𝘤𝘰𝘮𝘰 𝘴𝘦 𝘤𝘰𝘯𝘰𝘤𝘪𝘦𝘳𝘰𝘯 𝘭𝘰𝘴 𝘢𝘥𝘶𝘭𝘵𝘰𝘴

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Años atrás.

Jaemin iba a la universidad junto a Renjun, ambos se conocían desde la secundaria, desde ese momento se volvieron inseparables, compartían muchas cosas en común, al igual que el mismo cariño por la docencia, que es lo que ambos soñaban ser en un futuro.

Los padres de Renjun todavía vivían en China, a quienes veía solo para las fechas importantes y para vacaciones. El mayor vivía con una tía suya, a unos minutos de la universidad, mientras que Jaemin vivía en las residencias de la misma. Tenían un pequeño grupo con el cual siempre salían, aparte de su grupo dentro de las clases, no eran muy «populares», pero ambos eran medianamente extrovertidos y no tenían problemas para congeniar con las personas.

—Pequeño, encontré una nueva cafetería a la vuelta de aquí, no tenía idea de que existía hasta que mi hermana me llevó —habló Lee Taeyong, su compañero de cuarto, un año mayor que él—. Sirven el mejor waffle que haya probado jamás.

El rubio continuaba leyendo su libro desde la cama, sus interacciones siempre eran de ese tipo, Taeyong hablaba hasta por los codos como si el tiempo se le estuviera acabando y Jaemin lo escuchaba sin prestar demasiada atención, pero prestándole atención.

—Quizás vaya, siempre aciertas en todas las recomendaciones que me haces, así que...

—Y este no puede fallar. Deberías llevar a tu novio allí, le gustará —sí, Tae creía que Renjun era su pareja, y aunque lo negara una y otra vez, era inútil.

—Sí, seguramente llevaré a Renjun, quien no es mi novio.

...

—¿Esta es otra recomendación de tu amigo? —cuestionó el chino, cuando ambos estaban afuera de la cafetería.

—Así es. Ni siquiera entramos, así que deja de quejarte —lo retó.

Con un suspiro, se rindió.

Los dos amigos se adentraron al lugar, el cual tenía una linda ambientación, como si fuera algo retro, pero con una decoración que la hacía ver delicada.

Tomaron asiento en los sillones al lado de la gran ventana, sobre la mesa había un porta servilletas y un pequeño panfleto donde se leía las cosas que servían en el lugar. Jaemin fue el primero en agarrarlo y buscar en la sección de «postres». Renjun, por otro lado, estaba embobado con otra cosa.

—Jae —susurró disimuladamente—. Mira a ese chico, atrás tuyo, ¿crees que sea gay?

Jaemin lo miró extrañado, esperó a que su amigo apartara la mirada para poder asomarla hacia el muchacho, sin llamar la atención. Allí vio a un chico, más o menos de su edad, ojos color almendra, cabello castaño oscuro y vistiendo una camiseta de Bon Jovi. Bebía un batido mientras revisaba algo en su celular, no estaba para nada mal.

—No parece gay.

—Nadie realmente parece gay, pero casi todos lo son —espetó el más bajo, mirando casi sin disimulo al muchacho—. Es ardiente.

—Okey, ya. Vinimos a comer algo, no a alguien —el mayor chasqueó la lengua y tomó el panfleto.

—Buen día, chicos. ¿Ordenarán algo? —uno de los camareros se acercó hasta su mesa.

—Eh, sí, nosotros...

Jaemin dejó de respirar en ese momento, frente a él se encontraba el camarero más guapo que jamás haya visto. Ojos filosos, labios medianamente delgados, mandíbula marcada, cabello oscuro y la maldita mejor sonrisa.

—Vamos a querer waffles.

Renjun se encargó de hacer el pedido, ya que Jaemin no salía de su ensoñación, el rostro de aquel joven, lo había dejado en las nubes.

—Vinimos a comer algo, no a alguien, Jaeminnie —sonrió el mayor con malicia.

—¿Acaso viste su rostro? Dios mío, debería ser ilegal andar así por la vida, provocándole infartos a las personas.

—Y luego, yo soy el exagerado.

—Jamás volveré a decirte así —Renjun sonrió, sintiéndose vencedor—. ¿Crees que sea gay?

—Dame unos minutos y mi radar gay se encenderá.

𝘛𝘩𝘦 𝘊𝘶𝘳𝘪𝘰𝘶𝘴 𝘉𝘢𝘣𝘺 ─ 𝙉𝙊𝙈𝙄𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora