Mi nombre es Hobart "Hobie" Brown y hace seis meses fui mordido por una araña infectada con desechos radiactivos del gobierno. Desde ese momento juré usar mis nuevos dones para proteger a toda la gente oprimida. Yo soy Spider-Man.
Por un callejón cubierto de sombras y basura un joven larguirucho de piel oscura caminaba después de salir de su trabajo en una empacadora de alimentos. Hobie miró alrededor para asegurarse de que nadie lo veía, puso sus manos en un contenedor y lo levantó como si fuera una caja de cartón. Debajo yacía una mochila, la recogió y sacó su contenido: Un traje rojo y azul, una máscara con púas que formaban una cresta, sus lanza-redes y una casaca de mezclilla. Se vistió lo más rápido posible, luego se acercó a un muro, lo trepó ágil hasta alcanzar la cima, saltó, disparó una telaraña y se columpió por la ciudad.
Con sus telarañas se balanceó entre rascacielos colosales, edificios con pantallas que anunciaban productos y sobre calles atestadas de vehículos y personas.
Spider-Man se dirigía a un lugar específico: el almacén de una multinacional de alimentos. Aterrizó en la entada desde una gran altura, tomó desprevenidos a los guardias quienes no pudieron atacarlo pues él los inmovilizó enseguida con su telaraña. Después entró a la bodega, observó los estantes numerosos atiborrados de cajas y hurtó todas las de comestibles que pudo. Era una expropiación que la alta burguesía les debía.
Surcó los barrios entregando latas de comida y botellas de agua a la gente necesitada. Hubo momentos donde tuvo que pelear contra policías o delincuentes armados, pero con una patada era suficiente para vencerlos, y si eran muchos les lanzaba sus redes para que quedaran inmóviles por horas.
Al anochecer se quedó con una caja. Se quitó su traje en el mismo callejón de antes, lo guardó en la mochila y la ocultó bajo otro contenedor. Ya que había terminado sus actividades se dirigió a la estación del metro, subió a un vagón, viajó durante varios minutos, bajó en la estación de un barrio pobre y caminó un par de calles hasta llegar al edificio de departamentos que él y sus compañeros habían ocupado. La mayoría de viviendas en esa área habían sido abandonadas debido a la extrema pobreza, era el lugar perfecto para no ser molestados.
Tocó la puerta de diferentes departamentos y repartió los víveres con la veintena de personas que vivían en ese edificio.
—No creo que con tu paga hayas comprado todo eso —comentó Felicia Hardy, su amiga más cercana, una joven de su edad con un cabello platinado.
—El enmascarado arácnido hizo otra entrega —respondió Hobie—. Tuve suerte de que me diera estos suministros.
—Ese enmascarado es genial —exclamó Flint Marko, quien era su mejor amigo a pesar de ser un par de años mayor—. Pero si yo tuviera su fuerza la usaría para golpear a todos los policías que viera.
—Sí —concordó Felicia—. Los malditos cerdos se han puesto peor desde que Osborn ganó las elecciones.
Hobie asintió con una mezcla de tristeza y furia, él mismo había visto como el Departamento de Policías actuaba con más racismo y violencia los últimos meses. Terminó de repartir los víveres con sus amigos y después los entraron a su departamento a cenar lo que había preparado Flint, pues su amigo era un gran cocinero.
Platicaron sobre su día, en especial sobre sus horribles empleos. Felicia trabajaba de mesera sin salario fijo, sus ganancias venían de las propinas y muchos dejaban una miseria o a veces nada. Flint era conserje en un laboratorio y siempre se andaba quejando que los científicos de ese lugar eran más sucios que niños de guardería.
Después conversaron sobre los conciertos que estaban próximos, sobre los días que habría marchas y también sobre videos graciosos de Internet. A las once de la noche se despidieron, Felicia se fue a su departamento y Hobie y Flint a sus respectivas habitaciones. Al día siguiente, después de otra jornada aburrida y pesada en la empacadora, Hobie de nuevo se puso de su indumentaria de Spider-Punk y patrulló la ciudad.
Envolvió en sus redes a dos policías que hostigaban a un chico latino. Ayudó a una viejita a llevar sus compras. Detuvo el asalto a una tienda pequeña, habló con el ladrón para explicarle que lo que hacía afectaba a la población y no a la clase dominante. Detuvo a unos racistas de agredir a mujeres musulmanas. Salvó a dos niños de ser atropellados.
