31. Gabriel

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Seguimos caminando por el bosque, en busca de algún vehículo para irnos hacia Washington.

Abraham, uno de los nuevos, a insistido solo un poco de que debemos irnos ya hacia Washington, pero solo un poco.

De vez en cuando Tyreese debe de cargarme ya que no aguantaba la pierna.

Aunque nos encontramos con el grupo me sigo sintiendo extraña, con mucha ira y trato de no demostrarla.

Aunque a veces no puedo detenerla y hablo brusco a quien sea, papá esta preocupado por eso aunque ya le dije que no hay nada de que preocuparse.

Carl: Toma —me entregó una frambuesa.

Cristel: Gracias, Carl —susurre.

Carl: ¿Me diras por qué has estado de mal humor? —lo mire seria —. De acuerdo, ya capte.

Cristel: No lo sé, ¿bien? —dije algo brusca —. Supongo que la pubertad.

Carl: Esta bien —mira mi pierna —. ¿Cuándo te quitan los puntos?

Cristel: Carol dijo que en la siguiente semana si no se me abren —hice una pequeña mueca.

Levantamos las armas al escuchar ramas crugir en el suelo, giramos a esa dirección. Pero no es más que Daryl con unas cuantas ardillas.

Daryl: Nos rendimos —levanta las manos mientras sujeta las ardillas.

Suspiré, todos bajamos las armas para seguir caminando.

Me detuve un poco por la dificultad de caminar, papá se acercó y colocó su mano en mi hombro.

Glenn: ¿Estas bien? —me preguntó —. ¿Quieres que paremos?

Cristel: Estoy bien —dije neutral —. Puedo continuar, papá.

Glenn: ¿Estas segura? Porque podemos…

Cristel: Dije que estoy bien, papá —dije brusca. Todos voltearon a vernos, baje la mirada avergonzada —. Lo siento. No quería hablarte así.

Papá me mira serio, pero un brillo de preocupación se nota, suspiré fracturada.

Apreté los labios y aparte la mirada, baje más mi gorra para ocultar mis ojos.

Demonios…

Rick: No se separen —nos dijo, seguimos caminando.

Volví a suspirar frustrada, mamá me interroga con la mirada, pero pasé de ella.

Tyreese y Carol se miraron entre sí, quizás ellos si lo entiendan o quizás se pregunten que me ocurre.

Mi humor es un maldito infierno y más porque no puedo dormir más de treinta minutos sin soñar que mató a Lizzie una y otra vez.

No digo que me arrepiento, todo lo contrario.

Era ella o nosotras, Judith y yo.

Abraham: ¿Listo para poder los pies en el asfalto?

Rick: Creo que es hora.

Abraham:Es música para mis oídos, oficial.

Mientras camino mantengo la mirada agachada, pero la levante cuando alguien coloco su mano en mi hombro, es Daryl.

Mordí mi mejilla para no decir nada de forma grosera.

Daryl: ¿Se puede saber que te ocurre? —me susurra en todo calmado, pero se nota que esta serio.

Cristel: Nada…

Iba a seguir interrogandome, pero escuchamos varios gritos de auxilio de un hombre.

𝙻𝚊 𝙷𝚒𝚓𝚊 𝙳𝚎 𝙽𝚎𝚐𝚊𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora