Solo una noche [Pailita] Saga bandidos 1

||Capitulo cincuenta||

"Me está matando la ansiedad
Siento la necesidad
Vives dentro de mi cabeza
Pero en mi pieza no estás
Ey, mami
Siento que estoy enloqueciendo
Ya tú no me llamas
¿Será que ya no me necesitás?."
María Becerra, KHEA

Carlos POV
Desde el año 2021 en adelante, mi memoria es un vacío. No tengo recuerdos de cómo continuó mi carrera como cantante, no sé qué canciones creé ni con quién colaboré. No sé si me enamoré o si continúo con la Scarlett. Lo único que puedo afirmar es que este collar pertenece a alguien que fue muy importante en mi vida. Y ahora, ya sé su nombre

—Es de Sarah... —El Gera habló rápidamente por el micrófono del estudio. Seguramente pensó que no lo entendería, pero ese nombre resonó por todo mi cuerpo.

Desde hace un rato estábamos grabando un temita nuevo que lanzaré dentro de poco. Esté con tendrá colaboración con "De La Ghetto" así te le tenía que enviar mi parte grabada. Pero lamentablemente no me podía concentrar, cada vez que podía sacaba el collar y lo miraba como un aweonao' hasta que el Gera cachó y me dijo a quien le pertenecía.

—Sigamos noma' quiero terminar luego. —Amo componer, grabar y sacar canciones, pero dentro de un rato tendría que ir al concierto del Cister, quería ir de sorpresa para apañarlo, ya que este es un momento muy importante para el. Por lo que escuché sería su primer Movistar Arena, así que no podía faltar. 

—¿Cómo quedó hermano? —Les pregunté a los cabros. Por si no lo había mencionado, estábamos en el estudio del Taiko, en Quilicura

—De pana, hermano. —dijo el Taiko con el pulgar arriba detrás del vidrio.

—Si igual se nota que le pusiste corazón weón. —Comentó el Gera abriendo la puerta de la sala de grabación. Caminó un poco y me abrazo. Puta que lo necesitaba.

—Tranquilo mi sangre, si todo va a volver normalidad. —Dijo dándome unas palmadas en mi espada.

—Si... hermano, si sé. —Me separaré de él y le sonreí de lado.

—Ya, culiao' vamos. —Miró su Apple Watch.

—El concierto empieza en una hora. —Me tomó del brazo y sacó casi a la rastra del estudio, apenas me pude despedir del Taiko.

En el camino mi sangre iba súper raro, pareciera que se le iba a salir la pierna tanto que la movía. Yo le trataba de hablar, de cualquier wea' pero no me pescaba.

—Hermano, ¿Qué chucha te pasa? —Lo miré preocupado. Ya casi llegábamos a la casa.

—Nada mi sangre. Todo bien culiao' —Me sonrió haciendo una mueca. Decidí no insistir más, después él me vendría a contar lo que le pasa.