𝑻 𝑯 𝑰 𝑹 𝑻 𝒀 𝑵 𝑰 𝑵 𝑬

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Habían transcurrido casi dos horas desde que llegaron al hospital, y Soojin aún permanecía dormida, sumida en el efecto de la medicación que le habían administrado para controlar el sangrado y el dolor. Felix reposaba a su lado, con los ojos cerrados, manteniendo una vigilancia silenciosa y atenta sobre ella. En un rincón, un poco más apartado, se encontraba Hyunjin sentado en un pequeño sofá junto a la ventana, con la mirada perdida en el paisaje citadino más allá de los cristales, mientras sus pensamientos vagaban entre la preocupación por Soojin y la tensión amarga con el menor.

Pronto Felix abriría sus ojos, encontrándose con la mirada del mayor fija en Soojin con una expresión inquietante. En su rostro se reflejaba la ansiedad que lo consumía, evidenciada por la agitación inconsciente de su pierna.

Cada segundo que pasaba sin que Soojin despertara aumentaba su inquietud, llenándole de aún más preocupación y culpabilidad. Le rogaba una y otra vez que abriera sus ojos.

—Va a estar bien —dijo el menor con tranquilidad, intentando calmar los ánimos. Con delicadeza, posó su mano sobre la de Soojin y la acarició suavemente. —Solo necesita descansar.

—Más te vale, todo esto fue tu culpa, Yongbok —masculló Hyunjin a regañadientes, cargado de resentimiento y frustración.

Felix retiró su mano con un gesto lento, desviando la mirada de Soojin con un peso de culpa evidente en sus ojos.

—Lo sé, y lo siento mucho —murmuró en un tono apenas audible, mientras volvía a dirigir su mirada hacia Hyunjin buscando alguna señal de aceptación en sus ojos.

Hyunjin permaneció en silencio, desviando su atención nuevamente hacia la solitaria ciudad a través de la ventana. Su postura era rígida, como si estuviera luchando internamente con sus propios pensamientos.

Felix sabía que Hyunjin era una persona de emociones muy intensas, y al observarlo detenidamente, pudo percibir el peso de la situación reflejado en su mirada. Decidió levantarse logrando captar su atención, notando cómo después el mayor desviaba nuevamente la mirada sin darle mayor importancia.

—Iré a por un aperitivo, ¿Quieres que traiga algo para ti? —dijo Felix, con un ligera curvatura en sus labios que parecía ser un intento tímido de sonrisa. El menor lo miró expectante, esperando una respuesta de su parte.

No la obtuvo.

Hyunjin permaneció impasible, sin mostrar señales de haber siquiera escuchado sus palabras, ignorándolo deliberadamente.

Felix, consciente de la reacción predecible del mayor, se retiró en silencio de la habitación, y minutos después, regresó con varias cosas en sus manos. Se sentó frente a Hyunjin, en el otro extremo de la mesita que los separaba, y depositó cuidadosamente un latte de vainilla, dos pasteles de pescado, dos kimbaps de carne de cerdo y un espresso sobre la superficie.

Acercó parte de los aperitivos y se quedó a comer junto a él.

—Sé lo mucho que te gustan estos pastelitos. —dijo Felix con una leve sonrisa, notando la reacción de Hyunjin al aroma tentador que llenaba la habitación, antes de dar un bocado al suyo.

Hyunjin rodó los ojos, pero su expresión delataba una leve rendición ante la irresistible fragancia que inundaba sus sentidos. Aunque intentara mantener su indiferencia, no resistió lo suficiente y simplemente lo tomó para comenzar a comérselo sin mirar o decir ni una sola palabra al menor, quien lo observó con complicidad, entrecerrando los ojos ante su evidente rendición al bocadillo.

—Qué maleducado, se dice gracias. —Felix lanzó las palabras al aire con una expresión relajada, manteniendo la atención en su ligera merienda. El tono de su voz llevaba un deje de burla, disfrutando de la pequeña provocación.

𝑳𝒐𝒗𝒆𝒔𝒊𝒄𝒌; 𝙷𝚢𝚞𝚗𝚓𝚒𝚗 𝚢 𝙵𝚎𝚕𝚒𝚡 ⁺¹⁸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora