𝑺 𝑬 𝑽 𝑬 𝑵

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Después de una animada charla que duró hora y media, los chicos comenzaron a despedirse. Soojin tomó su mochila y, colgándola sobre su hombro, se despidió con un gesto amistoso, agitando sus manos, los demás respondieron de la misma manera, acompañado una agradable sonrisa como despedida.

Soojin salió del lugar y caminó por los tranquilos pasillos hasta llegar a la escalera, a mitad de esta, escuchó su nombre pronunciado por esa voz familiar. Se giró para encontrarse con Hyunjin, quien la observaba desde arriba con una sonrisa ligera.

—¿Si? —preguntó Soojin fijando su mirada en él, esperando una respuesta.

—¿Tienes hambre? —cuestionó bajando para encontrarse a la altura de Soojin, quien lo miraba aturdida. —Seguro que sí. ¿Qué te parece si vamos a almorzar algo? —concluyó para luego tomar suavemente la mano de Soojin, le dirigió una última mirada antes de continuar descendiendo por las escaleras.

—Lo siento, ya tengo planes. —respondió la menor soltándose de su agarre.

Hyunjin se giró metiendo ambas manos a sus bolsillos y continuó acercándose hasta hacerla chocar con la pared a sus espaldas. La miró con ojos entristecidos, una mirada suplicante acompañada de un pequeño puchero en los labios.

Soojin aclaró su garganta nerviosamente y apartó la mirada de él. Avanzó un paso adelante, creyendo que de esta forma el rubio se apartaría, pero no fue así, Hyunjin no movió ni un solo músculo, resultando con la castaña chocando suavemente con su pecho. Por supuesto, el mayor no dejaría pasar la favorable situación, posando su mano en la parte baja de su espalda, atrayéndola más a él.

—Cancélalos. —ronroneó con una sutileza firme, mantenimiento ese destello de súplica en sus ojos. Soojin tragó con dificultad y trató de liberarse, pero Hyunjin la mantuvo cerca, hundiendo sus dedos en su piel, lo que comenzó a incomodarla.

—Suéltame, Hyunjin. ¿Qué demonios te ocurre? —demandó mirando al rubio con ojos llenos de enojo, sus mejillas estaban enrojecidas, pero no por una razón positiva.

Aquella no era la reacción que él rubio se esperaba... Eso era nuevo.

—¿Felix es la razón por la que me rechazas, Soojin? ¿En serio? —preguntó a regañadientes, con sus ojos clavados a los de ella, los cuáles le miraban con enojo.

—No te incumbe. Ahora suéltame, por favor, Hyunjin. —insistió la menor intentando empujarlo, pero la diferencia de altura y fuerza entre ambos complicaba sus esfuerzos.

Soojin se quedó quieta cuando vió que el rubio a través de una caricia acomodaba un mechón de su cabello detrás de su oreja, lo próximo que sintió fue la calidez de su respiración en la zona.

—Sabes que Yongbok tiene novia, ¿verdad? —susurró mediante un tono ingenuo, esbozando una sonrisita malévola.

La castaña se tensó tras sus palabras.

—Lo sé, lo sé, duele, pero, ¿No quieres ser la otra, verdad? No lo creo...  —comentó Hyunjin de manera cautelosa y débil, sin obtener respuesta. Soojin permanecía inmóvil con la cabeza ligeramente inclinada y el ceño fruncido. —Sería horrible, ¿No crees? No tienes pinta de ser ese tipo de chica desvergonzada que-

—Suéltame. —intervino Soojin, esta vez con más tranquilidad. Hyunjin aflojó su agarre tras su relajada orden.

—¿Él no te lo contó? —Soojin negó sin mirarle. —Vaya, no es algo que deba ocultarse. —declaró encogiéndose de hombros, antes de alejarse de ella con una fingida expresión de pesar.

Observó a Soojin durante unos momentos, esperando una respuesta que no llegó y sin decir una palabra, ella pasó a su lado, dejándolo atrás.

Hyunjin la siguió, observando sus piernas con una sonrisa, mientras mordía suavemente su labio inferior.

𝑳𝒐𝒗𝒆𝒔𝒊𝒄𝒌; 𝙷𝚢𝚞𝚗𝚓𝚒𝚗 𝚢 𝙵𝚎𝚕𝚒𝚡 ⁺¹⁸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora