𝘛𝘩𝘦 𝘊𝘶𝘳𝘪𝘰𝘶𝘴 𝘉𝘢𝘣𝘺 ─ 𝙉𝙊𝙈𝙄𝙉

𝘤𝘶𝘢𝘯𝘥𝘰 𝘭𝘭𝘶𝘦𝘷𝘦

El sol se había escondido tras unas grises nubes y no faltó mucho para que comenzara a llover, al principio eran unas escasas gotas, pero con el correr de los minutos se fue potenciando.

A Jisung le gustaba la lluvia, porque sus padres le ponían su traje azul y sus botas rojas, así podía salir al patio y saltar en los charcos de agua, sabiendo que después de jugar entraría a casa a tomar una ducha y su papá Jae le prepararía chocolatada caliente. Pero lo que no le gustaba a Jisung era la lluvia acompañada de relámpagos y truenos.

Por lo que en ese momento, permanecía en los brazos de su papá Jae, quien se encargaría de protegerlo.

—Cielo, ve a buscar velas, la lluvia se está intensificando —susurró el rubio, mientras tapaba los oídos de su niño.

—Ahora voy por ellas.

Un estruendoso trueno sonó afuera, asustando aún más al pequeño.

—¡Papi! —chilló asustado—. Tengo miedo.

—Tranquilo, cariño, pronto parará.

Jeno por fin llegó con las velas, las dejó a un lado por seguridad, cuando se presentaban tormentas eléctricas era normal que a veces cortara la luz, como ese preciso momento.

La luz se fue de la casa y solo se escuchó el grito y llanto de terror del menor, acompañado con la tormenta del exterior.

—Ya, cielo, solo se fue la luz, con papi estamos aquí —Jae intentó tranquilizar al niño.

Mientras, Jeno corría en busca de las velas y el encendedor, buscó algo donde colocarlas y la llevó de nuevo a la sala. De un momento a otro, el lugar estaba iluminado por varias velas, lo cual logró calmar un poco a Jisung.

—Papi, quiero chocoratada —pidió el niño mientras secaba sus lágrimas.

—Está bien, prepararé para todos —Na hizo el amago de levantarse, pero su hijo no lo dejó, amenazando con llorar de nuevo.

—No te vayas.

—Pero debo preparar la chocolatada, Ji —el menor se negó.

—Papi Jen.

—Si tu padre prepara la chocolatada, quemará todo —el pelinegro se sintió ofendido ante tal comentario.

Jeno notó que su pareja le pedía ayuda con la mirada, por lo que su foco se prendió, salió corriendo de la sala. Jaemin quedó en el sillón suspirando con su hijo en brazos, pero mágicamente, Lee volvió con una caja de juguetes.

—Mira, Ji, traje tus legos —habló el mayor, tomando asiento en el suelo.

El niño salió de los brazos de su papá Jae y miró lo que Jeno estaba haciendo.

—¿Quieres armar la estación de policía? —el menor asintió—. Ven, ayúdame.

Con una sonrisa, el pequeño bajó del regazo de su padre y se aproximó a armar la estación de policía con los legos, mientras Jaemin aprovechaba en escapar a la cocina.

—La granja, papi —apuntó el niño, mientras buscaba la caja.

—¿Quieres armar la granja también?

—Sí.

Montaron la estación de policía y la granja en un instante, ambos eran fanáticos de esos bloques.

—Yo soy el policía -el niño agarró el muñeco de policía.

—Yo seré el granjero.

Comenzaron a meterse en sus roles, Jisung se encargaba de manejar otros muñecos en la estación, mientras Jeno se encargaba de otro granjero y los animales.

—¡Policía, policía! —agudizó su voz, entrando en el personaje—. Se escapó mi caballo, ayuda.

El niño reía por lo extraña que sonaba la voz de su padre.

—Nosotros lo ayudamos —Jisung movía al pequeño muñeco.

En ese momento, sonó un trueno, asustando al niño, pero Jeno trató de distraerlo rápidamente.

—¡Aah, policía, me dan miedo los truenos! —gritó el pelinegro, moviendo exageradamente al muñeco.

—Papi, así no dicen los ganjeros —carcajeó el menor.

—Pero él tiene miedo.

Ambos reían, distrayéndose por un momento del juego principal. Desde la entrada, Jaemin los observaba con una gran sonrisa tonta, esos dos lo eran todo en su vida.