𝘛𝘩𝘦 𝘊𝘶𝘳𝘪𝘰𝘶𝘴 𝘉𝘢𝘣𝘺 ─ 𝙉𝙊𝙈𝙄𝙉

𝘭𝘰 𝘲𝘶𝘦 𝘴𝘪𝘦𝘮𝘱𝘳𝘦 𝘴𝘰𝘯̃𝘦́

Jaemin observó a su pequeña Lami, durmiendo plácidamente en su cochecito, empujó este mismo hacia el exterior de la casa, precisamente al patio, el clima estaba de maravilla y el sol estaba lo bastante elevado como para entibiar un poco la mañana.

Volvió al interior de la casa, procurando cerrar la puerta movediza de cristal, caminó hacia la cocina y buscó una olla y un cucharón de madera, sin mucha prisa fue hasta la sala principal de la casa y se plantó allí, para luego levantar la olla sobre su cabeza y con la otra mano, comenzar a golpear una y otra vez, provocando un instante ruido por toda la casa.

—¡Arriba todos! ¡Vamos! —gritó el rubio, sin dejar de golpear aquella olla con el cucharón.

El primero en bajar fue Jeno, corrió escaleras abajo a toda prisa, con los ojos abiertos en su totalidad y la saliva seca a un costado de su boca.

—Cielo, ¿qué haces? —cuestionó preocupado—. Vas a despertar a la bebé.

—Ella está afuera —señaló el cochecito en el patio.

—Entonces, ¿estás loco?

—Nunca lo vuelvas a repetir, Lee —aseguró el menor, apuntando las partes privadas de su esposo con el cucharón.

—Solo preguntaba, cielo...

—¿Qué es todo este alboroto? —preguntó Giselle, todavía adormilada y confundida—. Jae, cariño, estamos aquí para descansar. Unas pequeñas vacaciones, alejados del ruido de la ciudad, ¿qué carajos haces con esa olla?

Detrás de ella apareció Ningning, todavía más confundida, parecía tener marcada la sábana en la cara.

—Hoy es un día especial y se me ocurrió hacer un almuerzo especial —respondió el menor.

—Aún son las nueve de la mañana, amor.

—Bueno, Jen, un desayuno.

—¿Qué es hoy? —Giselle todavía estaba confundida y con sueño.

—Mi princesa cumple un mes —dijo Jaemin, con sus ojos cristalinos.

—¡Es cierto! —exclamó Jeno, saliendo al patio en busca de Lami.

—Bien, iré a llenar de besos a esa criatura, tú levanta a los demás.

Jaemin saludó y se disculpó con Ningning, no quería interrumpir su sueño, pero sí el de los demás.

Giselle había ofrecido su casa de verano para pasar unas pequeñas vacaciones allí, en un lugar tranquilo y a unos pasos de la playa, Eunseok moría por conocer una playa y también sería la primera vez de Lami, también invitaron a sus amigos, Mark y Renjun, y claramente, a la garrapata de Jisung, Chenle.

Al llegar a la primera habitación, la puerta se abrió sola, dejando ver a un adormilado Eunseok, tallando su ojo y dejando escapar un bostezo.

—¿Qué es todo ese ruido, papi?

—Mi pequeño corazón, ¿te asustaste? —se agachó hasta quedar a su altura y lo envolvió entre sus brazos.

—Solo un poco.

—Lo siento, cielo —consoló a su pequeño con un par de besos en su frente—. Ahora, todos bajaremos y vamos a desayunar juntos, ¿sí?

El niño asintió con una sonrisa.

—Papi...

—Dime, cariño.

—No quiero dormir junto a Jisung y Chenle, prefiero dormir con papá y contigo —comentó el niño, por lo bajo.