Un golpe contra la ventana le hace abrir los ojos, suspira y voltea a ver hacia la izquierda, el enorme ventanal le ofrece un atardecer anaranjado con nubes rosáceas. El volar torpe de las aves delata que en las alturas el viento no es el adecuado para ellas, sin embargo, no duda que afuera el clima sea agradable para dar un paseo en el parque o ver los estanques llenos de criaturas marinas que ofrecen los acuarios.
Sin embargo, salir no es lo suyo.
Ya no al menos.
Al principio, cuando su cuerpo fue arrojado contra la tierra que los humanos habitaban, el caos dentro suyo no le permitió apreciar los detalles por más de quinientos años. Para él sigue siendo confuso lo sucedido durante ese tiempo, pero por la sonrisa escalofriante que aparece en los labios de su maldita compañera, sabe que no fue nada bueno.
Gracias a sus compañeros conoce los acuarios, también llegó a ir a conciertos, pero lo suyo fueron las obras de teatro y las orquestas en vivo, nada de cines o ferias, solo silencio a su alrededor y su atención en música suave y agradable, estremecedora.
Otro golpe le hace dar un parpadeo lento, viendo con atención se da cuenta que una pequeña rama de la julieta que cuelga fuera del marco de la ventana del piso de arriba es lo que golpea contra el vidrio de su ventana. Ya ha crecido tanto que llega hasta la suya, ¿nueve metros? ¿Siete? No tiene la menor idea.
Vuelve su cabeza a la posición anterior y solo se dispone a ver la pintura que yace en su techo; una réplica exacta de la pintura que decora la capilla Sixtina. El arte es sin duda algo que sigue admirando a pesar de los años; cambia de una forma tan cautivado, algunas veces tan distorsionada, y no deja de evolucionar, sigue transmitiendo no importa la cantidad de tiempo que pase sobre ellas.
Un tirón contra el pecho, como si jalaran una cuerda sujeta a su alma le hace soltar un suave jadeo, cierra los ojos y permite que sea ella quien mande, quien lo guía al otro extremo de aquella soga y al ver los ojos llenos de pánico de la mujer, suspira cansado. Aquel viaje será sumamente largo y molesto.
El abrazador calor de aquel lugar más las oscuras sombras que parecen tener vida propia le dan la bienvenida, una hilera de piedras preciosas y brillantes minerales lo guían al trono de quien ha confiado tanto en él, a quien peor ha traicionado.
Hades, el señor del inframundo, le observa desde lo alto de aquel trono hecho de diamantes y cráneos color obsidiana, la dura y anaranjada mirada que le dedica le hace ser incapaz de seguir avanzando. Desde que fue creado, solo uno de los dioses se atrevió a guiarlo y entrenarlo, mostrándole debilidades que nadie más que un Dios debería saber, deposito su confianza y le dio su bendición, ¿y él que hizo? Lo traicionó.
— Serán desterrados, es el castigo que mi hermano ha impuesto sobre ustedes —asiente, él ya era sabedor de ello—; los mandará al mundo humano.
— Entiendo.
— No luces sorprendido, aunque sé que eres alguien poco expresivo, igual que yo.
— Lo he traicionado, hasta yo sé que esté castigo es poco a comparación de lo que merecemos.
— ¿Te parece?
— Sí.
— En ese caso —Haces levanta el brazo derecho, la manga en corte ha se desliza hasta el codo y revela a su vista el tatuaje de una serpiente negra con collar anaranjado, una que comienza a retorcerse en la pálida piel del Dios y se arrastra fuera, colocándose sobre la mano de este—. ¿Sabes lo que esa caja contenía? —el miedo por primera vez hace su aparición en él y lo hace dar un paso atrás— Creo que te echaré mucho de menos, tu compañía realmente me agradaba —la brillante mirada del Dios lo hace detener todo musculo del cuerpo, viendo con horror a la serpiente caer y avanzar hasta donde se encuentra—. Les sugeriré a mis hermanos este castigo, agradezco que seas tú quien lo haya hecho florecer.
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El Pecado de un Ángel (BakuShima)
Hayran KurguBakugo Katsuki no creyó que unas palabras lo hicieran vivir tantas cosas y todas gracias a una sola persona, mejor dicho, un solo ángel. Eijiro ha llegado a su vida para evitar así una guerra, una que él sabe que podría ganar en compañía de sus comp...