En medio del torbellino universitario, Jang Soojin, una joven de 19 años, se topa inesperadamente con Hyunjin y Felix, dos ex mejores amigos que ahora son rivales irreconciliables. Unidos por un pasado compartido y un amor no correspondido por la mi...
Algunos días habían transcurrido, y era jueves por la tarde cuando Soojin, después de concluir sus actividades en el club, regresó a la biblioteca de la facultad de arquitectura para retomar su proyecto de mitad de semestre. Había dejado el trabajo de lado por completo y ahora se encontraba bajo la presión de terminarlo a tiempo para la próxima presentación, que estaba a solo unos escasos días.
Después de un par de horas, el sol finalmente se ocultó, y pasadas las nueve de la noche, seguía siendo la única persona en el lugar, inmersa en sus deberes.
Sus ojos ardían por el cansancio y la falta de sueño. Pasó horas frente a su computadora intentando avanzar en su proyecto, pero las palabras simplemente se negaban a fluir. Se sentía agotada, tanto física como mentalmente, y apenas conservaba energía para mantenerse en pie. Además, su alimentación había sido deficiente; lo último que había comido fueron unos cuantos aperitivos dulces entre clases.
La pobre chica había tenido las noches más largas de su vida, en donde se le hacía casi imposible conciliar el sueño y, para el momento que finalmente lo conseguía, poco después debía despertar para ir a sus clases.
Dejó de escribir y su mirada se clavó en la pantalla, siendo rápidamente absorbida por sus pensamientos. La imagen de sus rostros y los recuerdos de aquella noche la atormentaban sin descanso, persiguiéndola en cada instante del día. Desde la mañana en que despertó junto a ambos, completamente lúcida, no había encontrado respiro. Por más que intentara evitarlos en los últimos días, durante casi una semana, parecía que no había escapatoria.
Por días, ella simplemente huyó de absolutamente todo, aislándose de los problemas.
Ese era su mecanismo de defensa contra los conflictos, una estrategia que había adoptado para lidiar con ellos. Nunca sabía cómo enfrentarlos adecuadamente con madurez. Soojin simplemente huía, actuando como si realmente no estuvieran ahí.
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Domingo. Días atrás...
Soojin comenzaba a despertar con una punzada de dolor de cabeza, resultado de los intensos rayos de sol que se filtraban por las cortinas y golpeaban directamente su rostro. Al abrir los ojos, se encontró desnuda entre los cuerpos dormidos de ambos chicos, con Felix abrazándola por detrás, su brazo firmemente envuelto alrededor de su vientre, mientras que Hyunjin la mantenía suavemente contra su pecho, aprisionada en un reconfortante abrazo entre sus brazos.
Con precaución, se incorporó lentamente y apretó los ojos con fuerza, manteniéndose quieta mientras percibía un ligero movimiento por parte de ambos chicos. De repente, el dolor se intensificó, haciendo que su cabeza diera vueltas violentamente, experimentando náuseas junto con un leve mareo.
Un quejido escapó de sus labios ante el palpitante dolor que invadía toda la parte frontal de su cabeza. Con las manos, masajeó sus sienes en un intento por calmar la incomodidad.
