𝑭 𝑰 𝑭 𝑻 𝒀 𝑶 𝑵 𝑬

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Los días que siguieron al tumultuoso cumpleaños de Soojin se sumergieron en una pesadilla continua. La atmósfera en el apartamento de Hyunjin estaba cargada de una tensión abrazadora, una angustia que se arrastraba en cada rincón.

La mente del pelinegro era un torbellino de miedo y desesperación; sus noches estaban plagadas de pesadillas en las que el rostro de Jae Min, con su sonrisa cruel y amenazadora, se repetía una y otra vez, junto con las imágenes que podrían arruinar su vida y la de los que amaba.

Soojin, a pesar de su desconocimiento sobre las fotos y la magnitud exacta de la amenaza, hacía todo lo posible por mantener una fachada de normalidad en ese entorno cargado de tensión en los últimos días. Su preocupación por Hyunjin era evidente en sus ojos cansados y en la forma en que se mantenía al borde del precipicio sin siquiera saberlo aún. En cambio Felix, ahora teniendo conocimiento de toda la situación, tomó un papel de protector para ambos, estando constantemente alerta y dispuesto a intervenir en cualquier momento para tratar de mantener a los que más amaba a flote.

Era una tarde gris y lluviosa cuando el tormentoso clima exterior reflejaba el caos interno de Hyunjin, quien recién llegaba de clases. Sentado en su sofá, su rostro era un retrato de desesperación mientras su mente intentaba encontrar una solución a su crisis. El corazón le latía con una intensidad que parecía querer salirse de su pecho, y sus pensamientos eran un torbellino de ansiedad y temor.

De repente, un golpe fuerte y decidido en la puerta lo sacó de su trance, siendo ese seco sonido un presagio de lo que estaba por venir. Se levantó lentamente, con la mente tambaleándose en mil lugares y situaciones a la vez y, cuando abrió la puerta, su esperanza se desmoronó al encontrarse cara a cara con su padre, Hwang Hyun-Su.

La presencia de Hyun-Su invadió el pequeño recibidor, llenándolo de una atmósfera cargada de amenaza. La mirada helada del hombre lo apañó de manera implacable, conservando su postura rígida y autoritaria. Hyunjin intentó mantener la calma, pero la angustia en su interior crecía con cada segundo que pasaba.

-Padre... -vociferó Hyunjin, aún atrapado en el asombro tratando de forzar una sonrisa que parecía más una mueca de dolor. -Ha pasado tanto tiempo desde la última vez... N-no sabía que estaba en el país... ¿A qué se debe el honor de su visita?

Sin responder, el mayor se deslizó con rapidez hacia el interior del apartamento, inmediatamente dominando el espacio con su presencia. Hyunjin hizo una breve inclinación, intentando mostrar respeto, aunque su incomodidad y temor eran evidentes.

Antes de que pudiera reaccionar, un puñetazo inesperado lo alcanzó en la cara, enviándolo tambaleándose hacia atrás. El golpe fue seco y brutal, haciéndolo estrellar contra la pared. Hyun-Su cerró la puerta con un violento empujón, aislando a su hijo del mundo exterior, mientras su guardaespaldas permanecía afuera, vigilante e impasible.

-Creí haberte dejado muy claro que debías comportarte. ¿Es tan difícil para ti entenderlo, Hwang Hyunjin? -espetó, su voz cargada de una ira que parecía estallar desde lo más profundo de su ser.

Hyunjin se recuperó lentamente, palpando su mandíbula adolorida, sus ojos se llenaron de lágrimas que se desbordaron de la impotencia y su rostro, marcado por la mezcla de dolor y resignación, mostraba una vulnerabilidad desgarradora. El joven se encogió de hombros y suspiró, su mente tambaleándose mientras buscaba palabras para defenderse, pero ninguna parecía suficiente.

-Padre, por favor, c-con todo respeto, no sé de qué estás hablando... -intentó decir con la voz notablemente temblando de angustia.

-¡Sabes perfectamente lo que has hecho! -gruñó Hyun-Su apuntando acusadoramente con su dedo índice directo hacia la cara de su hijo, cargado de una rabia contenida que parecía a punto de estallar.

𝑳𝒐𝒗𝒆𝒔𝒊𝒄𝒌; 𝙷𝚢𝚞𝚗𝚓𝚒𝚗 𝚢 𝙵𝚎𝚕𝚒𝚡 ⁺¹⁸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora