Solo una noche [Pailita] Saga bandidos 1

||Capítulo veintiuno||

"Me está matando la ansiedad,
siento la necesidad
Vives dentro de mi cabeza,
pero en mi pieza no estás
Siento que estoy enloqueciendo
Ya tú no me llamas,
¿será que ya no me necesitás?
yo te necesito Si estoy lejos tuyo no resisto
¿Pero pa' qué quiero ir a buscarte?
Si tu love está por matarme".
Khea, Maria becerra.

Carlos' POV:
Cerca de las diez de la mañana llegamos al aeropuerto de Temuco. Sinceramente pensé mucho en ir a verla o no. Pero finalmente los chicos me convencieron.

—Carlos wn, anda. No pierdes nada hermano.— Dijo Gera. Dándome unas palmadas en la espalda.

—Hermano, buta no es para apurarte ni nada, pero tienes una hora.—Continúo Basti. Viendo la hora del próximo vuelo.

—Díganle a mi mamá donde fui, y que volveré pronto. —Sonreí como un niño cuando le regalan una paleta.

—Puta que los quiero weón. Gracias. — Y los abracé.

—Ya, ya , ya. Hermano, no te pongai' sentimental tampoco. —Dijo Gera, a él no le gustan esas cosas.

—Tsha... Que andai pesao' vo'. Ya chao mejor.—Les dije riendo. Estaba feliz weón, algo dentro de mi me dijo que saldría to' bien.

Caminé a la entrada, y tomé el primer taxi que encontré. Iba tan distando en el viaje que no me di cuenta cuando llegamos.

Temuco es realmente lindo. Con los shows y los eventos nunca puedo disfrutar de la belleza de casa ciudad a la que voy, llego y me encierro en un hotel hasta la noche y me pierdo de todo esto. La Sarah vivía en un barrio muy bonito, y lleno de vegetación, y por si se preguntaban de cómo me conseguí su dirección, pues  mi hermanito el Cister me la dió, hasta me dió su numero, pero no lo usaría hoy.

Pagué y me bajé. Cerré los ojos y suspiré, estaba bastante nervioso, sentía como mis manos transpiraban, entiéndanme igual, no la veía hace caleta. Había un auto fuera de la casa, así que supuse que había gente dentro.

—Hola busco a Sarah.—Dije cuando me abrieron la puerta. El era un chico alto, y bastante parecido a Sarah, supongo que es su hermano, ya que una vez me lo mencionó.

—Eh... Si, dame un segundo.—Y me sonrío un poco extrañado. Supuse que Sarah le comentó lo sucedido entre ella y yo. —Suspiré.

—Sarah... Te buscan.—Dijo este. Y yo me dispuse a mirar dentro de la casa. Estaba desordenada, con ropa por todo los lados, parece que saldrían.

—Voy.— Habló ella. Y llegó corriendo. Yo creo que no me esperaba a mi, por la forma en que me miró. Estaba muy extrañada.  Venía vestida con un polerón oversize y sus pantalones de conjunto color beige, se le veía muy bien.

—Hola Sarah.—La saludé al notar que ella no decía nada. Parecía nerviosa, y la entendía, no nos veíamos desde hace un tiempo, donde habían pasado hartas cosas.

—Hola.—Me dijo con una sonrisa, mientras
arreglaba su cabello atrás de su oreja derecha. Que linda se veía haciendo eso.

—¿Que haces aquí?.—Continuó. No sabía que responder a esa pregunta, no le podía decir ,"mi corazón me trajo hasta acá"

—Quería verte.—Le dije nervioso sin mírala, revolviéndome el cabello.

–Pues aquí estoy.—dijo acercándose a mi con una sonrisa, y me abrazó. Al principio me sorprendí un poco, pero se lo agradezco, necesitaba de ese abrazo.

—Hija. Tenemos que irnos ya. El Uber nos está esperando. —Salió su mamá, o eso creo. Nos separamos poco a poco y juntamos nuestras frentes.  Creo que el hermano le dijo algo a su mamá porque se subieron al auto. Quería decirle tantas cosas, pero en tan poco tiempo no podía.

—¿Dónde irán?—Le dije aún en la misma posición, ni quería soltarla.

—A Miami. Me iré a vivir allí. —me lo dijo de una forma tan calmada que me costó procesarlo. Pero luego me separé busco de ella. ¿Que weá? ¿Cómo que se iría? ¿Por qué ?.

—¿Como que te iras? —Caminé de un lado a otro frente a ella. Muestras que Sarah solo me seguía con la mirada.

—Allá tendremos una mejor vida. Y podré terminar mi carrera en una mejor universidad. —No podría creer lo que me estaba diciendo. Cerré los ojos, inhalé y exhalé, lentamente.

—Y que pasará con tu mamá, tu familia, y yo?.—Esto debe ser una puta broma como que se va weón.

—Lo decidí hace un tiempo. Y estoy contesta con esto, allá estará mi hermana y me ayudará. Tú deberías estar feliz, ya no seré un problema.

—¿Que wea estás diciendo Sarah? Si fueras un problema yo no estaría aquí.—Le dije alterado, pero bajé mi tono de voz cuando la vi angustiada.

—Hermanita, se nos va a ir el uber. Nos está esperando hace rato. —Le dijo su hermano mirándome con cara de pocos amigos.

—Dile que espere. Yo igual me tengo que ir con ustedes al aeropuerto.— Dije mirando a la Sarah. Necesitaba que me lo confirmara, aún que sea con la mirada.

—Sarah. ¿Estas segura de esto? —Muy dentro de mi, deseaba que me dijera que no.

—Ya está decidido.—Me dijo sonriendo tomando mis manos. No sabía cómo podía estar tan serena. Pero aunque no quisiera, su mirada mi transmitía paz, y sabía que allá estaría bien.

—Es lo mejor para ambos y para mi. En Miami se me abrirá otro mundo con muchas oportunidades. Espero entiendas. —Me tomó la mano y la acarició.

—¿Cómo que para ambos? Sarah te vas a la chucha del mundo.—Respira Respira. No quería alterarme, y menos con ella.

—Bueno, ya no tendrás que venir cada vez que te sientas culpable, por algo que los dos quisimos. Yo estaré bien allá, y pero que tú también donde quiera que vayas. —Me dijo ella tranquilizándome con la mirada.

—Está bien. Si así lo quieres así será. —No quería que esto terminases así. Puta la wea', la vida siempre nos separa y yo de verdad quería intentarlo. —Le solté su mano y le di la espalda, quería irme de aquí. Aún que no quisiera, esto me estaba superando.

—Oye, espera.

—Yo... —Se quedó callada un momento y continuó.

—Estos últimos meses han de locos. —Dijo cambiando rápido junto a mi. Ya no quería escuchar ni una mierda.

—Me encantó poder conocerte y disfrutar de tu compañía. Nunca creí que a alguien como yo pudiera conocerte. Y estoy muy contenta por eso. ¿Pero que podemos hacer? Somos completamente diferentes, vives una vida súper agotadora, donde no te deja tiempo para casi nada, yo quiero mi tranquilidad. ¿Me entiendes?.— Y me detuve para mirarla fijamente.

—Lo único que entiendo, es que nunca debí acostarme con una zorra como tú. —Le dije señalándola. —Y me abofeteó.

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Eh... Después de unos días de descanso aquí dejo los capítulos que les prometí, los iré subiendo paulatinamente, ya que los estoy escribiendo todavía jejej Obviamente con mucho mucho drama jajaja. Besos.