𝑻 𝑾 𝑬 𝑵 𝑻 𝒀 𝑭 𝑶 𝑼 𝑹

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—Felix... Felix. —el rubio finalmente reaccionó tras el segundo llamando proveniente de aquella voz familiar femenina.

Levantó su cabeza y ahí la vió parada frente a él con una sonrisa tímida y una mirada que se suavizó al encontrarse con los ojos cristalinos del chico.

—Dentro de poco tengo que cerrar el lugar... Lo siento... —la pelirroja murmuró con cierta timidez, alzando las cejas con una expresión de disculpa evidente en su rostro.

—Oh... —Felix desvió la mirada hacia las mesas vacías a su alrededor, percatándose de que el lugar estaba completamente vacío. —No me había dado cuenta. Lo siento, Ann

La chica observó a Felix con preocupación mientras este recogía sus pertenencias. Ella permaneció en silencio a un lado, jugueteando con sus dedos mientras intentaba reunir el coraje para romper el hielo. Sabía que algo ocurría con él, había estado más de una hora en el lugar, sin pedir nada y muy atento a las personas que entraban, especialmente a su teléfono.

Era evidente que estaba esperando a alguien que nunca llegó.

—¿Felix? —dijo finalmente la mesera, su voz suave resonó en la tranquilidad del lugar.

Él la miró intentando forzar una sonrisa en su rostro, mientras esperaba a que continuara. Sin embargo, los nervios comenzaron a apoderarse de ella, haciendo que su voz temblara ligeramente. Ahora tenía su completa su atención y debía decirlo, era ahora o nunca.

—¿Me preguntaba s-si te gustaría ir a cenar... Conmigo? Mi turno está por terminar. —murmuró levemente titubeando.

La expresión en el rostro de Felix cambió de inmediato, ahora se mostraba sorprendido y algo apenado. Sus mejillas adornadas de aquellas pequeñas y lindas pecas se tiñeron de un rosa ligero inconscientemente tras escuchar la propuesta que acababan de hacerle.

Después de unos breves segundos de silencio, Felix volvió a dirigir su mirada hacia Anya, notando claramente su nerviosismo. Las mejillas de la chica se encendieron en un intenso rubor, sus manos temblaban ligeramente y su expresión denotaba una mezcla de ansiedad y vergüenza.

—Yo... uhm, tal vez fui muy lejos. Lo siento, Felix. Está bien si no es un buen momento ahora —murmuró rápidamente apenas en un susurro audible, mientras hacía rápidas reverencias hacia él.

Anya, llena de vergüenza, ya se había dado la vuelta para retirarse, pero frenó de inmediato al escuchar las palabras del chico.

—Me parece genial, Anya... ¿A dónde te gustaría ir? —respondió con una ligera sonrisa ladina, interrumpiendo a la pelirroja y tomando suavemente su mano antes de que esta pudiera alejarse.

Anya quedó en silencio de inmediato, su rostro reflejaba una mezcla entre asombro y felicidad ante la repentina acción de Felix.

—¿En serio? —inquirió de inmediato, buscando confirmación en los ojos de Felix, quien asintió con suavidad, transmitiendo calidez con su mirada. —¿Te gusta el tteokbokki? —volvió a preguntar con una sonrisa radiante, mostrando su entusiasmo.

—¡Claro, me encanta! Es de mis favoritos. —respondió Felix con una sonrisa igualmente brillante. —Te espero afuera.

El rubio se retiró con una pequeña sonrisa, dedicándole una breve mirada antes de cruzar la puerta hacia la calle. Anya lo observó aún jugueteando con sus dedos dentro de su delantal, mostrando su timidez de manera evidente.

Felix no era tonto y había reconocido que Anya se sentía atraída hacia él; hace un tiempo había notado sus gestos y miradas sugerentes al interactuar cada día con él, y Anya no era precisamente discreta al respecto, su interés por él era bastante evidente.

𝑳𝒐𝒗𝒆𝒔𝒊𝒄𝒌; 𝙷𝚢𝚞𝚗𝚓𝚒𝚗 𝚢 𝙵𝚎𝚕𝚒𝚡 ⁺¹⁸Donde viven las historias. Descúbrelo ahora