Capitulo 24: ¿Te puedo besar? 2/2

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Los aplausos inundaron el salón, y el rostro de derrota de muchos fueron épicas, sin embargo no me apetecía aplaudir y menos al idiota de Pascuali.

Si, había ganado...pero es que le tocó enfrentarse con uno de los más tontos de todos, así cualquiera la verdad, le ganó tan rápido que ni siquiera se consumió la mitad de tiempo que tenían para acabar con la partida, patético.

Luego de unos minutos nos anunciaron que debíamos quedarnos para las siguientes actividades y que podíamos ir al comedor de los chicos para almorzar y para comer el postre, por lo menos no nos van a dejar sin comer.

El reloj marcaban las 10am pero yo no había desayunado, por ende tenía mucha hambre y me estómago se estaba revolviendo de la nada que encontraba en su interior.

-¡¡¡Tengo hambreee!!! -dije en frustración, con la intensión clara de que me escucharan.

-¿No han comido? -preguntó Marc que se había quedado con nosotras en la biblioteca donde se había presenciado el primer enfrentamiento de ajedrez.

Todas negamos rápidamente.

-Di que tienes algo para nosotras -negó y nosotras volvimos a quejarnos.

Dos horas después de pura charla, nos dieron la orden de ir al comedor, claro que para nosotras fue como si nos abrieran las puertas del paraíso.

Los chicos corrían por los pasillos hacia el comedor gritando que era la hora del almuerzo, muchos salían de sus clases, y en el trascurso vi muchos rostros conocidos que me saludaron.

-Chicas, las tengo que dejar, tengo que sentarme con los chicos, pero disfruten de la comida -se apartó de Michelle con un beso en su frente y corrió a sentarse junto a Matias, Sebastian y Pascuali.

-Lo amo -dijo Michelle aún en las nubes viéndolo ir.

-Estas hasta las manos -se burló Camila sin dejar de ver a su amiga.

-Hasta las manos, pies, cabello, ombligo TODO, les juro chicas, nunca me había sentido así por nadie -fue muy lindo escucharla decir eso, después de todo lo que ocurrió, y no pude evitar sonreír por esa linda pareja que formaban juntos.

Luego de comer por fin pude sentirme feliz otra vez, volvía a ser yo, con el estómago lleno, y contenta, bueno...casi contenta.

-Vaya, vaya a quien tenemos por aquí -rodee los ojos e ignoré su comentario siguiendo mi camino.

-¿Sigues enojada por lo que pasó? Superalo Mckenzie, se que no sera fácil olvidarse de mi, siempre les cuesta más a chicas como tú tan...-ni siquiera dejé que acabara lo que iba a decir cuando mi mano impactó contra su mejilla fuertemente.

¿Cómo se atrevía siquiera a tocar el tema de pues de todo lo que había pasado? Claramente este chico quería morir bajo mis manos.

-¿Por que no puedes simplemente mantenerte callado? No te soporto Pascuali, me das asco -me giraba para irme cuando su mano me detuvo tomándome de la muñeca y obligandome a retroceder hacia él y girarme para enfrentarlo, sostenía la mejilla que le había golpeado con su otra mano acariciandola.

-Ya he tenido demasiado de ti Mckenzie, nunca en tu puta vida me vuelvas a pegar si no eres capaz de atenerte a las consecuencias. -me giró pegándome contra la pared y con afán de salir de esa situación comencé a arrastrarme hacia un lado golpeandome contra el mango de una puerta por lo que me detuve y solo lo miré a los ojos.

-¿De verdad te piensas que puedes intimidarme con eso? -dije tratando de ocultar mis nervios riendo.

-Y si no es así, ¿por que te intentas escurrir entonces? -La puerta a mi espalda se abrió por lo que me fui hacia atrás y por poco caigo al suelo, pero su brazo me rodó por la cintura, y me apegó a su cuerpo.

Internado de Perras (P#1) (EN CORRECCIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora