𝘛𝘩𝘦 𝘊𝘶𝘳𝘪𝘰𝘶𝘴 𝘉𝘢𝘣𝘺 ─ 𝙉𝙊𝙈𝙄𝙉

𝘤𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘫𝘪𝘴𝘶𝘯𝘨 𝘴𝘦 𝘴𝘪𝘦𝘯𝘵𝘦 𝘮𝘢𝘭

Todas las mañanas, Jaemin salía temprano a trabajar, desde que Jisung había nacido, sabía que tenía que tomar la decisión de dejar uno de sus puestos en una de las escuelas. Por lo que renunció al jardín de niños, en el que trabajaba, quedando solo en la escuela primaria, donde solo le ocupaba la mañana, en la tarde se quedaba con su hijo.

Jeno trabaja por la tarde, así que entre ellos dos se manejaban para cuidar al niño, ya que desconfiaban de dejarlo con algún desconocido. Los días en los que Jeno debía hacer más horas de lo normal, lo dejaban en casa de Renjun, él no tenía problema con cuidarlo.

Pero ahora que Jisung había comenzado el jardín, Jeno solo se encargaba de llevarlo y traerlo, por supuesto, también se encargaba del almuerzo.

-Ji, vamos, debemos ir al jardín -habló el pelinegro.

El niño seguía durmiendo. Jeno tuvo que hablarlo dos veces más, hasta que el niño comenzó a estirarse sobre su cama, a bostezar y posteriormente, abrió sus ojos.

-Papi, no quiero ir.

-¿Por qué, cielo? -el mayor tomó asiento en la orilla de la cama, mirando con preocupación a su hijo.

-Tengo mucho sueño y frío -se quejó Jisung, abrazándose a sí mismo.

Era plena primavera y el clima estaba cálido, es más, los rayos del sol entraban por las rendijas de la persiana americana, atravesando las cortinas blancas. Jeno se extrañó, no creyó que fuera mentira de su hijo, él adoraba ir a la escuela. Llevó su mano a la frente del niño, la cual estaba muy caliente, al igual que sus mejillas y pecho.

El mayor accedió a que su hijo se quedara en cama, lo arropó bien y salió en busca de su teléfono, llamaría a su madre para ver que podía hacer.

Su madre lo primero que hizo fue tranquilizarlo, explicándole que primero le tomara la temperatura al niño.

Jeno, como medida de precaución, anotó todo lo que su madre le decía en un pequeño papel, para no saltearse nada. Al cortar la llamada fue rápido a buscar todo lo necesario para atender a su niño. Cuando le tomó la temperatura, notó que esta estaba un poco elevada, así que procedió a darle un jarabe y hacer que tomara un poco de agua fresca.

-Papi, quiero hacer pipí -anunció el pequeño.

-Está bien, yo te llevo.

El pelinegro alzó al niño y lo llevó al baño, no sin antes colocarle sus pantuflas. Lo llevó hasta el baño y le dio al pequeño su privacidad, Jeno esperó unos segundos y luego le pidió permiso para entrar nuevamente, el niño estaba parado sobre su banquito, lavando sus manos.

-¿Quieres tomar una ducha? -preguntó el mayor-. Así te sientas mejor.

-Quiero dormir, papi.

-Puedes tomar una ducha, te dejo jugar un rato en el agua y luego te acuestas en la cama -sugirió el mayor, rogando que el niño aceptara, una ducha podría bajar la temperatura de su cuerpo.

El menor se lo pensó por unos segundos, jugar en la bañera sonaba tentador, por lo que terminó aceptando. Jeno preparó el agua, debía estar algo tibia.

Lo duchó rápido y luego puso una tapa en el sumidero, llenando un poco la bañera, mientras salía en busca de algunos juguetes que Jisung le había pedido.

-¿Puedo tomar un poco de chocolatada después? -preguntó el niño mientras recibía sus juguetes.

-Claro, iré a prepararla ahora, si necesitas algo, llámame.

El niño asintió y comenzó a jugar a quien sabe qué.

Jeno fue hasta la cocina, también debía calcular a qué hora le debía dar nuevamente el jarabe. Mientras preparaba la chocolatada, cayó en cuenta que no le había avisado a la maestra de Jisung, que él faltaría, así que cogió rápido el teléfono y marcó a la escuela.

...

Al mediodía llegó Jaemin, muriendo por ver a su niño y comer algo.

-Hola, cariño -se acercó hasta su esposo en la cocina y le dio un beso-. ¿Cómo estás?

-Muy bien, amor. ¿Cómo te fue hoy?

-Un poco agotador, estamos viendo temas nuevos con los niños -se dirigió a la heladera para tomar un poco de agua-. ¿Jisung?

-Está acostado, hoy no fue a la escuela -Jaemin estaba por protestar-. Estaba con un poco de fiebre, pero ya se siente mejor, le di un poco de jarabe y tomó una ducha.

-¿De verdad? Pobre de mi pequeño. ¿Llamaste a la escuela? -Jeno asintió.

Jaemin dejó otro beso en los labios del mayor y subió directo a la habitación del niño, pero este se encontraba profundamente dormido, por lo que solo se acercó a verificar su temperatura y dejar un besito en su frente.