-Queridas alumnas, se les convoca a una reunión en la sala de visitas dentro de media hora, en caso de no asistir o alguna demora se les dará un castigo ejemplar, nos vemos allá, que tengan un buen día. -la voz de los altavoces me hizo detener mi secado de cabello para escuchar y luego bufar volviendo a encenderlo y seguir con lo mío.
-Que pesada que es la directora, y ¿que forma de dar los buenos días es ese? -michelle salió de la ducha enrollándose una toalla por el cuerpo y se acercó a mí para mirarse al espejo.
-No se, pero tenemos que apresurarnos si no queremos un castigo, este año me he llevado tantos que creo que es una materia a cursar más -termine de secar mi cabello y procedí a tomar la plancha para ondularme un poco el cabello.
-¡Kiara! ¿Has visto mis zapatos? No los consigo -rodee los ojos y corrí la ventana a un lado, ahí estaban los zapatos secándose, ya que ayer pisó un charco de barro y tuvo que lavarlos. Una vez las tomé con mi mano, se las lance desde la puerta del baño y seguí ondulado mi cabello.
-Oye, son mi par favorito, no las trates así -una vez terminé con eso la dejé enfriar a un lado fuí a la peinadora y busque un cintillo grueso blanco que me encantaba, me lo coloqué arrastrando todo el cabello hacia atrás y luego lo acomodé soltando mis ondas dejando que cayeran sobre mi hombros, estaba perfecta, me detuve por unos minutos solo para admirarme mientras me veía en el espejo.
-Quitate necesito verme -Paula se detuvo a mi lado y con un movimiento de caderas me corrió de frente del espejo, bufé, pero no tenía intensiones de decirle nada, no quería discutir hoy, así que solo me senté en mi cama para colocarme la falda, mis medias altas y los zapatos.
-No se cuanto más podré soportarte la verdad -amarré con fuerza la trenza de mis zapatos y solté mi pierna golpeando contra el suelo, estaba enojada y en cualquier momento saldría la bestia de mi y mataría a alguien.
-No le des una importancia que no tiene, mejor vámonos -Michelle se levantó una vez lista, había recogido su cabello en una cebolla despeinada intencionalmente y se había maquillado un poco, su uniforme perfectamente planchado sin embargo su corbata estaba mal anudada.
-Vamos. -dije una vez que nos inspeccioné y salimos encontrándonos en el pasillo con casi todas las chicas de esa ala de los dormitorios.
Caminamos con calma por los pasillos y bajamos a planta, cruzamos rápidamente el patio hacia el otro lado del internado para acortar camino y una vez frente al gran salón nos detuvimos mientras otras chicas pasaban de largo empujandonos.
-Que sueño tengo, y yo que creí que podría despertarme a la segunda hora porque no tenía la primera clase -Dijo Sussy como un modo de saludo pasando por nuestro lado.
-¿Se van a quedar ahí paradas o van a entrar? -volvió a preguntar Sussy desde el salón, y rápidamente Michelle me tomó del brazo para entrar.
Estuvimos unos diez minutos a la espera de que todas estuvieran dentro y la directora nos dió el comunicado que muchas esperaban, en mi caso, detestaba.
Hoy es el campeonato interno de ajedrez en el Shiplake College y hemos sido "cordialmente" invitadas como espectadoras, era obligatoria nuestra asistencia así que no podía tomar la decisión de simplemente pasar de eso y quedarme, estaba siendo arrastrada nuevamente a tener que ver al imbécil de Pascuali.
¿Que tan mala suerte se puede tener?
-¿Has escuchado? Podré ver a mi Marcianito -rodee los ojos y seguí la fila de mi curso que estaba siendo guiado por la hermana Clara hacia la salida.
-¿Marcianito? -me reí. -al menos una de nosotras dos la pasará bien. -Michelle se rió también y luego se alejó para hablar con el resto de las chicas mientras nos dirigimos al Internado de los chicos, aproveché este momento una vez las grandes rejas se abrieran, de admirar los árboles que nos rodeaban y el camino que dejaba una gran viste aunque lejana del pueblo más cercano.
De repente las ganas de volver a casa me invadieron, quien diría que solo una colina y bueno un viaje de dos horas me dividía de del resto del mundo, me sentía tan presa desde acá.
Cuando las rejas se abrieron y pudimos pasar me asombre de los notoria cambios que le habían dado al menos a la fachada del lugar, entramos al gran patio y noté lo grande que era, mucha más que el nuestro, no lo recordaba así, supongo que como ese año no había ido, mucho puede cambiar en tu mente despeja de un año, sobre todo con recuerdos.
