El Pecado de un Ángel (BakuShima)

⚜1: Genuino Ángel⚜

Los gruñidos y gemidos de dolor por parte de los enemigos que yacen en el suelo son lo que más se escucha en aquel lugar que hace unas horas fue un campo de batalla. Pasea la mirada por el amplio paisaje oscuro y solamente la detiene al deparar en sus compañeros, aquellas armaduras doradas ahora se encuentran rojizas debido a la sangre de aquellos que morirán dentro de poco.

— Hemos ganado —la voz apagada de uno de ellos se escucha con claridad sobre los bajos lamentos, su rostro sin imperfección alguna es la envidia de muchas guerreras y diosas menores, dejando de lado aquella mirada de tierra y mar que posee—, otra vez.

— Estoy seguro de que con esto nos elegirán —asiente ante lo dicho por el de mejillas pecosas—; seremos quienes cuiden esa caja.

— No hay que adelantarnos —el mayor de ellos camina hacia un hombre que con gemidos de dolor intenta alejarse del lugar arrastrándose, tirando con los brazos su destrozado cuerpo, pero le es imposible avanzar más cuando el pie enfundado metálico del hombre rubio presiona su espalda—. Pandora sigue siendo nuestro rival.

— No podemos hacer nada contra eso —razona uno blandiendo el kilij con fuerza para retirar la sangre de la afilada hoja—, son los dioses quienes deciden.

— Zeus entenderá que somos la mejor opción.

— Atenea nos odia a pesar de haber sido parte de nuestra creación.

— ¿Qué me dices de Artemisa? Ella quiere colgarnos de las pelotas solo por tenerlas.

— ¿No será acaso porque te metiste con una de sus sacerdotisas?

— Detalles, amigo.

La conversación continua y él le resta importancia a cada comentario estúpido que surge, lo cual solo toma un par de minutos. Sí, Pandora era una perra presuntuosa que estaba haciendo todo por ser quien cuidara de aquella caja tan valiosa, pero ellos no piensan dejarle aquello tan fácil.

Han derrotado ejércitos completos, encerrado en el tártaro e Inframundo a los enemigos más conflictivos de los dioses, eso debe de darles puntos a favor ¿no?

Aletea un par de veces con fuerza, retirando de sus doradas plumas la sangre de sus enemigos y las extiende por completo, permitiendo que los fríos vientos de Tifón, quien aúlla de dolor en la distancia por la masacré a sus hijos e hijas, las acaricien y llenen de orgullo.

Es un gran guerrero, lo sabe.

También es consciente de su enorme orgullo y sonríe al escuchar nuevamente los lamentos a su alrededor.

El ángel frente suyo solo ha dado pequeños tragos a la bebida, los delgados labios tocando el frio vidrio parecen de ensueño y no puede hacer nada con todas las cosas obscenas que Ira dice respecto a ellos, todo lo que quiere qué hagan y las imágenes que proyecta en su cabeza son la peor/mejor parte.

Se relame los labios, baja la mirada y colecta lo último de su platillo para terminar de un solo bocado aquello; ha sido una gran comida, deliciosa, y no va a negar que en parte tiene que ver con la compañía que disfruta, aunque ahora que Ira yace idiotizado por ángel es capaz de pensar mejor las cosas.

¿Acaso aquello era una trampa y él había caído como todo un idiota?

No puede culparse solo él, Ira y sus gruñidas demandas de "más ángel" lo terminaron distrayendo por completo, pero no puede dejar de lado la honestidad que ha escuchado en la voz del ángel y sabe que no está mintiendo, lo cual es alarmante.