𝘛𝘩𝘦 𝘊𝘶𝘳𝘪𝘰𝘶𝘴 𝘉𝘢𝘣𝘺 ─ 𝙉𝙊𝙈𝙄𝙉

𝘶𝘯 𝘳𝘦𝘷𝘰𝘭𝘵𝘰𝘴𝘰 𝘺 𝘶𝘯 𝘵𝘳𝘢𝘯𝘲𝘶𝘪𝘭𝘰

Al igual que Chenle, al cumplir su primer año, el pequeño Jisung tuvo un cambio drástico. Ya no era ese niño travieso y caprichoso, ahora era más tranquilo y muy tímido, pero lo curioso no se lo sacaba nadie.

Había cumplido tres años y con Chenle eran uña y mugre, se llevaban muy bien. Jisung adoraba ir a la casa de los Huang, se la pasaba horas y horas allí, aunque Renjun renegaba mucho por sus travesuras, pero sabía que todas eran generadas por su propio hijo.

—Mark, ¿puedes ir a mirar que están haciendo los pequeños? —apareció el chino en el marco de la entrada a la sala.

El mayor asintió y subió sigilosamente a la habitación de juegos que tenía Chenle, se quedó a un lado de la entrada para ver si lograba escuchar algo.

—¿Te gusta? —esa era la voz de su hijo.

—Sí —contestó el menor.

El mayor quedó extrañado, ¿a qué estaban jugando esos dos?

—Muy bonito —habló nuevamente el mayor.

Mark asomó un poco la cabeza, para lograr ver qué hacían ambos niños, y quiso morirse en ese instante.

—Hola, papi —saludó Chenle al notar a su progenitor en la entrada—. Estamos jugano a la puluquería.

Ambos tenían cortes en distintos lados de su cabello, dejando varios mechones muy cortos, en el piso, la clara evidencia, y Chenle portaba la tijera de la cocina, mientras le sonreía a su padre. Jisung simplemente se encogió en su asiento al ver que Mark no portaba una sonrisa en su rostro.

—Cariño, ¿pasó al-

Renjun quedó petrificado al ver tal escena, ¿cómo se lo explicaría a Jaemin y a Jeno?

Su hijo le sonreía como si hubiera hecho la mejor hazaña de su vida, mientras Jisung parecía que ya lloraba, y así fue.

—Tranquilo, cielo —trató de consolarlo, mientras se acercaba a abrazarlo y veía la escena del crimen.

Con unas extrañas señas, le indicó a su esposo que llamara a Jaemin.

...

En menos de cinco minutos, llegó Jaemin acompañado de Lee, al ver a sus padres, Jisung salió corriendo hasta ellos, el rubio lo consoló y lo tranquilizó, cuando se alejó del pequeño para secar sus lágrimas, vio el desastre que era el castaño cabello de su niño, miró fugazmente a Chenle, para luego mirar a sus amigos.

—¿A qué estuvieron jugando?

—A la peluquería —respondió Mark.

Jaemin revisó la cabellera de su hijo, la cual era un desastre.

—Perdón —habló su pequeño entre hipidos.

—Está bien, cielo —Jaemin secó las lágrimas del niño—. Pero sabes que no deben jugar a ese tipo de juegos, mucho menos con cosas filosas.

—Fue Lele.

—¿Él tuvo la idea, cariño? —preguntó el chino, recibiendo una afirmación por parte de Jisung.

Los padres de ambos niños suspiraron, no podían hacer nada ante la situación, más que enseñarle a los dos que no debían hacer ese tipo de cosas. Por supuesto, aquel par fue llevado directamente a una peluquería infantil para arreglar el desastre, el peluquero hizo lo que estuvo a su alcance.

Mientras volvían a su hogar, Renjun pensaba que había pasado con su hijo del pasado, el que era callado, sereno y bien portado. Ahora, Chenle era una bomba, que estallaba a cada dos por tres, salía con cada loca ocurrencia y lo peor era, que Jisung lo seguía en cada una de ellas.