Ya había anochecido, estaba por terminar su labor cuando observó a dos oficiales tomando las limosnas de un indigente. Aterrizó tras ellos.
—Policías, a cabo de presenciar un robo, pero ustedes fueron los perpetradores, ¿qué debo hacer?
—¡Es el bastardo araña! —gritó uno de los oficiales y extrajo su pistola.
Spider-Man le lanzó una telaraña y se la quitó de un tirón, luego saltó para evadir los disparos del otro, apuntó hacia este y disparó una bala de telaraña, acertó contra el costado de ese oficial, el cual cayó de rodillas por el dolor.
—Soy el amigable vecino, Spider-Man —corrigió —. Así me conoce la gente decente, pero ustedes me conocerán como... —su voz se fue haciendo cada vez más gutural—. El luchador anarquista, Spider-Punk.
—Bastardo, tú y esta plaga que proteges deberían ser eliminados de la ciudad —exclamó el primer policía, luego agarró su radio y exclamó—. ¡Está aquí!
Spider-Man le estropeó el dispositivo con una bala de telaraña y después inmovilizó brazos y piernas de ambos. Regresó el dinero al pordiosero más una donación, se despidió, trepó un edificio, lanzó una telaraña y se balanceó entre los inmuebles.
Su sentido arácnido se activó, volteó hacia atrás al mismo tiempo que un hombre con alas metálicas lo golpeó por la espalda y lo arrojó un par de metros hasta chocar contra una pared.—Sabía que debía protegerme de los drones pero no de los hombres paloma —se burló mientras observaba a detalle a ese individuo.
Usaba un casco con el cristal de la visera polarizado sospechosamente parecido al de la policía antidisturbios, llevaba máscara de gas u oxígeno y un exoesqueleto con alas metálicas.
El hombre alado se le abalanzó. Spider-Punk saltó, trazó una curva sobre él y le disparó varias balas de telaraña pero sin conseguir afectarlo. El desconocido giró en el aire y voló de nuevo hacia él. Spider-Man no pudo esquivar ese golpe, recibió el impacto en el torso, casi se le salió el aire.
—Me equivoqué, las palomas no vuelan de noche —bromeó mientras giraba alrededor del atacante y lo golpeaba en pecho, espalda y alas, pero no conseguía dañarlo—. Así que debes ser una polilla.
—Voy a acabar contigo maldito bicho —exclamó aquel hombre con voz aguda y rasposa—. Y una vez que pruebe que mi tecnología puede derrotarte el gobierno invertirá en mi compañía y por fin tendré la vida que merezco.
—Oh, ya veo, ni paloma ni polilla, solo un maldito buitre que busca que los otros animales le permitan comer de sus restos. Sentiría lástima por ti si no tuvieras una compañía militarista.Usó la espalda del Buitre para saltar con fuerza, lanzó su telaraña a una pantalla de anuncios y buscó huir para pensar cómo derrotarlo, pero el Buitre voló veloz, lo alcanzó en un segundo y con una ala metálica lo golpeó en la espalda, fue como recibir un martillazo, el dolor le hizo soltar su telaraña y antes de lanzar otra el Buitre lo vapuleó cinco veces más desde diferentes direcciones. La última acometida lo impulsó hacia abajo.
Spider-Man sintió dolor como nunca antes, pero no podía dejar que eso le impidiera pensar, estaba a cinco segundos de impactar contra la calle llena de vehículos, lanzó redes con cada mano, apenas tocaron pared las tensó, fue como una flecha en un arco, se impulsó de regreso hacia el Buitre a gran velocidad.
Efectuó una pirueta en el aire y lanzó una patada, golpeó la visera polarizada, la quebró.—Mira que bueno soy —dijo mientras aterrizaba en una pared—, forme una telaraña en tu cristal, debería llamarme el artístico Spider-Man.
—¡Maldito bicho! —gritó Buitre, volando con dificultad al no ver bien—. Me las pagarás, cuando te vuelva a ver voy a cortar cada una de tus extremidades —vociferó mientras huía en zigzag.—Recuerda que las arañas tenemos ocho patas.
Respondió burlón y pensó en seguir al Buitre, pero estaba muy herido, era mejor regresar a su hogar y descansar.
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Spider-Punk El Spider-Man Anarquista
FanfictionSpider-Punk lucha contra la tiranía del presidente Norman Osborn y el sistema inhumano en el que se encuentran todos.