𝑭 𝑶 𝑹 𝑻 𝒀 𝑺 𝑰 𝑿

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Habían transcurrido alrededor de cuarenta minutos desde que Soojin y Felix se adentraron juntos en la ducha. Ahora, el baño estaba impregnado de una densa cortina de vapor que envolvía sus cuerpos entrelazados. Los jadeos y gemidos desenfrenados resonaban en la habitación, creando una atmósfera cargada de pasión y deseo..

El rubio hundía sus dedos en la piel de sus caderas, marcando un ritmo frenético que coincidía con el choque de sus cuerpos. Los gemidos de Soojin resonaban en la habitación, llenos de súplica y deseo, instando a Felix a continuar sin descanso. Ella rogaba entre susurros, mientras él obedecía cada uno de sus deseos con gusto, moviéndose dentro y fuera de ella con una urgencia desenfrenada

—F-fefi... —verbalizó entre jadeos entrecortados, con dificultad para formar palabras mientras lo miraba de reojo por encima de su hombro.

Él apartó la mirada de la espléndida vista de su figura de espaldas y la clavó en sus labios antes de encontrarse nuevamente con sus ojos sin disminuir el ritmo de las embestidas.

—Te-termina... Den-... Termina dentro, p-por favor... —imploró ella en un hilo de voz, entre gemidos que se entrelazaban con cada sílaba.

Las palabras apenas podían salir de la boca de la menor, ahogadas por la intensidad del momento. Felix se la estaba cogiendo como una hambrienta bestia, dejándola sin aliento.

—¿Dijiste algo? —susurró juguetón cerca de su oído, su aliento cálido rozaba su piel mientras una sonrisa traviesa se dibujaba en sus labios sin dejar de jadear. Soojin asintió con un gesto apenas perceptible, tomando una de las manos del rubio y guiándola delicadamente hacia sus senos.

—Por favor... Termina... Dentro

Él mordió su labio, tratando de contener la perversa sonrisa que había emergido de manera instintiva al escuchar la descabellada pero excitante petición de la castaña una vez más; por supuesto que antes le había escuchado con toda claridad.

—Estás loca. —masculló con gravedad, aumentando el duro ritmo de sus caderas, chocando contra su cuerpo con urgencia.

El pecoso estrujó tan fuerte su seno que la hizo soltar un fugaz quejido de dolor. A veces Felix podía llegar a ser excesivamente rudo y un tanto perverso, incluso denigrante durante el sexo, pero aquello a Soojin no le molestaba en lo absoluto.

A ella le encantaba ser tratada de esa forma.

—¿Realmente lo quieres, kitten? —murmuró con dulzura, sin apartar la mirada de ella ni aflojar su firme agarre. Soojin, impaciente, asintió de inmediato.

La tentadora oferta le había hecho erizarse sintiendo una electrizante corriente recorrer cada rincón de su cuerpo. Tan solo la idea de descargar cada gota de su excitación dentro de la castaña le hacía perder por completo el control sobre sus impulsos.

Ambos sabían perfectamente lo arriesgado que aquello sería. A pesar de los cuidados anticonceptivos de Soojin, hacerlo sería como jugar con fuego. Sin embargo, la excitación, el frenesí y el placer del momento habían nublado cualquier rastro de razonamiento en sus cabezas. En ese instante, les importaba poco o nada quemarse en las llamas de su pasión.

Aquel era un día de celebración, no era un día común como cualquier otro, ¿no?

Era un día especial, un día en el que estaría dispuesto a cumplir cada uno de los deseos de su gatita sin oposición alguna.

Tomó su cabello y con firmeza la atrajo a él, aprisionándola entre sus brazos y manteniendo sus cuerpos pegados como si fuesen uno solo. Debido a la brusca acción le arrancó un ligero pero sensual quejido.

𝑳𝒐𝒗𝒆𝒔𝒊𝒄𝒌; 𝙷𝚢𝚞𝚗𝚓𝚒𝚗 𝚢 𝙵𝚎𝚕𝚒𝚡 ⁺¹⁸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora