Solo una noche [Pailita] Saga bandidos 1

||Capitulo cuarenta y uno||

"Porque sé que aunque hago estupideces
Siempre estás ahí
Queriendo sacar lo mejor de mí
Abrazarte
Mirarte y sonreír
Como antes
Dormirme junto a ti
Si no recuerdas lo mucho que te quiero, yo te lo diré
Si se apagan las estrellas en el cielo, las encenderé
Y cuando el paso del tiempo te dé miedo, yo lo frenaré
Y me quedo contigo, desafiando el destino".
María becerra.

Sarah' POV:
—Amiga... ¿y si vamos a Fantasilandia? —Me miró entusiasmada la Fran. La verdad, no quería ir porque estaba cansada. El cambio de horario me había afectado. Pero al verla tan contenta, no pude decirle que no.

—Está bien, pero a las 17:00 tenemos que volver, tengo que hacer algo después...—Rodó los ojos.

—No sé por qué no me quieres contar... Si soy tu mejor amiga, me tienes que contar todo, lo exijo.—Obviamente confío en ella, solo que necesitaba resolver esto por mi cuenta.

La Fran llegó hace un rato, de sorpresa. Aunque quería estar sola estos días, le agradezco que viniera, ya que ella conoce más Santiago que yo. Además, Sofi nos dijo que nos había alquilado un auto para que estuviéramos más cómodas. Eso me tranquilizó. Llevo muchos días pensando si debería decirle a Carlos si estoy en Chile o no, pero prefiero sorprenderlo, no quiero que organice nada por mí. Además, lo extraño mucho y sé que está en Santiago porque lo vi en su historia.

—Me ducho y vamos... pero recuerda que no puedo subirme a muchos juegos...— Le señalé mi vientre.

—Una personita se puede aplastar...— Continuó Fran riéndose.

(...)

—¡¿Por qué lo más rico siempre es prohibido?!—Canta Fran a todo pulmón.

—¡Para qué está con él, si quieres estar conmigo!— Le sigo el juego. Últimamente hemos estado escuchando mucho a Feid, nos encanta su estilo, pero en realidad me recuerda a Carlos.

—Me iré a cambiar... ¡y vamos!—Le digo lo más fuerte que puedo, ella asiente y sigue cantando.

No puedo negarlo, me siento extraña, con un presentimiento incómodo. Seguramente es porque más tarde iré a ver a Carlos y eso me pone nerviosa. Pienso mientras subo las escaleras.

(...)

Después de un rato, salimos siguiendo las indicaciones de Mapas para no perdernos. Escuchamos a Feid durante todo el camino. Nunca imaginamos que el viaje sería tan largo, pero nos entretenemos hablando de la vida amorosa de mi amiga y mi hermano. Sé que es incómodo.

—Amiga, nunca había conducido un auto tan hermoso...—Me dice emocionada. Y es comprensible, hace apenas dos meses obtuvo su licencia de conducir.

—No sé cómo Sofi nos alquiló este auto... imagina si lo chocamos...—Continúa Fran.