Solo una noche [Pailita] Saga bandidos 1

||Capitulo cincuenta y tres||

"Y si me voy que seas feliz antes de llorar
Antes de que termine quiero que conmigo camines
Que nuestra historia la pongan en todos los cines
Amándono' hasta que los años nos dominen."
Manuel Turizo.

Carlos POV
—La cagué, la cagué, la cagué. —Agarré mi cabeza frustrado. ¿Por qué mierda le había hablado así? Después de tanto esfuerzo por descubrir quién era, apenas la vi, le solté puras weas.

Cuando empezó a contar cómo nos conocimos, sentí que me decía la verdad; esos ojitos brillantes me lo confirmaban. Pero no podía recordar nada; tenía la mente en blanco. Me estaba contando algo que no viví, como si me hubieran lavado el cerebro, weón. Me empecé a alterar, me puse una máscara, una puta careta que terminó lastimándola.

—Mi sangre... ¿Qué weá...? —Entró el Cister a mi pieza, mirándome confundido. Ni yo me entendía. Suspiré.

—No sé, hermanito... —Tapé mis ojos con mi brazo. Estaba acostado desde hace un rato.

—Te acobardaste... —Dijo tajante. Me acomodé mejor y lo miré. Tenía los brazos cruzados.

El Gerardo me había dicho que, aparte de su familia, el Cister es el que estuvo con Sarah todo este tiempo. Viajaba constantemente para verla, haciéndose grandes amigos, por eso estaba tan enojado conmigo. Les juro que tenía la media vena asomándose por su cuello, pero aún así se contuvo y me habló calmao'

—¿Y te dijo por qué, hermanito? Porque sabí' que todo lo que ella te dijo era cierto. —Movió su mano apuntándome con firmeza.

—Y ahora, poh.... cuando ella más vulnerable está... —Se acercó a mí. —Cuando más cuidados necesita. Tú la tratas como el pico. —No tenía palabras para lo que me estaba diciendo.

—Por la chucha Cister. No me acuerdo de ninguna wea' hermano. —Lo miré con frustración y continué. —Por eso dudo, por eso reaccioné así. pero por otro lado...—Suspire. —Cuando la vi no pude evitar creerle.

—¿Querí' saber si lo de ustedes es verdad? Toma. —Me lanzó su celular, en él tenía fotos mías con Sarah. Las analicé una por una, y en todas se veía la felicidad que compartíamos. En una estábamos caminando por la playa, en otra estábamos en una cama y ella me besaba la mejilla. En otra estábamos con el Cister. Y así muchas y muchas más. —Me tapé la boca, sorprendido; había una donde yo le besaba el vientre y me veía tan feliz, tan ilusionado mientras apreciando su vientre con mis mano. Cada imagen, cada fotos contaban una historia que mi memoria se empeñaba en ocultarme. Y eso me mataba. —Sequé con brusquedad las lagrimas que estaban cayendo.

—Así como se ven felices, igual la has lastimado... —Veía las fotos una y otra vez, tratando de acordarme, pero nada. Tapé mis ojos con mis manos con frustración y sollocé. ¿Por qué mierda me tenía que pasar esto a mí? Me veía tan feliz junto a ella. ¿Qué mierda haría ahora?