33 - Decisión #01

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Bona nit otro más!

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Amelia POV

Llevaba dos días sin saber nada de ella. Con el tiempo me había acostumbrado a estar para ella y aceptar el poco tiempo que podía darme, por que cuando compartimos un momento juntas es todo lo que necesito, ver su sonrisa, ver lo feliz que está a pesar de toda la mierda que le está tocando vivir. Sentir que tu vida no es lo que esperas no es fácil, quizás muchos podéis decir,  cambia las cosas, haz algo, pero no siempre es posible, ella no puede desaparecer, viajar, hacer planes a largo plazo, por que tiene al pequeño Iván que depende de ella. Él tiene horarios fijos y necesidades, ella es su mamá y no puede desaparecer de ello. Tampoco podría por que no sería feliz. Así que he aprendido a compartir estos pequeños espacios juntas. Bien dicen que más vale una buena amistad que un gran amor. Pues eso estoy intentado hacer, aceptar que el destino no nos favorece y aceptar su amistad, no me quejo, no necesito más, quiero a Luisita y solo deseo que sea feliz, si es o no conmigo, no es lo importante. Pero volviendo al tema. Llevo dos días sin saber nada de ella. La inauguración es en dos días, y había pedido permiso estos días por Iván y por Sebas que otra vez se encontraba mal con muchos dolores en el pecho. Sara se enoja mucho cada vez que pide permiso por que cree que abusa de mi. Pero no es eso, Luisita necesita ayuda, económica y además necesita ocupar su cabeza en cosas que no sean sus problemas y si yo puedo ayudarla con eso, lo haré. Trabaja lo que puede, y no sé realmente cómo aguanta, se encarga de todas las actividades en su casa, como es limpiar, guisar, atender a Iván , jugar con él, hacer los deberes de la escuela, atender a Sebastián cuando tiene malos días como estos, además, ayuda a su hermana en el Kings trabajando en las campañas de publicidad para los eventos y subastas todos los martes, jueves y fines de semana. Como si fuera poco trabaja todos los días que puede aquí, a veces me pregunto en qué momento duerme, o cómo hace para no perder esa hermosa sonrisa. Al conocerla mejor también he notado que aunque su sonrisa sea muy transparente y de esas que dan gustito al corazón, también tiene una mirada triste, a veces se enfoca tanto en su trabajo, que puedo notar cómo su mirada tiene un rayito de luz, pero cuando se queda pensando o descansando, vuelve la mirada triste, daría mucho para saber qué es lo que piensa, pero no puedo hablar con ella e invadir su privacidad de esa manera, no soy más que su amiga y no pretendo a este punto ser algo más. 

A pesar de llevar todo el día preguntándome cómo estará no le he escrito, llevo borrando mil veces el mismo mensaje, la he visto en línea algunas  veces, y he dejado el móvil para evitar la tentación de hacerlo. Sé que está bien y con eso me basta. 

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Estaba concentrada, revisando algunas fotografías de mi proyecto personal, eran las 9 de la tarde, escuché un ruido cerca a la puerta principal, quién sería a esta hora? Sara no volvía hasta mañana. Marina estaba en casa de Manolita aprovechando días en familia con Marcelino, me asusté, cogí un trípode de mano y caminé en medio de la oscuridad pensando que era un ladrón. Mi respiración cada vez se sentía más agitada por los nervios y ya me había montado la película donde terminaba asesinada a manos de unos delincuentes. 

-Maricón que susto! 

-Luisi? 

-Amelia! -Corrió a abrazarme, me quede un momento disfrutando de su contacto y su perfume tan peculiar. 

-Qué haces aquí? estás bien? 

-Sí, discúlpame. -Y comenzó a llorar, apreté más el abrazo, me mataba verla así, empecé a dejarle suaves caricias por su espalda para que regulara su respiración. Noté que soltó las llaves al suelo y relajó su cuerpo dejándose caer sobre el mío que la sostenía en el abrazo. 

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