𝘛𝘩𝘦 𝘊𝘶𝘳𝘪𝘰𝘶𝘴 𝘉𝘢𝘣𝘺 ─ 𝙉𝙊𝙈𝙄𝙉

𝘤𝘰𝘯 𝘤𝘶𝘭𝘱𝘢

Los enfermeros se encargaron de llevar al niño para que fuera atendido, mientras Jeno esperaba que Jaemin llegara.

Este llegó en menos de diez minutos, acompañado de sus padres.

—Cariño, ¿dónde está Jisung? —fue lo primero que preguntó el rubio al llegar hasta su esposo.

—S-se lo llevaron los enfermeros.

—¿Cómo pasó?

—Y-yo, lo s-siento —la voz del mayor comenzaba a quebrarse—. Estaba al teléfono y-y tenía l-la cabeza en otro lado, n-no me había da-dado cuenta que él había cruzado la calle...

Los nervios de Jeno estaban por las nubes.

Jaemin estaba a punto de hablar, pero se vio interrumpido por su propio padre, quien tomó a Jeno de la camisa y lo estampó contra la pared de la sala de espera.

—¡Tú eres el maldito culpable! —espetó Baekhyun, enfurecido—. Ni siquiera sirves para ser un buen padre, maldito inútil.

—¡Basta, papá! —Jaemin intentó alejar a su padre.

Aunque este no cedía y parecía que en cualquier momento iba a golpear a Jeno.

—Baekhyun, detente —exclamó su esposa, tomándolo del brazo y alejándolo de Jeno.

—Es un maldito idiota, no le da la talla para ser un buen esposo, mucho menos para ser un buen padre, mira donde terminó mi nieto —apuntó al pelinegro.

—¡Basta! —Jaemin se interpuso—. No dejaré que hables así de él.

—Date cuenta, Jaemin, él nunca será suficiente para ti.

—Cállate, papá, esto no es asunto tuyo, así que, mejor vete.

El hombre miraba confundido a su hijo, sin creer realmente que le había pedido aquello, miró a Jeno que lloraba en silencio y luego salió del lugar. Taeyeon estaba muy angustiada, se limitó a disculparse y a pedirle a Jaemin que le avisara cualquier cosa que supiera de Jisung, y así, salió tras su esposo.

—Jae, lo siento —sollozó el mayor.

—Tranquilo, amor, fue un accidente —derramó unas cuantas lágrimas, mientras abrazaba a su esposo.

Al cabo de unas horas, un médico se acercó hasta ellos, explicándole que su hijo estaba bien, el choque no había sido de extremo impacto, Jisung tenía quebrado un brazo y había recibido un fuerte golpe en su cabeza, pero tras varios exámenes y estudios, todo había salido bien y él estaba bien, completamente fuera de peligro.

Jisung ya se encontraba en una sala, por lo que la pareja pudo ir a verlo. El niño yacía dormido sobre la cama de hospital, tenía algunos raspones en su cara y cuerpo, su brazo izquierdo tenía un yeso y tenía una venda en el lado derecho de su frente.

—Iré a comprar algo de comida, ninguno de los tres comió y Jisung seguro tendrá hambre al despertarse —dijo el mayor, luego de unos minutos de estar en la habitación.

—Está bien.

Jaemin quedó sentado a un lado de su pequeño, verlo así le partía el corazón, aunque tenía la certeza de que estaba fuera de peligro, no podía evitar pensar cuando era tal solo un bebé que luchaba por su vida, no fue consciente de que había comenzado a llorar en silencio.

—¿Papi?

—Cariño —acarició su brazo sano—. ¿Cómo te sientes?, ¿estás bien?

—¿D-dónde está papá? —preguntó preocupado, mirando por toda la habitación.

—Fue a comprar algo para comer, ya vendrá.

—T-tengo que pe-pedirle perdón...

El mayor lo miró extrañado.

—¿Por qué, cielo?

—Porque f-fui desobediente —el pequeño comenzó a llorar, pero aun así, habló entre hipidos—. Pa-papi, no te e-enojes con él, fue mi culpa, y-yo crucé la c-calle solo.

—No digas eso, cariño, no es culpa de nadie, fue solo un accidente, a cualquier le puede pasar.

El mayor consoló a su niño, mientras secaba sus lágrimas.

...

—Él está bien, el doctor dijo que mañana ya puede volver a casa.

—Gracias a Dios, cuando Taeyeon me lo contó, no lo podía creer, tu padre estaba como loco y tu tía todavía más —habló su madre a través del teléfono.

—Soy el peor padre de la historia —suspiró el pelinegro, mientras se apoyaba en el barandal del balcón.

—Amor, nadie nace sabiendo, mucho menos al momento de ser padres, nunca serás perfecto en cuanto a la paternidad se trata, errores cometemos todos, por un simple descuido pueden ocurrir cosas que nunca esperamos que pasen, pero está fuera de nuestro alcance y porque somos humanos.

—Gracias por siempre saber qué decir, ma —rio amargamente—. Tú sí que eres la mejor.

—También tengo mis errores.

—Yo no tengo quejas.

La mujer rio dulcemente, como siempre solía ser.

—¿Cómo está mi niño?

—Ahora está durmiendo y Jae fue a comprar un poco de café —dio una mirada a través de la puerta de cristal, y efectivamente, su hijo continuaba durmiendo.

—Todo saldrá bien, cielo, ten fe.

Con unas cuantas palabras más, se despidió de su madre, quien le prometió que luego iría a verlos a los tres. Ella no quería ser una molestia, aunque nunca lo era.

—Aquí estás —salió Jaemin por la puerta hasta el balcón.

El rubio se plantó a un lado de su esposo, contemplando la vista nocturna de la ciudad y la tranquilidad desde ese lugar.

—¿Por qué continuas conmigo? —cuestionó el mayor, sin dirigirle la mirada a su esposo.

—¿De qué hablas, Jen?

—Soy un fracaso.

Jaemin se dio media vuelta, tratando de buscar la mirada de Jeno, pero este continuaba mirando hacia la nada.

—No tengo un título, no tengo un buen puesto en mi trabajo, no puedo pagar una mejor casa, no soy un buen esposo y menos un buen padre, soy un desastre —habló con la cabeza gacha—. Te mereces alguien mejor. A fin de cuentas, tu padre tenía razón.

Jaemin notó las lágrimas que corrían por las mejillas del mayor.

—Él está equivocado. No tiene idea lo especial que eres y lo feliz que me haces, él no ve lo que yo veo en ti. No necesito un castillo y un príncipe para ser feliz, te necesito a ti —tomó el rostro de su esposo y lo obligó a levantar la mirada—. Errores comete todo el mundo, yo tampoco soy un buen padre y tampoco un buen esposo.

—Te equivocas, eres perfecto.

—Así es como tú me ves, y yo veo lo mismo en ti. Eres perfecto para mí, y me diste un perfecto hijo, no puedo ser más feliz, Jen.

—¿De verdad?

El menor asintió, tomando la mano del pelinegro, apretándola entre las suyas, para luego depositar un beso. Secó las mejillas mojadas de su esposo, dedicándole una sonrisa, la cual Jeno se encargó de deshacer con un beso.

—Te amo, Jeno.

—Yo te amo más.

fin...

...del capítulo