Capitulo 29: Eastbourne.

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-Me encantas, y se que no me vas a creer nada de lo que te diga, pero dame tiempo, con tiempo te podré explicar todo...-cubri sus labios con los míos callandolo de un beso, como muchas veces desee callarlo y luego de unos segundo me separé despacio mientras acariciaba su rostro.

-Da igual, dejemos que las cosas pasen a su ritmo, pero por favor, no hablemos más, no quiero hablar, ni pensar -aunque tiritaba del frío acostada en el suelo aún en ropa interior y mojada, sólo con poder verle a la cara, tenerlo cerca nuevamente, como en los viejos tiempo, me hacía sentir acogida y feliz nuevamente.

-No se como voy a hacer para no verte en dos semanas -sonreír aún incrédula con toda esta situación, son embargo disfrutaría esta pequeña fantasía, este momento sin seguir torturandome más por si estaba bien o no.

El se acercó y me rodeo con sus brazos besando mi frente, y me sentí en casa, cerré los ojos y deje que el momento hablara por si solo.

Aún después de semana y media no podía creer lo que había sucedido esa noche, a veces al recordarla sentís como si solo hubiese Sido un sueño, pero, había sido muy real, más real que todo.

¿Había Sido una tonta? Probablemente si, obvio que si, había sido una tonta, pero de esas de las grandes, me había envuelto en sus palabras dulces, en sus miradas, en sus besos y sus caricias, y yo me dejé envolver, concientemente disfruté cada puto segundo a su lado, ¿eso en que me convertía ahora? En una histérica porque eso también era, ¿como podía estar enojada si sabía que nada cambiaría luego de aquello? Él no dejaría a Cassandra, jamás lo había hecho, era obvio que seguiría juntos y tan solo pensar en que era a ella las que envolvía entre sus brazos, a quien le daba públicamente sus besos y caricias, me daban ganas de vomitar, ¿Como podía sentir celos? Debería sentir más bien pena por ellos, por ella, y por mí, por ser cómplice de ser la otra.

Hoy era un día muy duro, ni siquiera tuvimos clases, todo para entrenar, hoy llegarían al internado tres equipos de diferentes colegios, sin embargo el equipo que más nos importaba y resultaba una amenaza para nosotras eran las perras amaestradas del Instituto Eastbourne, debíamos estar preparadas, nos habían derrotado tres años consecutivos y no podíamos permitir que fuese igual este año, sin embargo los entrenamientos estaban siendo tan duros que más que motivarnos nos dejaba muertas.

-Chicas ya están llegando, ¡salgan! -Michelle y yo volteamos a la puerta deteniendo el masaje que nos estábamos dando en las piernas, pero quién había gritado ya no estaba en la puerta, pero si la había dejado abierta de par en par, nos levantamos rápido y salimos, lo que tuvimos claro al llegar a la entrada del internado era que ya habían llegado nuestras enemigas mortales.

Que Dios nos agarre confesados, lo único que nos podía quedar era la fé, ya que al verlas salir del autobús casi me caigo de culo, estaban igual de altas y fuertes, a comparación de nosotras sentía que con un leve empujón ya nos partían en dos.

Cassandra fue la primera en darles la "bienvenida" que es más un saludo de amenaza que algo cordial, y de enfrentarse a Daniela Comsfert la capitana de su equipo, y la mayor enemiga de Cassandra, Paula queda pendeja a su lado, la enemistad de estas dos tenía demasiado años, y nadie sabía porque se odiaban tanto, ya que Cassandra nunca formó parte del equipo, sin embargo de alguna forma Cassandra terminaba representando a todo el internado, era la abeja reina.

-Fracasada, ¿me hiciste caso y compraste los lentes con parabrisas? digo para limpiar tus lágrimas luego de que las derrotemos nuevamente este año.

-Comsfert siempre con tan poca gracia, ¿todo un año y ese es el mejor chiste que se te pudo ocurrir? Deja mucho que desear. Un consejo amistoso entre tu y yo, no victorees antes de tiempo, no trae buena suerte. -Comentó Cassandra con una falsa sonrisa en el rostro, nadie mejor que ella a la hora de callar bocas.

-Ja, nosotras no necesitamos de ninguna suerte, vamos a pasar el trapo con ustedes -Cassandra se apartó para darle el paso con una burlona reverencia y esta junto al equipo pasó en fila sin dirigirnos siquiera la mirada.

