—¿Que tanto ves? ¿Se te perdió algo? —desvíe la mirada cuando Paula notó que la observaba, pero lo único que me preguntaba es como no podia sentir asco al acostarse con un hombre como Santiago que solo era un patán y que había seducido y estado con gran parte de las chicas de nuestro internado, a ver, yo capaz no era una experta en el tema pero las enfermedades de trasmisión sexual no eran ningún mito y ese de seguro algo tenía ya.
—¿A mi? Para nada...capaz a ti si, algo como... uhmm...tu dignidad —sonreí mientras me observaba en el espejo restando importancia y quizás pagando mi molestia con ella.
—¿Estas buscando problemas conmigo? —se acercó a mi y me tomo del cabello provocando que tambaleara por el jalón.
—¡¿¡Que haces enferma!?! —La aparto de un empujón —mira te irá mejor si asumes lo que eres, o sea, una zorra, mira que eso de acostarte con el novio de otra —la miro amenazante y con rabia contenida —recuerda tu lugar, no eres más que la nueva —la vuelvo a empujar para apartarla de mi camino y salir del cuarto.
—¿Que le pasó a tu cabello? —Samantha llego alegremente a mi lado sosteniendo sus cuadernos entre sus brazos.
—Mucha gata suelta —me solté el cabello y lo batí, decidí dejarlo así, tenia el presentimiento de que una coleta no me aguantaría hoy.
—miauw —Samantha me arañó el brazo en juego y me miro de manera seductora.
—¿Estas en celo? —nos reímos y ella me nalgueó.
—¿Interesada? —me reí con mas fuerza hasta llegar a mi casillero.
—¿Cuanto cobras? —ella me miro y se hizo la pensativa mientras se recostaba de los casilleros.
—para ti, gratis bebé —me guiño el ojo y luego estallamos en carcajadas.
—¿Donde esta la perra insulsa que tienes por compañera de cuarto? -—buenos días por la mañana, Cassandra se poso frente a mis ojos bloqueando cualquier otra vista y me miró con notoria molestia y con sus brazos a la cadera.
—Se clara...¿Mi adorada Michelle?
—¡¡¡Noo!!! La perra enana, la otra —sonreí y la tome del hombro sintiendo como la maldad se apoderaba de mi cuerpo, era entretenido para mí ver a dos chicas que no eran de mi agrado pelearse, no lo iba a negar ni me iba a hacer la estúpida.
—Ven que yo te guío -tome a Samantha confusa de la mano y la arrastre con nosotras hasta llegar a mi dormitorio nuevamente.
—¿Esta adentro? —asentí recargandome de la pared y ella abrió la puerta, encontrándose con una Paula sin camisa y llena de moretones, o mejor dicho, chupetones en el cuello y parte de su abdomen.
—¿Que mierda..? —exclamó Paula pero no le dio tiempo de terminar cuando Cassandra la atacó y saltó encima de ella jalandola del cabello.
—¡¡¡¡Maldita zorra!!!! Como te atreviste a meterte con ¡¡!MI novio!!! Ahora si que estas muerta —Paula no se quedó quieta y la ataco igual, tomándola del cabello e hizo una maniobra para quedar encima de Cassandra.
—Yo hago lo que me de la gana, y ni tu ni nadie me lo va a impedir, por que no le reclamas a TU novio —ambas gritaron con claro enojo y Cassandra le dio un fuerte golpe en la mejilla a Paula, después de segundos mi cuarto se convirtió en el ring de boxeo y todas observaban desde la puerta como ellas se mataban a arañazos y algunas comenzaban a hacer sus apuestas, una parte de mi consideró que las cosas se estaban saliendo de control sin embargo no interferiria porque no era mi problema y tampoco quería recibir golpes gratuitamente mientras las intentaba separar.
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Internado de Perras (P#1) (EN CORRECCIÓN)
RomanceSer la mas perra entre todas las perras no era un trabajo fácil pero fingir ser una de ella era mucho más complicado. Lo había podido experimentar al tener que convivir con esa especie, era un ambiente hostil dónde nada era lo que parecía y nadie e...