||Capitulo cincuenta y ocho||

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"Tú eres pura belleza, princesaLlegaste a mi vida de sorpresaLa única que estos labio' me besaCarita de ángel, pero eres traviesaPa'l carajo, la fama y la plataSi tú eres la única candidataNo te sienta menos, que tú eres perfectaPor eso escribí es...

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"Tú eres pura belleza, princesa
Llegaste a mi vida de sorpresa
La única que estos labio' me besa
Carita de ángel, pero eres traviesa
Pa'l carajo, la fama y la plata
Si tú eres la única candidata
No te sienta menos, que tú eres perfecta
Por eso escribí esta bachata."
Pailita.

Carlos POV:
Hola, me presento. Soy Carlos Javier Rain Pailacheo. Tengo 24 años. Actualmente estoy de vacaciones en México, Cancún. Después de unos meses intensos necesitábamos descansar. Así que invité a toda mi familia y a algunos amigos. Pero no es lo importante, ni lo que me tenía nervioso.

Hoy en la noche daré unos de los pasos más importantes en mi vida, le pediré matrimonio a la Sarah, y estoy histérico, conchatumadre. Pienso puras weas. Y no se por qué, si tengo hasta la bendición del Ignacio, que al principio no me quería ver ni en pintura, me hizo la vida de cuadritos el culiao', hasta que un día por fin me aceptó y ahora somos panas.

Luego de salir de la clínica las cosas no fueron fáciles para nosotros, tuvimos que enfrentarnos a la prensa, a las redes y hasta a la familia de la Sarah, el Ignacio. En todos lados habían fotos de nosotros, ya sea saliendo de mi condominio, en la clínica para la revisión de la Sarah y la Emma. Tuve que contratar a más guardias para protegerlas, los periodistas pueden hacer lo que sea por una entrevista, y nos las expondría a eso, porque las amo y haré cualquier cosa por protegerlas.

Durante el tiempo que la Sarah estuvo en coma, me preocupé de ir a verla con algo que tapara mi rostro, ya sea gafas, gorros, bufandas, aunque me cagara de calor, así que nunca tuve problema. Pero cuando dieron de alta a la Sarah, la felicidad hizo que nos olvidáramos del mundo y salimos como si nada de la clínica, de la mano y con la Emma en un coche. Íbamos de lo más campante, hasta que todo se llenó de cámaras. Sinceramente no sé cómo lo hice, pero llegamos sanos y salvos a mi casa.

—Paili, necesitas estar tranquilo —entró Esteban a mi habitación. Estaba bronceado, bien vestido y con mucho perfume, tirando pinta por si acaso. Lucia bastante bien, mi hermanito. Según lo que me contaron, Sofi, la hermana de Sarah, lo rechazó, así que andaba despechado por el mundo. Y lo peor no era eso, sino que Sofi también estaba en el viaje. Claro, había invitado a la familia de Sarah, quería que estos días fueran inolvidables para ella.

—Te va a decir que no —se rió y me abrazó. Suspiré.

—No me digas eso —palmeó mi espalda y se separó un poco para tomar mis hombros.

—Hermano, Sarah te ama, amigo —habló sinceramente, dándome seguridad.

—Lo sé, pero eso no quita que sienta nervios —alboroté mi cabello y caminé por la habitación, donde lo había dejado.

—Mi sangre, el anillo lo tengo yo —tragué fuerte y recordé. Se lo pasé en el aeropuerto de Santiago para que Sarah no lo viera, ya que siempre que viajamos, ella organiza mi ropa y husmea, aunque lo niegue.

—Ya, está todo listo —miré el reloj, eran las cinco y se lo pediría a las ocho, cuando comenzara el atardecer. Así que tenía tiempo para disfrutar la playa.

El hotel donde nos hospedábamos era uno de los mejores de Cancún. Teníamos las mejores habitaciones, todas con balcón y vista al mar, una perspectiva verdaderamente hermosa. Aunque prácticamente no estábamos en la habitación, pasábamos todo el día en la playa y en la noche íbamos a la disco, así que básicamente regresábamos solo para dormir. Seguramente se preguntarán quién cuida de nuestra bebé por la noche. La encargada es mi mamá y la tía, ¿quién mejor que las abuelas para cuidarla? Además, estaban encantadas. Al principio, Sarah se negó rotundamente porque no quería que su mamá se cansara, pero la tía estaba encantada de cuidar a Emma. Así que pudimos disfrutar de las noches sin preocupaciones, recordando que aún éramos jóvenes.

—¡Amor, el agua está deliciosa! —Gritó Sarah, alzando un brazo para que la viera. En el otro, sostenía a nuestra pequeña, que ya tenía seis meses. Ni yo me lo creo; el tiempo pasa volando. En un abrir y cerrar de ojos, llegará con el primer pretendiente a casa y le daré un buen susto al chico. Suspiré, pensar en eso me afecta.

—¡Sarah, no te metai' tan adentro! —Le recordaba constantemente que ella no sabía nadar. Pero no podía hacer mucho; a Sarah le encantaba el mar con toda su alma, y al parecer, Emma iba por el mismo camino, porque nos costaba un montón sacarla del agua. Así que más adelante le enseñaré a nadar.

—Estaba conmigo, Paila. —Dijo Ignacio cuando llegué a donde estaban, no sé en qué momento apareció.

—¡Wena, hermano! Gracias. —Le agradecí juntando mis manos.

Mis princesas estaban jugando con Fran a lanzarse agua, aunque despacio para no asustar a Emma. Su risa resonaba desde que toqué el agua; es muy risueña.

—Amor... —Hice un puchero.

—Me asustaste. —La abracé por detrás, besando su mejilla, se veía hermosa, tenía un bikini rojo que resaltaba cada curva de su cuerpo, era mi favorito. Toqué su mentón e hice que me mirara.

—Te ves hermosa. —Susurré para luego besarla.

—Iugh... Está la beba presente. —Se rió la Fran.

—Más respeto, por favor. —Y se fue a buscar al Ignacio. Con la Sarah nos cagamos de la risa.

—Y está bebé hermosa. —Tomé a la Emma y la levanté, para jugar un rato con ella.

—Yo ya no puedo hacer eso con ella. —hizo un puchero la Sarah.

—Me pesa ya. —La miró triste.

—Está creciendo muy rápido —Puso una mano en su cadera y con la otra le reprochó.

—No crezcas tan rápido hija, te quiero disfrutar puh. —Le dijo con los ojos brillosos.

—Amor... Ya puh. —Agarré su cintura y la acerqué a mi.

—Disfrutemos de esto. —Le di un besito.

—De estas vacaciones. —Otro besito.

Luego de eso salimos del agua y descansamos en las reposeras. Aunque no pude pegar un ojo, revisaba la hora a cada rato. Solo espero que todo salga bien.

Solo una noche [Pailita]  Saga bandidos 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora