𝙻𝚊 𝙷𝚒𝚓𝚊 𝙳𝚎 𝙽𝚎𝚐𝚊𝚗

78. Noche Divertida

Paso una semana desde que fuimos a Ocenside, me he mantenido alerta por si Alpha llega a tomar represalias por haber cruzado la frontera.

Supongo que nos han estado vigilando todo el tiempo porque a Alexandria les llegaron pequeñas hordas sin cesar por eso.

Michonne habló con Alpha y ahora nos quitaron los territorios de caza sólo por cruzar y apagar el maldito fuego.

Estoy en el balcón, creo que es media noche. Estoy aquí afuera para fumar un poco, no quiero que adentro huela a cigarrillo.

Detesto el olor, pero solo fumo cuando me siento ansiosa.

Miro hacia atrás cuando abrieron la puerta, Castiel entra al balcón y cierra la puerta detrás suyo.

Castiel: ¿Ansiosa? —se acerca para colocarse a mi lado.

Cristel: Algo así —miró al frente —. Es tarde, deberías de estar durmiendo.

Castiel: Insomnio —asiento —. Andy no a tenido pesadilla desde hace unos días.

Cristel: Si, eso es bueno —apago el cigarrillo —. Fue bueno llevarla a Ocenside.

Castiel: Si, no deja de hablar de ese día desde hace una semana —sonrió —. Tú deberías descansar, te ves mal.

Cristel: Pero que dulce —bromeó, lo miró.

Castiel: Puedo llegar a ser una persona muy dulce —sonrió un poco —. No estoy jugando.

Cristel: Lo estoy tomando enserio —levanto las manos inocente, me da un ligero empujón —. Idiota.

Castiel: Admite que soy un idiota encantador.

Cristel: No voy a alimentar tu ego —se acerca.

Castiel: Admitelo —niego, me sujeta de la cintura —. Hazlo.

Cristel: ¿Y si no lo hago qué?

Castiel: Tengo mil formas en que lo admitas —trague saliva nerviosa, él sonríe —. Estas nerviosa.

Cristel: No es así —trato de alejarme, pero me sujeta con fuerza.

Nos miramos directamente a los ojos, mi corazón palpita con rapidez.

No puedo evitar ir bajando mi mirada hacia sus labios, llevo mi mano a su rostro.

Con la yema de mi dedo índice toque su labio inferior, ninguno de los dos dice algo.

Se fue acercando hasta que junto sus labios con los míos, llevó mis manos a su nuca para acariciar su cabello.

Me sujeta con más fuerza de la cintura, nos separamos luego de unos minutos.

Me sujeta de la mano y entramos, fuimos a mi habitación. Al entrar coloque seguro a la puerta.

Me sigue besando y sujeta de los muslos para cargarme, rodeo su cuello con mis brazos para sujetarme.

Camina unos pasos y me acuesta en la cama, nos separamos para quitarnos las camisas.

Íbamos a seguí besándonos, pero escuchamos un estruendo afuera.

Me levanto rápido y me coloco la camiseta, me acerco a la ventana para ver que esta pasando.

Cristel: Mierda —voy hacia la puerta y la abro, salgo corriendo.

Bajo las escaleras de dos en dos para llegar rápido a la puerta, salgo de la mansión.

Los demás también corren hacia los establos, al llegar vemos un árbol caído sobre el establo que destruyó.