𝘛𝘩𝘦 𝘊𝘶𝘳𝘪𝘰𝘶𝘴 𝘉𝘢𝘣𝘺 ─ 𝙉𝙊𝙈𝙄𝙉

¿𝘴𝘦𝘳 𝘥𝘪𝘳𝘦𝘤𝘵𝘰 𝘰 𝘢𝘮𝘦𝘯𝘢𝘻𝘢𝘳?

La tercera no funcionó.

¿Se tendría que rendir y vivir con tres gatos en su vida?

Volvió a entrar a aquella página a la que había estado visitando desde hacía unas semanas, ¿será que debía dejar una queja? Quizás a otras personas sí les funcionó, así que, tomó la decisión de leer los comentarios.

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[lee_lee218]

"Para muchos podrá parecer absurdo todo esto, pero existen personas que esto le resulta difícil, como yo. Con mi esposo nunca hablamos de tener hijos y nunca se vio que le agradaran los niños, pero seguí algunos de los pasos y pude decírselo. Hoy disfrutamos de dos hermosos mellizos"

[sarasuh__]

"No me funcionó nada. ¿Debería cambiar de marido?"

[fullsun00]

"solo sean honest@s lol"

[cRazY10]

"Esto es pura mierda. ¿qué hice yo? lo amenace, cuando estábamos teniendo sexo, le dije que me diera un hijo o le cortaba su amigo jaja"
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Había mucha variedad de comentarios y claramente, no a todo el mundo le funcionaba, quizás sí debía ser honesto con Jeno y decirle la verdad de su anhelo, o quizás ser un poco más exigente. ¿Chantajear a Lee con sexo? Podría ser una opción, aunque también sería un castigo para él mismo.

Trató de borrar todos los pensamientos que tuvieran que ver con bebés y Jeno. Tenía que terminar su carpeta con nuevas tareas para sus niños de jardín, debía presentar material nuevo, lo cual nunca se le complicaba, siempre tenía ideas para sus clases.

Jeno tenía el día libre, por lo que él se encargaba de preparar el almuerzo, por suerte, ambos eran buenos en la cocina, el mayor era todo un experto en cuanto a postres y cosas dulces, se trataba, durante su tiempo trabajando en la cafetería, había aprendido bastante, también sobre bebidas, y sabía el punto justo para su café, eso era un punto extra para él.

-Cariño, ya está lista la comida -avisó el mayor desde el comedor.

-Ya termino con esto.

El rubio escuchó unos pasos detrás de él, su pareja ya lo iba a buscar.

-¿Te falta mucho? -Lee susurró en el oído ajeno.

Al menor se le erizó la piel al escuchar la profundo y grave voz de su novio en su oído, mordió su labio, disfrutando de que aquellos susurros eran solo suyos. Jeno comenzó a olfatear su cuello, rozando su nariz en la tersa piel, para luego depositar vagos besos.

Na se dejó hacer, nunca se negaba a los besos del mayor. Los cuales ahora iban siendo más inmensos, robándole varios suspiros.

-Jen...

En menos de nada, Jeno ya se encontraba encima de su novio, besándolo con fervor y no dejando sus manos quietas. Ambos se olvidaron del trabajo del menor y del almuerzo, entre sonrisas pícaras y besos fogosos, se dirigieron a la habitación que compartían.

Cayeron juntos en la amplia cama, sin dejar de compartir besos y caricias, exigentes por el contacto del otro. Lee quitó la camiseta del menor, dejando al descubierto su amplio pecho, del cual no perdió tiempo en recorrer con caricias.

Jaemin detuvo al castaño, para así, cambiar posiciones y quedar sobre él, exactamente sentado en su intimidad.

-Eres precioso -alagó el mayor, al tener semejante vista sobre él.

El rubio aprisionó su labio entre sus dientes, no dejando escapar ningún gemido.

Jaemin comenzó a balancear sus caderas, provocando una fricción entre su trasero y el miembro de Jeno, ambos dos se derretían ante las sensaciones tan placenteras que arrollaban a sus cuerpos.

-¿Te gusta? ¿Quieres esto? -preguntó el rubio, tomando las manos de su pareja y colocándolas en su trasero.

El mayor asintió efusivamente, apretando la parte trasera de Na.

-Pues, ahora. Vas a follarme muy duro, Lee -jadeo el menor, tomando el cuello de la camiseta de su novio.

-Aja -Jeno iba a volverse loco.

-Tan duro y tan bueno. Vas a follarme hasta que me hagas tener un bebé.

-¿Qué? -preguntó el castaño, algo aturdido por la excitación.

-¿Qué?

Quizás ser exigente no había sido una buena opción, pero se dejó llevar por el momento y había soltado esas palabras sin ser muy consiente.

-¿Qué fue lo que dijiste, Jae? -el mayor se sentó en la cama, aun con su pareja sobre su regazo.

-¿Yo? ¿Qué dije?

Fingir demencia era quizás una opción para pasar por alto su error.

-¿Hablaste de un bebé?

El menor bajo del regazo de su novio, ya rendido.

-No, olvídalo, cielo.

Lee lo tomó del rostro para poder mirarlo a los ojos, estaba realmente serio ante el tema.

-Jaemin, ¿quieres tener un bebé?

-Yo... -terminó por asistir cabizbajo.

-¿Por qué no me lo dijiste? -Jeno se oía preocupado.

-Lo intenté, pero fallé. Y esto fue lo último qué se me ocurrió...

-Debiste decírmelo. Porque a mí también me agrada la idea -el menor levantó su mirada, cargada de esperanza-. Y un bebé se debe hacer con mucho cariño, ¿no crees?

-Renjun me dijo que Chenle nació por accidente.

-Eeh, sí, él y Mark son especiales. El punto es que, nuestro bebé puede provenir de nuestro amor y deseo.

El menor sonrió alegre, era lo que más deseaba en el mundo y Jeno también lo quería.

Jeno no dejó de amarlo en ese momento, se volvieron uno solo, con la finalidad de buscar ese pedazo de cielo que anhelaban.

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