Las instalaciones en si y la edificio era enorme a comparación del nuestro, mi pregunta era ¿Cómo es que se inundó un lugar como este?
-Bienvenidas al Shiplake College pasen por aquí, dentro de nada comenzara el partido de ajedrez, juegan nuestros mejores estudiantes, hoy se decidirá quien de ellos competirá contra los estudiantes del Pangbourne en la final de ajedrez. Pasen, pasen.
Un hombre de baja estatura, ropa a cuadros y opaca, lentes y calvo, nos guió por los pasillos, rápidamente los chicos voltearon a vernos, dándonos toda la atención.
Paula empezó a pavonearse por el lugar sacudiendo su cabello logrando rozarme con este al pasar por mi lado, la miré mal pero solo decidí ignorarla después, como dije, no discutiría con ella hoy, Cassandra iba conversando con un grupo de chicas que no dejaban de reír y cuchichear entre ellas cada que un chico las veía o saludaba, Michelle solo miraba por los pasillos en busca de Marc sin éxito, por otra parte Sussy y Camila no dejaban de reírse de algunos y jugar entre ellas mientras puntuaban el aspecto físico de cada chico.
A Melissa no la había visto, pero seguramente se había colado para ir junto al curso de su novia, lo que si me desconcertó fue no ver en absoluto a Samantha, últimamente estábamos tan alejadas, ya casi no hablábamos, y cuando lo hacíamos no era de nada relevante, probablemente hola y chao.
Me molestaba su actitud, y no quería pensar que el culpable de todo fuera Gerardo, que la alejaba cada vez más de mi, pero ¿quien sino? Si después de que ellos empezaron a formar una relación, empecé a perder a mi mejor amiga.
-Tomen asiento, y traten de hacer el menor ruido posible, algunos están practicando.
Me adelanté para sentarme con las chicas quedando entre Camila y Sussy, Michelle se había sentado frente a nosotras aún buscando a Marc por lo que comencé a jugar con su cabello.
-Rindete Michelle, él no es de los que juega ajedrez -Michelle suspiró resignada, y se dio la vuelta para vernos.
-Que rabia, yo quería ver a mi novio, lo extraño -se cruzó de brazos y realizó un gracioso puchero.
Empezamos a reírnos de su puchero para luego hacerle un poco de cosquillas para que cambiara la cara cuando vemos a alguien llegar.
-Espero que sea a mi al que querías ver -detuvimos las cosquillas, cuando Michelle se dio la vuelta sonriendo.
Estaba ahí frente a nosotras con una gran sonrisa Marc, pero para mí desgracia no venía solo.
-Vieron que mi novio no es del todo un hueco -se levantó y lo abrazó, guardando la compostura debido a que la directora, las hermanas y los profesores estaban ahí.
-En realidad yo no juego ajedrez amor -Se apartó para poder verlo a la cara y nosotras atenta a sus palabras, en realidad yo solo pretendía no desviar mi mirada por segundos hacia Pascuali.
-Entonces ¿que haces aquí? -él la tomó de la cintura dándole la vuelta por lo que pudo vernos, y acercó sus labios a su hombro.
-En realidad vengo a acompañar al cerebrito de Santiago -rodee los ojos y me recargue de mi asiento cruzándome de brazos, no lo vería, no lo vería, no Kiara, no.
-Santiago, admito que estoy sorprendida, no sabía que sabías jugar ajedrez -dijo Sussy a mi lado riéndose.
-Para que vean, no soy solo una cara bonita, digo, lo más atractivo que verás por aquí modestamente hablando, si no que también tengo algo de cerebro -contestó este con arrogancia, pero sus estupideces fueron cortadas una vez anunciaron que comenzarían a enfrentarse.
-Deseenme suerte.
-¿No eras un cerebrito? ¿Para que necesitas la suerte entonces? -dije indignada y clavando mis rayos láser inexistentes hacia el, había logrado que hablara, ¿Por qué no sabía quedarme simplemente callada?
-Jaque mate -se río como siempre lo hacía, como si el de alguna manera fuera superior, y mi sangre hirvió quemandome por dentro nuevamente.
Pascuali no tienen idea de cuánto te odio.
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Internado de Perras (P#1) (EN CORRECCIÓN)
RomanceSer la mas perra entre todas las perras no era un trabajo fácil pero fingir ser una de ella era mucho más complicado. Lo había podido experimentar al tener que convivir con esa especie, era un ambiente hostil dónde nada era lo que parecía y nadie e...