Kingpin

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Apenas Spider-Punk y Riot Heart ingresaron a Manhattan ocho drones policiales los rodearon.

—Váyanse a la m!"#$% máquinas subyugadoras —exclamó Spider-Man.

Saltó hacia los drones, agarró su guitarra y la blandió de un lado a otro como si fuera un hacha. Cercenó a siete, los convirtió en rodajas metálicas que cayeron al suelo produciendo un tintineo. 

—Déjame el último —pidió Riot Heart.

De su antebrazo emergió un cañón que disparó una munición luminosa, acertó en el dron que quedaba y este se apagó. Las hélices dejaron de moverse, la máquina se desplomó y rebotó tres veces sobre el pavimento.

—¿Un disparo de pulso electromagnético?  —preguntó Spider-Punk.

—Sí —respondió Riot Heart mientras el cañón volvía a guardarse en su antebrazo—. Es inofensivo para las personas, yo despreció las armas, mis creaciones serán para desbaratar armamento. 

Con los drones estropeados reanudaron su trayecto por Manhattan, más de esas máquinas se interpusieron en su camino pero con sus nuevas herramientas los destrozaron enseguida. Spider-Man sonrió tras su máscara al pensar que causaban la pérdida de millones de dólares al Departamento de Policía.

—Acaba con la fabricación de drogas —comentó Riot Heart antes de tomar el rumbo hacia la de armas.

—Celebremos en un pub cuando eliminemos los negocios de Kingpin —exclamó el trepamuros y se columpió hacia el sureste de Manhattan.

En menos de diez minutos llegó al sitio donde producían la droga, no veía a Miss Marvel por ninguna parte. Se abalanzó con su telaraña y aterrizó frente a la entrada, frente a cuatro guardias que llevaban pistolas de energía, exoesqueletos de protección y cascos militares. 

—¿Alguien quiere oír punk? —preguntó, se colocó su guitarra al frente y giró la perilla del volumen al máximo.

Los guardias desenfundaron sus armas. Spider-Punk rasgueó las cuerdas de su guitarra. Una onda de choque del tamaño de un auto se proyectó de su instrumento, golpeó a los guardias y los colisionó contra el muro de la fábrica. Los mercenarios quedaron aturdidos pero aun conscientes gracias a sus exoesqueletos y cascos. Se pusieron de pie poco a poco y apuntaron sus armas. Dos puños grandes como lavadoras acometieron desde arriba, golpearon las cabeza de esos cuatro guardias y terminaron por noquearlos.

—Lamento llegar tarde —se disculpó Miss Marvel mientras aterrizaba frente al trepamuros y volvía sus extremidades a la normalidad. 

—Llegaste a tiempo, entremos y acabemos con todos estos bastados —respondió Spider-Punk. 

Iba a confiar en ella, no tenía tiempo para dudar.

—¡Sí! Acabemos con estos malditos —Miss Marvel agrandó su puño y de un golpe abrió las puertas de la fábrica de cosméticos que estaba encima del de la de drogas.

—Lárguense de aquí a menos que quieran recibir una paliza —exclamó el trepamuros.

Algunos trabajadores huyeron, otros sacaron escopetas y metralletas y dispararon. Spider-Man y Miss Marvel se movieron por la fábrica de cosméticos. Tres balas rozaron el cuerpo del anarquista pero solo le causaron rasguños en la piel. Él dio volteretas por el lugar y arrojó su telaraña sin parar, atrapó a uno, a dos, a cinco, a once. Miss Marvel escapó de cada uno de los disparos al moverse como un gusano y noqueó con sus puños agrandados a un criminal tras otro. Todos los trabajadores quedaron detenidos o inconscientes.

—Eso fue fácil —dijo ella con una sonrisa.

—Esta es solo la cubierta —comentó Spider-Man.

Sondeó al lugar para descubrir donde estaba la entrada al laboratorio subterráneo. Halló unas escaleras de caracol debajo de una maquinaría industrial. Pidió a Miss Marvel que lo ayudara, entre los dos movieron la máquina y después bajaron por las escaleras. Antes de descender por completo fueron atacados con disparos de energía.

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⏰ Última actualización: 2 days ago ⏰

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