-Bienvenidas nuevamente a nuestro internado, pasen por aquí, la hermana Maria las guiará hacia sus dormitorios -Hizo acto de presencia la directora mientras guiaba a las chicas y sus maestras guía por los pasillos.

-Que infierno, no las soporto -Michelle a mi lado apretaba los puños mientras Paula se reía desde atrás junto a otras chicas de la situación.

-Vamos a aplastarlas, en cada una de las disciplinas, a ellas o a quien se nos enfrente, de eso estén seguras -Le dijo Cassandra tomandola del brazo y alejándose hasta perderse por el pasillo.

Michelle cada vez parecía perdonar más a Cassandra, incluso hoy día pareciera que nunca sucedió nada malo entre ellas, que en parte bien por ellas, muy cierto era que Michelle no estaba bien mientras estuvo alejada de su amiga, pero ahora, esta mas contenta, más aguerrida, y eso viene perfecto para el espíritu que hay que tener para los partidos.

Más tarde, a la hora de la cena, todos nos reunimos como todas las noches en el comedor, fui hacia la mesa de las chicas, a si, porque había sido invitada a formar parte de la mesa, aunque seguía sin llevarme del todo bien con Cassandra, pero daba igual, era mejor que comer junto a las hermana.

El comedor hoy día estaba abarrotado, el salón era grande, sin embargo más de una tuvo que salir a comer al patio en la oscuridad, la cena consistía en puré de papa, ensalada y milanesa, yo amo la milanesa así que por esta vez no tenía quejas con la comida.

-Aun no me puedo creer que Marc te haya pedido compromiso, o sea, están muy jóvenes -comento Cassandra sobre un tema que sucedió en la fiesta, en la que eh bueno, yo me había escapado junto a su novio, súper casual, y eso conllevaba de que me perdiera mucha cosas interesantes.

-Ay calla, es un romántico, ay chicas de verdad que estoy enamorada -el tono tan soñador de Michelle nos hizo reír a todas pero a ella no le importó, y siempre era así, estaba tan enamorada que no le importaba lo que otros decían de ellos.

-Si, pero tampoco la tontería, deben ir con calma, no se apresuren -Esta asintió a su amiga y luego dirigió su mirada hacia mi con picardía.

-Destapa, se que tienes algo que contar, si no como se explica que desaparecieras del baile y no volvieras más, y no me vengas con que te fuiste a dormir porque cuando fui al cuarto no estabas, vamos, ya ha pasado una semana y sigues sin contar -me invadieron los nervios y enfoqué mi atención en la milanesa.

-Juro que no paso nada, sólo salí a tomar aire porque me sentía sofocada y me quedé paseando por ahí -Me encogí de hombros tratando de restarle importancia pero las chicas seguían sin creerme.

-¿Sola? -el tono de Sussy tratando de insinuar algo me puso aún más nerviosa, y la mirada atenta de Cassandra no ayudaba a disminuir mi nerviosismo.

-Sola Sussy, sola, ¿verdad Camila que me fui sola? -busque apoyo en ella pero sólo se rió y cerró sus ojos negando.

-A mi no me metas, te fuiste muy temprano y me dejaste sola -la mire mal y está solo se rió.

-Pero ¿por que no dices la verdad? Me fui para dejarte con Sebastian -solté para defenderme, pero al parecer ninguna estaba al tanto de esa historia.

-¿Sebas? ¿Te traes algo con Sebas y no nos habías contado nada? -Preguntó una Sussy indignada, perfecto ya había desviado la atención a alguien más.

-Que va, sólo me acompañó y bailamos un poco, pero nada que saliera de lo común, dejen de inventar -me reí por su repentino nerviosismo pero nuestras risas fueron interrumpidas por las campanas, la hora de comer debía terminar y debíamos volver a nuestros dormitorios.

-No pararé hasta descubrir que hiciste en el momento que decidiste irte del baile -me amenazó Michelle levantándose.

-En vez de hablar tanta bobada, deberíamos ocuparnos de ver cómo destruiremos a esas perras amaestradas -Comentó Cassandra interponiéndose entre Michelle y yo, y por primera vez le di la razón, más que nada para cortar con la intriga de Michelle, y despejar mi mente para que no se notará mi nerviosismo, ¿en que momento me convertí en la otra? ¿La que debe esconderse bajo la cama si llega la oficial? Todo esto sin dudas era una porquería, y no lo merecía, no lo quería.

Internado de Perras (P#1) (EN CORRECCIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora