||Capítulo doce||

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"Yo no te busqué, noChocamo' en el trayectoCon tu alma es la que yo conectoTranquila, no tiene que ser perfecto, noAquí no existe el pecadoY equivocarse es bonitoLos errore' son placere'Igual que to' tus besito"Bad Bunny

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"Yo no te busqué, no
Chocamo' en el trayecto
Con tu alma es la que yo conecto
Tranquila, no tiene que ser perfecto, no
Aquí no existe el pecado
Y equivocarse es bonito
Los errore' son placere'
Igual que to' tus besito"
Bad Bunny.

Sarah's POV:
—¿Quién era ese tipo de la fiesta? —se puso serio.

—Nadie importante —le dije, y me volteé para quitarme la chaqueta; hacía mucho calor en esa casa.

Habíamos llegado hace un rato a la casa, que era preciosa y estaba repleta de gente tanto en el jardín como en el patio. Supongo que la mayoría estaba afuera por el olor a cigarro, que no nos agradaba a mí y a mis amigos. Estaba emocionada; conocí a Young Cister y a Polimá, este último acababa de llegar desde Temuco para unos shows.

—¿Durante la noche te besó? —preguntó, tomando mi cintura para que lo mirara.

—¿Te importa acaso? —lo miré desafiante. Estaba cansándome de esto.

—Sí —confesó, alborotándose el cabello. Me encantaba cuando lo hacía.

—No tengo por qué darte explicaciones —me solté de su agarre y fui a buscar mis cosas, sabiendo que él me seguiría.

—Sí, me las tienes que dar —insistió.

—Carlos Javier, déjame por favor disfrutar de esta noche. Solo quiero pasarla bien, y tú me lo estás poniendo bastante difícil. Si te digo que no pasó nada, no pasó nada. Ya basta. Además, tú y yo no somos nada —le dije, dispuesta a salir, pero me agarró del brazo y me guió a la primera habitación que encontró. Cerró la puerta y me acorraló contra ella.

—Desde el momento en que te entregaste a mí, pasaste a ser mía —me acarició la mejilla y me besó. ¿Qué fue lo peor? Que no me pude negar.

Me besó desesperadamente, como si me necesitara. Di un pequeño brinco enrollando mis piernas en su cintura, haciendo que mi vestido se subiera. Bajó sus manos y las puso en mi trasero. En un chasquido de dedos el enojo se me olvidó.

—No vuelvas a decir que no somos nada —unió nuestras frentes.

—Pero tú dijiste.. —le susurré, recordando lo que dijo en la entrevista.

—No importa lo que dije. Tú eres mía —me dijo, guiándonos hacia la cama.

La cantidad de habitaciones en esta mansión era infinita, literalmente. Besó mi mejilla bajando hasta llegar a mi cuello. Estaba nerviosa; ya no era la atrevida de la última vez. Continuó con sus besos hasta mis pechos y los besó por encima de la tela.

Solo una noche [Pailita]  Saga bandidos 1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora