otros días...

Él deja de beber y susurra. — Pero no tanto.

Sonrío notando que sin querer lo preocupe y me levanto, voy a su lado, y lo abrazo fuerte, susurrándole un lo siento.

—Porque.

—Por preocuparte, sabes que no me gusta — él asiente y me acaricia la espalda.

—No pasa nada, si no me preocupará por ti no sería yo, desde luego que no — sonríe.

Asiento con los ojos nublados por lágrimas y vuelvo a sentarme para terminar.

Luego de terminar, pago yo, y volvemos a la caravana, dando una vuelta por el camping antes de volver.

Ando con una mano entrelazada a una suya y moviendo los brazos y disfrutando de esa brisa que se cuela por el poco sol que va saliendo y miro al cielo en medio de una sonrisa.

—Te amo naranjita.

Lo miro, mareándome primero por el cambio de luz y luego, le beso, parándonos.

—Y yo a ti sexy — él sonríe y me muerde el labio inferior.

—Sexy ¿eh...?

Cuando volvemos a la caravana recogemos maletas y ordenamos un poco la caravana y salimos, pasamos a dejar las llaves y damos las gracias. 

Esperaba que cogiéramos un transporte público para ir alguna estación de bus o a un aeropuerto, pero él me dice que no hace falta, y que vienen de camino a por nosotros.