Daven es una recién graduada de la universidad que no se decide al próximo paso. En Italia, en una tarde de bares con su prima, se topa con Sasher.
Con solo mirarse ya sienten una chispa recorrerlos.
Tras algo, una aura empieza entre ellos y aventur...
Cuando nos adentramos en la cama, ella me mira y noto como se siente inquieta, recordando que habíamos quedado en hablar de eso a la noche. Me acerco a ella más todavía de lo que estamos y nos acurrucamos al otro y ella suspira.
— ¿En cuál has pensado?— le dejo caer sin que se lo espere.
— Savona, San Remo, Rapallo...
Nos quedamos pensativos pero mientras cada uno pensaba, seguíamos acurrucados y yo empecé a acariciarle el pelo hasta que se medio aparto de su posición y me miro.
— Elige tú, los tres me gustan aunque hay uno que queda más lejos, pero todos me gustan y si acabamos mudándonos de lugar también tú debes decidir algo. Esto te lo dejo a ti— y se vuelve a acurrucar esta vez cerrando esos lindos ojos que tiene y calmando su respiración mientras pensaba y miraba por el móvil distancias.
Aunque somos auténticos de Italia también miro un poco sobre esos pueblos para que me ayuden a acabar de decidirme. Cuando me da por echarle un ojo a Daven, se ha quedado dormida acurrucada en mí; dejo mi móvil en su mesilla y como puedo la acuesto bien y vuelvo a acostarme yo, intentando no despertarla.
Vuelvo a coger mi móvil y abro el notas y una nueva lista para poner todo en tener en cuenta y hablarlo finalmente por la mañana.
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º·26 de mayo del 2022·º
Daven McClaire Alonso
Cuando abro los ojos lo miro y se ve tan bonito aún parece irreal tenerlo aquí, me pego más a él, nada, milímetros y le doy algunas caricias, él se remueve y se pone de medio lado hacia mí y sonríe.
Miro la hora y veo que aún es medio temprano y decido dejarle dormir, me levanto despacio para no despertarle y voy al baño. Luego de mear, me acerco a la pica y me lavo las manos y me miro decidiendo cepillarme el pelo.
Y en algún momento debe de haberse levantado porque cuando me doy cuenta doy un salto del susto que me ha dado, sonrío y él me abraza por la cintura desde la espalda y me deja un beso rápido en mi mejilla izquierda. Y me mira, viéndonos así hace que cada día tenga más claro que es con él con quién quiero envejecer.
Esos nervios que vuelven como los primeros días luego de tiempo, sus besos que me vuelven gelatina y cuando no me ve, celebro como niña pequeña con su castillo de princesas.
— Buenos días, bella dama.
— Buenos días morenazo.
Nos damos un beso y salimos del baño, luego cogemos nuestros móviles y bajamos; mis padres no están, nos han avisado a través de una cartica en la mesa del comedor, al viejo hacer.
— Desayunemos.
Nos sentamos y una vez sentados le digo que yo no quiero, que estoy sin hambre y él me mira con su transparencia. Está preocupado.
— Desayuna algo, por favor.
— Pero poco— asiente.
— Algo es algo.
—Luego lo acabamos de hablar— alzo la mirada y asiento.
Cuando ya no me cabe nada más, ni una miaja, me quedo mirándole hasta que acaba y recogemos la cocina antes de salirnos y nos vamos al baño a lavarnos los dientes y luego bajamos a la terraza.
— San Remo descartado... Quedan Savona o Rapallo y son un poco bastante altos en porcentaje de humedad pero bueno como veamos, por mí... Está bien.
—¿Ambos quedan cerca de Géno?— asiento y sonríe.
— Sé que dijiste que querías que eligiera yo pero es cosa de los dos entonces, me gusta comentarlo contigo.
>>— El más cercano es Rapallo a 34 o 35 minutos y Savona esta a una hora y veintidos minutos. Pero miremos juntos y el que más pieza haga, ese será. Nunca había pensado en salir de Génova ni allí mismo pero contigo vuelo donde sea.
Nos besamos y me junto más a él y justo llegan mis padres, y cuando salen, nos preguntan que hacemos y le comento eso de cambiar Génova por uno de esos sitios.
Al principio les choca y mamá se queda mirando hacia las escaleras que hay en una esquina para subir a una mini terraza que hay en la misma terraza, papá queda pensativo y Sasher solo mira al frente mientras yo, voy explicándoles el porqué me gustaría empezar de nuevo en una ciudad externa a las dos que tanto conozco.
Entonces papá me mira y se relame los labios para asentir y sentarse a mi lado en la misma hamaca.
— ¿Cuáles habéis pensado?
— Savona, San Remo y Rapallo pero el penúltimo lo hemos descartado porque pedí que estuviera cerca de Génova para estar cerca de la familia aun estando en diferentes lugares de Italy.
— Pero los tres están cerca principessa— me recuerda mamá y recalca que Rapallo está más cerca.
— Lo sé, pero no nos convence como los otros dos.
— ¿Entonces todo lo que hemos adelantado, que hacemos?— pide papá, lo miro y siento como mi sentir cambia radicalmente.
Quedo pensativa mirando al suelo y siento como papá me abraza. Mamá susurra que podemos arreglarlo pero aun así me sigo sintiendo mal.
— Voy a ducharme, entrad y ir preparando la mesa mientras papá prepara la comida.
Mamá se adentra en la casa y al poco lo hacemos nosotros, mientras papá hace la comida nosotros preparamos la mesa y luego nos sentamos en el sofá.
— ¿Qué hacemos moreno?
— Te pediré una cosa y tienes que responderme sinceramente.
Asiento y prosigue.
— ¿Si hay una urgencia podrías controlar hora y pico de viaje?— niego pero quedo pensativa.
— ¿Rapallo?
— Es que...
— Te gusta más Savona— asiento.
— Pues vayámonos a Savona.
Le miro entusiasmada y le pregunto si lo dice de verdad y asiente, me abrazo a él casi cayéndose y llega el momento de tener que comer.
