Los cotilleos habían cesado, así como aparecieron se fueron al terminar el día, o al menos no seguían dándome esas miradas acosadoras y tampoco escuchaba más murmullos al pasar, eso era algo bueno ¿no?.
Bueno, realmente les miento un poco, es cierto que incluso dos días después de lo sucedido aún escuché a un grupo de chicas hablar del tema y agregarle cosas que nada venían a cuento, cosas que no repetiría pero que habían Sido muy desagradables, tanto como para llegar al punto de arrancarle un par de extensiones a una del cabello.
No pude contenerme ¿ok? Lo siento.
Sin embargo no salí victoriosa a todo esto porque me castigaron, y ahora debía cumplir mi condena, se podría decir que ya estaba acostumbrada a los castigos en este internado pero la realidad es que uno nunca termina por acostumbrarse, además, esta vez estaba sola en esto.
La directora me había amenazado con suspenderme del equipo de fútbol por esta temporada pero luego se arrepintió de la decisión tan extremista, desde mi punto de vista, que estaba tomando, eso o que mi entrenadora se pusiera como loca al enterarse y se encerrará en el despecho de la directora para exigir que se me colocara otro castigo.
Al final llegaron a un acuerdo, yo seguiría en el equipo, también porque era una de las mejores jugadoras y no por presumir, sin embargo mi castigo sería ayudar en el aula de primer año y ser asistente de las profesoras.
Si ya se lo que están pensando... ¡YUPI!
Pero no tenía muchas más opciones, era eso o limpiar los baños, y realmente al lado de los baños bien podía estar un par de horas aguantando a niñas.
Así que si, ahora estoy sentada al lado de la profesora con cara de huevo frito mientras le daba la clase a las niñas que ni siquiera creía que prestaran atención de algo de lo que la profesora de matemáticas les estuviese diciendo, en realidad poco de mi ayuda había necesitado la profesora en esa hora por lo que no hacía más que aburrirme, igual tampoco quería apresurar los minutos porque una vez la clase terminara ya me tocaría todo el trabajo de mantener a las chicas calmadas sin hacer mucho escándalo.
Por si aún tenían dudas, si, este internado era un infierno en la tierra.
Para mi mala suerte el timbre sonó y tuve que cubrir mis oídos porque no podía soportar el ruido de sus gritos y las sillas arrastrándose hacia atrás.
—Bueno, eso fue todo por la clase de hoy, que tengan un buen día, Hasta la próxima clase —las chicas no hicieron demasiado caso y la profesora solo me miró con cara de "que dios te ayude" antes de salir del aula, luego de eso los gritos aumentaron.
—¡¡POSTRE!! ¡¡POSTRE!! ¡¡POSTRE!! —gritaban al unísono mientras yo me levantaba e intentaba callarlas, pero no me hacían caso.
—Prueba subiéndote al escritorio —voltee a ver a mi lado y bueno hubiera deseado tener que ver hacia abajo, pero como yo era un poco baja ella era de mi misma estatura, una chica niña, pelirroja natural, con grandes ojos verdes, pecas y tez blanca.
—¿Tu quien eres? —pregunte un poco alto ya que mi voz no se escuchaba y se perdía entre los otros gritos.
—Soy la vozera de mi salón, y ayer nos vimos —asentí sólo para zanjar el tema porque en realidad no la recordaba y me subí al escritorio pisando fuerte varias veces para conseguir la atención de todas en el aula, cosa que conseguí porque de inmediato todas las miradas se posaron sobre mi.
—¡Vaya! Así que este es el truco —dije más para mi -ahora todas formen una fila recta porque si no, no salimos, y no hay merienda ¡¡para nadie!! -todas obedecieron a mis órdenes y por fin me sentí importante, y me gusto llevar la batuta.
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Internado de Perras (P#1) (EN CORRECCIÓN)
RomanceSer la mas perra entre todas las perras no era un trabajo fácil pero fingir ser una de ella era mucho más complicado. Lo había podido experimentar al tener que convivir con esa especie, era un ambiente hostil dónde nada era lo que parecía y nadie e...