Internado de Perras (P#1) (EN CORRECCIÓN)

(Borrador) ¿Final?

Los nervios me carcomían, no dejaba de caminar de un lado a otro mientras llamaba una vez al número de Santiago.

-Bebe ¿donde estás? Me estás preocupando, por favor contesta -una y otra vez tras el contestador.

Michelle sólo me observaba angustiada a mi lado, mientras esperaba resultados de alguno de los chicos, habían pasado horas, y no sabíamos nada de ninguno de los dos, claramente eso angustiaba a cualquiera, ¿a donde habrán ido?.

-¿Y si salimos a buscarlos? Es que ya han tardado mucho, lo mejor será que nos dividamos -asentimos de acuerdo con la propuesta de Matias.

-Igual si salieron no deben estar muy lejos, ya que el auto sigue estacionado -michelle se acercó un poco inquieta a Marc y lo abrazo mientras este abría la puerta para salir.

-Matias y Sussy vayan por la playa, Cami y Sebas, por la calle central, Kiara tu te vienes con nosotros, vamos a ir en carro a recorrer el club a ver si los vemos, ojalá vuelvan antes que nosotros -todos empezamos a dividirnos en los grupos y yo corrí hacia el auto con los chicos.

-Seguire intentando con el móvil -volvi a marcar el número y repicó, repicó, repicó, para luego volver a caer el contestador.

¡Joder!

Estuvimos dando vueltas por la playa y sus alrededores, por el resto de cabañas, y nada, preguntamos a los de seguridad y decían no saber nada, ya que recién comenzaban su guardia y los de la noche ya se habían retirado, claramente no servía de nada, recorrimos el club entero y ni rastros de ellos, ¿donde se metieron?

Rendidos volvimos a casa esperando encontrar novedades de los otros, para mi desgracia, al llegar encontramos los chicos en el mueble y no con muy buena cara.

-¿Han sabido algo de los chicos?, nosotros no hemos tenido suerte -los chicos se levantaron para acercarse a nosotros, me asustaba sus rostro, y me temía lo peor.

-Si, los chicos... Kiara lo siento, pero las cosas de Santiago no están por ninguna parte de la casa -me quede pasmada sin poder hablar, ¿acaso era real? no podía ser real lo que escuchaba.

-Y no sólo eso, las cosas de Cassandra... Tampoco están -dijo esta vez Camila, de repente un silencio inundó la sala por completo, desde luego todos pensaban lo mismo, pero simplemente me negaba a creerlo.

-No, no puede ser, me niego, no Michelle ¡¡no!! -le desafíe, tratando de tomar esto como una mala broma, pero al ver que nadie reía, esta vez no me contuve y caí al suelo en lágrimas, los chicos me rodearon y todos se dejaron caer al suelo.

-Kiara, sabes que es una gran posibilidad -volvi a negar, no quería creer eso posible.

-¡¡No!! No, nosotros no somos tan idiotas como para no darnos cuenta si alguien entra a casa -trate de convencerme a mi misma de que no era posible.

-Yo también lo creo, ¿pero no te resulta extraño que justo falten Cassandra y Santiago? -negué tratando de pensar otra razón por la cual no están.

-Es que no, Michelle no, por favor no -deje que las lágrimas salieran mientras me desgarraba por dentro, necesitaba sacar la rabia, la impotencia y el dolor que tenía ahora, después de todo, pasaba esto, ¿por que?

De repente un celular comenzó a sonar, rápidamente Michelle corrió hacia el y lo miro por unos largos minutos.

-Michelle ¿que pasa? ¿Que es? -todos corrieron a su lado para ver el mensaje, y se quedaron de piedra al igual que ella.

Traté de limpiar mis lágrimas y levantarme con dificultad del suelo, estaba tan agotada pero necesitaba saber por que ahora todos estaban así.

-¡¡Dejenme ver!! ¿Tiene que ver con Santiago? ¿Que pasa? ¿Donde están? -trate de quitarle el celular de las manos, pero me lo impidió alejándose de mi.