||Capítulo dieciocho||

1.7K 53 9
                                    

"Tomados de la mano mientra' mirábamo' el cieloMe diste ese beso, el má' sinceroAhí fue cuando supe que no sería pasajeroEn mi ropa 'tá tu fragancia Aunque estemos a la distancia Donde voy tú vienes conmigo Conectado' por los látido'Funcionó la le...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

"Tomados de la mano mientra' mirábamo' el cielo
Me diste ese beso, el má' sincero
Ahí fue cuando supe que no sería pasajero
En mi ropa 'tá tu fragancia Aunque
estemos a la distancia Donde voy
tú vienes conmigo Conectado' por los látido'
Funcionó la ley de atracción Cuando
cruzamo' la mirada Tú te negabas al amor".
Rusherking, María Becerra.

Sarah' POV:

Un mes después...

En este último mes, las cosas han transcurrido sin grandes eventos. En general, todo marcha bien, y estoy emocionada por mi próximo viaje a Miami en dos semanas. Sin embargo, los dolores persisten, y ahora se suman náuseas y vómitos. Por suerte, tengo una cita con el doctor mañana.

—¡Ay!—me quejé, tocando mi vientre. Sentía como si me arrancaran los ovarios.

—Hija, llevas días con esos dolores, debes ir al médico, no puedes dejarlo pasar—mi madre acarició mi cabeza.

—Mamá, mañana tengo cita con el doctor. No pasará nada—le respondí, agitada por el calor. Tomé un cartón para refrescarme.

—No. Mira cómo estás. No esperarás hasta mañana, iremos AHORA a urgencias—dijo decidida. Asentí, sintiendo que mi presión aumentaba.

—Le diré a tu hermano que nos acompañe—comentó y fue a buscarlo.

—¡Ignacio! Tu hermana está enferma, acompáñanos a la clínica, por favor—gritó mi madre. No sé cuánto tiempo pasó hasta que bajó y nos subimos al auto. Mi cabeza ardía y no podía abrir los ojos. Relacioné todo con los dolores, que siempre venían acompañados de náuseas.

—Nacho, ¿tienes una bolsa? Me siento mal, tengo ganas de vomitar—pedí, agitada. Casi no podía hablar, y de repente, todo se volvió negro.

Cuando desperté, me encontraba rodeada de cables y máquinas. Sentía sed, pero no quería moverme. Voces lejanas se oían, pero no las entendía. Poco a poco, volví a la realidad, escuchando la conversación.

—¿Cuándo despertará, mamá?—preguntó mi hermano, preocupado.

—No lo sé, hijo, pero necesita descansar para lo que viene—respondió mi madre tranquila. ¿Qué querría decir con "lo que viene"?

—No puedo creer que esté embarazada, mamá. Voy a tener un sobrino—comentó emocionado Nacho. Reí, pensando que era una broma.

—Tiene muchas cosas en qué pensar. Ahora tiene una vida ahí—sentí que tocaba mi vientre. ¿Cómo? ¿Estoy embarazada? Comencé a llorar. Esto no podía estar sucediéndome. Tengo planes y sueños por cumplir.

—Ay, hija, no llores. Estaremos todos para ti—mi madre me abrazó. Reaccioné, pero no sabía qué hacer.

Mi mamá es mi todo, siempre apoya y aconseja. Agradezco que esté conmigo.

—Sarita, hija, ¿me estás escuchando?—mi mamá movió sus manos frente a mi rostro.

—Sí, mami—respondí con lágrimas en los ojos. Aunque joven, sé que puedo salir adelante con mi bebé. Tengo ahorros para irme. Mi decisión puede ser apresurada, pero siempre he querido partir, y ahora, más aún con mi bebé. Quiero darle una buena vida, y aquí en Chile, eso sería difícil.

—¿El doctor les dijo cuántos meses tienes?—pregunté, acomodándome en la cama.

—Sí, hija. Pero prefiero que te dé toda la información él—mi madre miró a mi hermano.

—Nacho, ¿podrías ir a buscar al doctor?—le pidió, y él salió apresurado. Mi mamá y yo nos abrazamos nuevamente.

—Siempre había querido tener un nieto, hija, pero no así. Me hubiera gustado que estuvieras casada—mi madre se secó las lágrimas. Yo también lo hubiera preferido.

—¿Quién es el padre?—preguntó suavemente. Aunque quisiera, no se lo diré. ¿Para qué? Él nunca estaría. Ahora probablemente esté en medio de shows o grabando. Mi bebé y yo no seríamos un estorbo en su carrera.

—Se llama Christopher, lo conocí en una fiesta y nunca más lo volví a ver—fue lo primero que se me ocurrió. No me gusta mentirle, pero sentí que era lo necesario.

—Tendrás que hablar con él. Sabes lo difícil que fue para Marta criar a Fran y a Jose—mi madre se puso seria. Solo suspiré.

—Hola. Buenas noches. ¿Cómo estás?—dijo el doctor al entrar a la habitación. Era bastante mayor así que supuse que tenía basta te experiencia en el campo.

—Bien, doctor, asimilando algunas cosas—le respondí con una mueca.

—Veo que ya te lo dijeron. Tienes un poco más de dos meses, así que debes tener mucho cuidado. Los primeros tres meses son cruciales para el desarrollo de tu bebé—"Tu bebé" sonaba tan hermoso.

—Me gustaría agendar una cita con usted. No sé mucho sobre embarazos y necesito ayuda—le dije, un poco asustada.

—Sí, claro. Cuando te den de alta, pasa por mi oficina y la agendamos con mi secretaria—me sonrió, se despidió y se fue.

—¿Cómo que estás embarazada?—me dijo mi hermana en la videollamada. ¿Estás segura?—continuó. Llevábamos hablando una hora, y aún no se lo creía.

—Sofía, Sarah te lo ha dicho mil veces. Sí, está embarazada—le dijo mi amiga, un poco molesta.

—Necesito más pruebas para creerlo—protestó mi hermana, mirándola mal.

—¿Y qué piensas hacer? ¿Lo tendrás?—asentí. Amo a los niños, y jamás me perdonaría hacer otra elección. Cada una tiene la libertad de decidir, y yo ya tomé mi decisión. Ahora, tengo una vida dentro de mí. Lucharé por ella.

〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️〰️
Eh... No tengo mucho que decir. Creo que estoy igual de emocionadas que ustedes. Tengan una linda noche.

Solo una noche [Pailita]  Saga bandidos 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora