||Capítulo tres||

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"Dame de tu vida y de tu tiempoSuficientes para verDentro de tus ojos el momentoQue me obligue a renacerDame vida y dame alientoQue yo ya perdí el conocimientoSolo quédate un momentoHasta evaporarnos en el vientoNo hay motivos para decirnos adiós ...

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"Dame de tu vida y de tu tiempo
Suficientes para ver
Dentro de tus ojos el momento
Que me obligue a renacer
Dame vida y dame aliento
Que yo ya perdí el conocimiento
Solo quédate un momento
Hasta evaporarnos en el viento
No hay motivos para decirnos adiós tan pronto".
Jósean Long

Narrador omnisciente:
Sarah tocó tres veces la puerta con intervalos de un minuto. Por reglamento de Dreams. Nadie atendía. Hace solo unos minutos el llamó para pedir un kit de spa, para ir a la piscina. Que raro, como nadie atendía ella sacó la tarjeta y abrió muy lento.

—¡mucama. Kit de spa! —Ella tenía que hablar fuerte, está en el octavo piso donde están las suites. Son tan grandes que muchas personas no escuchan cuando llaman a la puerta.

—Estoy en el baño, déjalas encima de la cama nomah.—Sarah sentía muchos nervios. Estaba a solo unos pasos de conocerlo.

Ingresó a la habitación y fue directo a la cama. En el camino la chica no pudo evitar observar lo que había a su alrededor, desde gorros DC hasta GUCHI, camisas, zapatillas por todos lados, estaba súper desordenado.

Cuando llegó a la cama bajó la mirada. El baño estaba al lado y se podía observar todo lo que había dentro.

—Oiga señorita, usted me podráh hacer la pieza? La tengo pa' la cagá— Sarah se tuvo  que pellizcar el brazo para reaccionar. Tenía al mismísimo Carlos Rain en solo un toalla en la cintura. Se notaba de lejos que estaba bien entrenado, ya que no pudo evitar mirarlo de arriba a bajo.

— mmm.. no creo, el horario de de aseo es de 9:00 AM hasta las 16:00 PM. Ahora son como las diez, no puedo. Mi turno termina pronto. Disculpe. —Le dice la chica, para luego caminar a la puerta.

—Y si le pago para que se quede más rato. ¿Aceptaría?—Le susurra el, suplicándole con la mirada.

Sarah no sabía que pensar, por un lado le encantaría, pero por el otro no sabía que hacer. A la mierda, no me metí a este trabajo solo para saludarlo, tenía que hacerlo.

—Si, si. No habría problema, pero necesito que salga de la habitación. No puedo estar sola con usted mucho rato.

La chica baja la cabeza cuando siente la intensa mirada de él.

–Ah claro poh. No se preocupe, si yo tengo un show en un rato.

—¿Quiere que le cambie las sabanas?—dijo ella tratando de disimularlos nervios.

—Haga todo nomah. La dejo para que haga las cosas— Diciendo esto. Toma sus cosas y se va.

Sarah queda un poco descolócala. Había salido de la habitación con pura toalla. Ella supuso que se fue a donde  Bastian y Gerardo. Había escuchado que el Pailita siempre viajaba con todo su equipo.

Solo una noche [Pailita]  Saga bandidos 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora