𝑳𝒐𝒗𝒆𝒔𝒊𝒄𝒌; 𝙷𝚢𝚞𝚗𝚓𝚒𝚗 𝚢 𝙵𝚎𝚕𝚒𝚡 ⁺¹⁸

𝑭 𝑰 𝑭 𝑻 𝒀

El canto de “Feliz cumpleaños” resonaba en la serenidad de la playa, mientras que las alegres voces de los amigos de Soojin se mezclaban con el suave romper de las olas y la melodía tranquila de la música de fondo. Con los ojos cerrados y una sonrisa radiante, Soojin pidió un deseo y sopló las velas del pastel, rodeada por el calor y la alegría de aquellos que más quería. Los aplausos y las risas llenaron el aire, marcando el comienzo de una noche que prometía ser inolvidable.

Ya era casi medianoche, y la gran mayoría de los invitados ya estaban notablemente afectados por el alcohol, a excepción de Seungmin, Jisung y Jiwoo, los cuales se abstenían de beber demasiado. Por otro lado, Minho y Gaa-Rin se encontraban de pie, bailando y disfrutando de un delicioso cóctel acompañados de Bang Chan, Changbin y Haewon, ellos 5 parecían ser los más alocados de la fiesta, con sus pasos de baile graciosos y risas escandalosas. El resto, permanecían sentados alrededor de la larga mesa adornada con flores frescas y velas que proyectaban sombras danzantes sobre los rostros felices de los presentes charlando y riendo, compartiendo historias y anécdotas bajo la luz suave de las linternas colgantes, siendo el inicio de nuevas amistades.

Jeongin y Seungmin no podían apartar la mirada el uno del otro. Su conversación estaba cargada de un coqueteo sutil, evidente en sus gestos y palabras. Era innegable cuánto Kim estaba perdido por Yang, sus ojos lo delataban. Desde aquella noche en la discoteca, la cercanía entre ellos se había vuelto más íntima, aunque aún ninguno se atrevía a cruzar esa línea imaginaria de atracción silenciosa. Tal vez se debía al fuerte estigma presente en la sociedad, que los reprimía de aceptar sus verdaderos sentimientos. Sin duda, era un paso difícil de dar.

Frente a ellos, Jisung estaba sentado en silencio, deslizando su dedo por el borde de su copa de vino. Observaba a Lee Minho con una mezcla de anhelo y resignación, soltando suspiros cada vez que Minho demostraba afecto a su novia. Cada gesto de amor entre Minho y Gaa-Rin le hacía sentir que moría un poco por dentro. Pero, ¿cómo podría odiarla? Gaa-Rin era simpática, agradable, divertida y hermosa. A veces, Jisung deseaba que ella simplemente desapareciera, un pensamiento que lo atormentaba aún más por la crueldad de su egoísmo.

Por otro lado, Jiwoo y Gaeul estaban sentadas frente a Soojin, quien estaba ubicada entre Hyunjin y Felix. Las dos chicas mantenían una tímida conversación con el trío, aunque no tenían mucho que decirles a los dos mayores. Sin embargo, Soojin se esforzaba por incluirlas en la conversación, haciendo que se sintieran parte del grupo. Ellas, sin conocimiento alguno, ignoraban lo que simultáneamente pasaba bajo la mesa, donde Hyunjin y Felix se turnaban para acariciar suavemente los muslos de Soojin, añadiendo una chispa especial a la noche sin que nadie más lo notara.

El ameno momento siguió su curso, lleno de risas y conversaciones animadas. Jiwoo y Gaeul, inicialmente tímidas, se sentían cada vez más cómodas conversando con Hyunjin y Felix, los cuales contaban alguna que otra anécdota divertida, haciendo reír a las tres castañas con sinceridad y diversión.

De repente, ambas amigas desviaron su atención hacia dos figuras que se acercaban en dirección a la reunión con una elegancia innata. Sus ojos se abrieron de par en par, llenos de sorpresa y emoción, al reconocer a las celebridades Park Jae Min y Bae Suzy, avanzando con una seguridad natural que atraía todas las miradas como un imán.

—¿S-son quienes creo que-...? —susurró Jiwoo al oído de Gaeul sin poder creerlo.

—¡S-sí! —respondió Gaeul, casi sin aliento, con un tono emocionado y tembloroso.

La emoción en sus voces no pasó desapercibida para el trío. Hyunjin, Soojin y Felix se giraron lentamente, impulsados por la curiosidad. Al hacerlo, sus corazones dieron un vuelco al ver a las dos deslumbrantes figuras acercándose con una determinación que contrastaba con la alegría de momentos atrás. La tensión en el aire se incrementó estrepitosamente, las risas y conversaciones se apagaron, siendo reemplazadas por miradas de preocupación y confusión, envolviendo a todos los presentes en una atmósfera pesada y opresiva.