Solo una noche [Pailita] Saga bandidos 1

|| Capítulo veintitres||

"Perdón por no llevarte flores aquel día,
Se que fui un carbón, pero nunca te cambiaria
Baby, lo siento, sé que soy inestable
Te voy a entender si no quiere' que te hable
Te voy a entender, mami, si quiere' bloquearme
Pero haciendo eso no podrás olvidarme
Te fuiste como se fue el sol
Si tú no estás yo ya no siento calor
Y yo pensando que para ti era el mejor
Que la playa no es lo mismo sin ti".
Young Cister.

Carlos' POV:
Luego de llegar al Aeropuerto busqué a los chicos, no quería estar solo es que puta, me había mandado el medio cagazo. En este momento tengo muchas weas en la cabeza, es que, ¿Como que se va? y tan lejos poh. No entiendo su decisión, para mi no es suficiente, tenía que haber otro motivo, y no me quedaría tranquilo hasta saber que weá pasó. Se que nunca le debí decirle esas cosas, habló mi enojo, pero trataré por todo los medios de disculparme.

Cuando los encontré estaban cuchicheando entre ellos, medios preocupados, rodé los ojos, siempre les pasa algo a este par.

—¿que wea les pasó?.—Los abracé por atrás. Y me cagué de la risa. Por lo general no me gusta demostrar tanto mis sentimientos con los demás.

—Conchatumadre. Carlos Javier.—Dijo el Gerardo asustado. Me miró y se tapó la cara con sus dos maños. Que es exagerado este weón.

—¿Que weá te pasó a ti hermano?. Teni' la caga en la cara.—Saqué mi celular y puse la cámara. Oh la media volá. Tenía unos rasguños en el cachete, y ni me dolía.

—Me tinca que te mandaste la media cagada.—Dijo el Basti, medio preocupado.

—Hermano es que si les contara. Me matarían.—Ambos eran súper sobre protectores con sus mamás y con sus hermanas.

—Thaaaa. Que erí' exagerado hermano.—Rasqueó los dedos el Basti.

—Ya suelta la ficha qué pasó.—Estos dos eran más copuchentos.

—Les cuento si me dicen de que estaban hablando ustedes. —Les dije riendo. Pero se pusieron serios.

—Es que vimos una wea rara, pero nada importante— Los miré extrañado. Quizás que habían visto estos giles. Decidí ignorarlos no me interesaba mucho la verdad.

—Ya filo, vieron a mi mamá?—La busqué con la mirada, pero nada.

—Tshaaa... Como eres. No te hagai' na' el gil. Qué pasó, oh.—Dijo el Basti impaciente.

—La Sarah me dijo que se iba a Miami, y buta, reaccioné mal, poh.— Les dije suspirando. No le había ni pedido perdón.

—A Miami? Cerca la wea.—Lo miré mal, no estaba para su webeo.

—Te dijo porque? Es que rara la weá. Que opinai vo'? Le dijo al Basti.

—Na' poh hermano, si allá la cosa igual está mejor que acá. Si yo pudiera me iría cagao' de la risa.—Es verdad no lo iba a negar.

—Aparte que te preocupai' tanto. Si te la pasai' por allá.— Dijo el Bastian. Y era verdad, de hecho después de mis "vacaciones" Tendría que volver para grabar unos temas. Quizás la llame o hable con la Fran, pero no todavía, era muy pronto.

—Te haces el gil, pero erí' el mas vivo de todos nosotros. —Le dije abrazándolo. Quería mucho al Basti, nos criaron juntos y pasamos artas weas, allá en el sur. Trabajamos de chicos igual, pa' salir adelante, por eso cuando caché que la cosa iba para arriba, me lo traje a Santiago junto al Gera, que es mi mejor amigo.

Después de hablar con los cabros empezamos a buscar a mi mamá, es que compra no hay nadie que la pare. Y estos las dejan sola mas encima.

—Cómo que la dejaron sola par de malayas.—Les dije enojado. Yo se acá no le pasaría nada, pero igual uno nunca sabe.

—Hermano ahí viene la tía. —La señaló el Gera. Venía caminando con un montón de bolsas, seguramente el viaje, ya que son como cinco horas a Punta Arenas. Distraída chocó con una chica.

Caminé hacia ella con la  intención de ayudarla y levanté la mano para que me viera de lejos. Me miro y sonrió. Le estaba diciendo algo a la chica, pero esta se despidió y salió casi corriendo.

—¡Carlos javier! ¿que te pasó en la cara ?—me dijo entre asustada y enojada. No me dejó responderle ya que fue a buscar a la chica de nuevo.

—Ay mijita tendrá algo para curar las heridas de mi hijo—Le dijo a la chica tocándole el hombro. Era la Sarah, y se quedó mirándonos un rato. Para luego caminar hacia mi.

—No me diga que su hijo es el Pailita.—dijo mirándome emocionada. Mi mamá solo me miraba con orgullo, le encantaba cuando me reconocían.

—Es el mismo, pero ahora anda feo. Parece que se mandó una cagaita, porque tiene rojo el cachete.—Le dijo mi mamá a la Sarah.

—Oh...si, que le pasó.—Yo ya no aguantaba más esta situación. Y la tomé del brazo.

—Sarah... Perdóname.—Mi mamá agrandó los ojos, seguramente se acordó de nuestra conversación de hace unos meses.

—¿Ella es la chica?—Preguntó mi mamá impresionada.

—Creo que si.—Dijo La Sarah sonriendo. Tan linda mi niña.

—¿Nos dejarías solos un momento?—Le dije a mi mamá tocándome le cuello. Ella solo asintió y se fue con los chicos.

—No hay nada de que hablar. Lo que se dijo dicho está, y espero de verdad que todo lo que me dijiste haya sido mentira, porque jamás he sido la persona que describiste. Es verdad que forcé las cosas para conocerte, pero tu no tenías ningún derecho a insultarme, porque yo a ti siempre te traté con respeto.—Dijo con tristeza. Me sorprendió su cambio de animo, Pero sé que no quiere que mi mamá se entere lo que está pasando.

—Perdóname si...Lo dije por un impulso, jamás pensé y ni pensaré eso de ti. Lo juro mi niña.—Le dije arrepentido. Ella solo me miraba atenta.

—Está bien pero...—Y se quedó callada.

"Pasajeros del vuelo 112, ingresen a la sala de embarque... en pocos minutos despegará el avión.—Se escuchaba de fondo".

—Ese es mi vuelo.—Dijo emocionada. Me besó la mejilla y se fue.

No puedo creer que esto terminara así, pero no lo permitiré, así que espérame nomás que iré por ti mi niña.

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Bellezas, quiero que opinen sobre la novela, por acá o por privado, es que siento que los dos últimos capítulos anduvieron watiando cachai, y no quiero seguir si la novela si está fome, así que eso ayúdenme. Besos...