Dos días y Italia permanente-049

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º·15 de junio del 2022·º

Sasher Baker Lyon

Me levanto y la miro aún con los ojos cerrados. Su respiración empieza a acelerarse y me acerco más a ella, abrazándola por la cintura y la veo sonreír sin despertarse y darse la vuelta, quedando de cara a mí.

— Buenos días principessa.

Ella se mueve y dobla sus brazos para tocarse los ojos mientras se empieza a estirar y luego al abrir sus ojos, me mira y sonríe.

—Buenos días, moreno.

Nos besamos y se incorpora, siguiéndola, salimos de la habitación y bajamos a desayunar. Damos los buenos días a sus padres que están en el salón y nos metemos en la cocina.

Nos hacemos dos tostadas cada uno y yo le pongo mermelada de fresa y ella margarina y azúcar, y lo moja en su colacao.

—¿Ya estáis?— miramos a su madre y la princesa niega con la cabeza mientras traga un bocado de su tostada mojada en su colacao.

Al asentir, se acerca al lavavajillas y lo abre, para ir poniendo lo que hay en la pica mientras espera a que acabemos.

—Toma mamá— Athelaisse se la mira y se ríe negando con la cabeza y se lo coge para ponerlo y ella me mira, mientras termino.

—Ya acabo en dos minutos— asiente y viene hasta mí, y se agacha para quedar a la misma altura y me besa antes de que beba.

Al acabar, pongo yo los cacharros en el aparato y mi suegra, lo pone, salimos de allí y volvemos a subir a la segunda planta para lavarnos los dientes y ponernos los traes de baño para ir a la terraza a bañarnos.

Mientras hacemos todo eso, la niña decide que quiere moverse y pone música para poner ambiente y disfruto de verla.

Al bajarnos, avisa de que estamos afuera, y se quita la toalla dejándola en una hamaca, y se moja un poco en la ducha de al lado de la piscina.

Y se tira de cabeza directamente y yo me río en cuanto saca la cabeza de abajo del agua.

—Tírate anda...

Cuando ya estoy en el agua, ella viene en mi busca y rodea mi cadera con sus brazos y me besa.

 Le sigo el beso y lo intensifica pero aunque tenga ganas, aquí no podremos bien, por lo que intento rebajarnos las ganas, pero es irrefrenable la nena, así que nos apoyo en una de las paredes de la piscina y la tomo de sus muñecas y se las pongo en su cabeza y presiono mi polla en su parte dándole más ganas.

—Amore...

Su suspiro me provoca un jadeo y nos besamos; sus caricias mientras su mano desciende me estremecen la piel pero nos movemos, aunque para cuando oye la voz de su padre saliendo a la terraza antes de que pueda visualizarnos.

—Haremos un pica pica antes de comer, tenéis unos diez minutos y salís.

Asentimos y cuando entra nos volvemos a besar ella se va nadando hasta la otra esquina. Y vuelve buceando.

—Salgamos ya— asiento y de la mano, salimos y nos tumbamos en las toallas a tomar el sol para secarnos y ponernos morenos.

—Ti amo sexy.

—E io a te naranjita.

Nos besamos y nos llaman para que ayudemos a preparar la mesa mientras hacen el pica-pica. Cuando entramos mi niña se resbala y en un ataque de nervios, la sostengo fuerte.

—Bebé...

—Perdón.

Ya todo listo, nos sentamos y pongo las bebidas en los vasos luego de preguntarles que quieren y ella coge una patata chip.

—Gracias.

Luego a ratos Athelaisse se iba levantando para vigilar los canelones que estaban haciéndose en el horno. Al hacerse, el pica-pica cesa y apañamos para comer.

Esos canelones están buenísimos, luego todos nos echamos la siesta, la nena y yo arriba en su cama. Los suegros abajo en el sofá.

Luego por la tarde tras las siestas, despertamos a las cuatro de la tarde, decidimos salir a dar un paseo.

Subimos a ver la virgen, todo ese paseo largo. Y disfruto cada paso que damos hasta llegar, pasamos unos veinte minutos allí arriba hasta decidir bajar y pararnos en el bar a tomar algo que nos acaban invitando sus padres.

Donde nos lo tomamos de relax y nos estamos el tiempo suficiente como para que llegue la hora de merendar y nos tomamos unos helados y unos refrescos luego de nuevo.

Unas amigas de la infancia de ella la reconocen y se acercan a saludarla por lo que le preguntan por mí y les contamos nuestra historia y ellas emocionadas le dicen que la echaran de menos y el verla por aquí pero que les alegra que sea feliz.

Luego su padre se levanta y va a pagar, mientras nosotros nos levantamos y nos preparamos para ir hacia casa.

La subida se nos hace cuesta arriba a la niña y a mí pero nada como escuchar su risa, al burlarse de ella misma y como sus padres se divierten viéndola.

Aunque sé que echarán estos momentos, mucho de menos cuando pase tiempo.

Llegando a casa pasamos por una de su familia y pasamos otro tiempo, ya despidiéndose de Daven al comunicarles que se va.

Cuando ya sí, vamos para casa, mis pies piden frenar y quedo por detrás de ella y se gira para mirarme y sonreír.

— ¿Cansado?

— ¿Te parece poco?

Se acerca a mí y me susurra que si quiero que me lleve a caballito y nos reímos. Le devuelvo un sí quieres y ella me mira sorprendida, y asiento, entonces cuando encontramos un escalón, ella me dice que me suba en su espalda.

Llegamos a casa y a ninguno le apetece ponerse en la cocina, así que nos sorprenden pidiendo por teléfono.

Luego de cenar, nos subimos y al lavarnos los dientes, ella y yo vemos una película, y luego antes de quedarse dormida, me susurra que está nerviosa, mirando a las maletas.

Y es que, quedan dos días para volar.

953 palabras.

Hola Dashers, siento mi pequeña desaparición pero es que no tuve unos días muy buenos y bueno, no escribí mucho de ellos, estuve más en una trilogía

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Hola Dashers, siento mi pequeña desaparición pero es que no tuve unos días muy buenos y bueno, no escribí mucho de ellos, estuve más en una trilogía.

Se llama, Trilogía Mochila y estoy en la primera, Una mochila de Besos.

Pasaros si queréis también. Nos vemos.

1016 palabras.

Mrs Baker Alonso's ❣️ Mireia Campdelacreu Ortega ❣️✅Donde viven las historias. Descúbrelo ahora