𝘤𝘰𝘴𝘢𝘴 𝘲𝘶𝘦 𝘫𝘪𝘴𝘶𝘯𝘨 𝘯𝘰 𝘦𝘯𝘵𝘦𝘯𝘥𝘦𝘳𝘪𝘢

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Luego de pasar el día en casa de Giselle,  al caer la noche, la pequeña familia volvió a su hogar.

Al llegar a casa, cada uno hizo sus cosas con normalidad, era turno de Jeno de preparar la cena, mientras Jaemin iba a tomar una ducha, pero esta fue interrumpida.

—¡Papá Jae! —lo llamó Jisung desde su habitación.

El mayor suspiró, estaba a punto de cerrar la puerta del baño y tomar una relajante ducha. Salió del baño y se dirigió hasta la habitación de Jisung.

Al llegar a la puerta de la habitación, tocó antes de entrar, Jisung ya comenzaba a adentrarse en otra etapa de su vida y sabía que necesitaba que sus dos padres respetaran su privacidad.

—Pasa.

Entró a la habitación y encontró a su hijo rebuscando algo en su armario, la mayor parte de sus prendas yacían tiradas en el suelo.

—¿Qué sucede, cielo? —trató de ignorar el desorden.

—¿Dónde está mi pijama? —preguntó sin mirar a su padre—. El que me regaló Chenle.

El mayor suspiró y se acercó hasta el armario, abriendo las puertas continuas, dónde Jaemin colgaba los abrigos de su hijo.

—Lo puse aquí, hijo. Me dijiste que siempre se arrugaba cuando lo guardabas en los cajones, así que lo colgué aquí.

Al ver el conjunto de pijama, el menor sonrió, sintiéndose tranquilo de que no había perdido algo que su mejor amigo le había regalado.

—¿A dónde tienes esa cabeza tuya? —cuestionó el mayor, entregándole las prendas a su hijo y acercándose para dejar un beso en su cabeza—. Hace dos días te dije lo del pijama.

—Lo siento, pa.

—Está bien, mi pequeño. Dime, ¿te divertiste en casa de tía Giselle? —sin darse cuenta había comenzado a doblar algunas prendas que había sobre la cama.

—Pues sí, es lo mismo para mí.

—Quizás, deberías sacar un poco tu cabeza de ese teléfono y realmente pasar tiempo con tu tía, verás que es una gran persona y también podría llegar a ser una gran amiga, al igual que lo es con tu papá. Él no tuvo hermanos o hermanas, pero tuvo a Giselle.

—Eso lo sé, pero tía Giselle, es algo intensa —soltó la última palabra a cuestas, no quería sonar despectivo—. Me trata como a un niño pequeño, está todo el día encima de mí, y es algo frustrante.

—También es así con tu padre, pero es su forma de demostrar todo el amor que te tiene —colocó una de las prendas en la cama y miró a su niño.

El menor suspiró, no queriendo hacerse a la idea de que debía acostumbrarse a ese tipo de cariño por parte de su tía.

—Y ¿por qué directamente no tuvo hijos? —preguntó con un tono frustrado.

El semblante del rubio cambio al momento de oír aquello.

—Ella no puede tener hijos, cariño.

—¿Por qué? —tenía miedo de preguntar—. Ella adora los niños.

—Es complicado, no es decisión de ella, simplemente su cuerpo no le permite tener hijos —el mayor sabía que Jisung no entendería aquello, tampoco quería ser explícito en algo que no le concernía—. Es por eso que ella ve a Jeno como un hijo, al igual que a tí.

El menor se sintió mal por todo lo que había dicho con anterioridad, su tía jamás demostró ser sensible ante el tema, ella siempre andaba con una sonrisa bien puesta.

—No sabía eso, lo siento.

—Está bien, cielo. Pero, por favor, no lo comentes frente a ella, es algo difícil —acunó el rostro de su hijo.

...

Años atrás.

Jeno y Jaemin ya habían cumplido un año como pareja, y el rubio ya conocía a casi toda la familia de Jeno, por supuesto, que en ese momento fue presentado como «el amigo de Jeno», ahora era su pareja y no todos sus parientes lo sabían, pero quien sí lo supo desde un principio, fue Giselle, la tía de Jeno.

Ella era su confidente y era quien sabía todo sobre el pelinegro, además de quien lo encubría en cualquier cosa, una tía muy buena onda.

—Yo supe desde el primer momento en que viniste aquí, que mi Jeno no te veía como un simple amigo —comentó la mujer, mientras tomaba de su té—, este niño desbordaba amor por los ojos cuando te miraba, luego de la primera visita que me hiciste, yo se lo dije: «Ese niño te gusta, no me lo niegues».

Jeno, quien estaba sentado a un lado de su novio, en el sofá más grande, no sabía dónde esconderse, se suponía que su tía estaba de su lado, entonces ¿por qué lo estaba exponiendo ahora?

Jaemin a su lado sonreía tímidamente, jamás pensó que Jeno estaba enamorado de él desde tiempo atrás, siempre pensó que estas miradas que el mayor le dedicaba solo eran parte de su imaginación, que solo en su mente, esas miradas significaban algo.

—Oh, y todavía no te mostré el álbum de fotos de mi Jeno —recordó la mujer, para luego correr hasta el segundo piso.

—¡Tía, no es necesario!

—Déjala —susurró el rubio, tomando la mano de su novio—. Ella solo está emocionada.

—Pero que se emocione de otra manera, no mostrando mis fotos de pequeño.

El menor rio por lo bajo.

—Cuando vayas a mi casa te mostraré mis fotos, ¿te parece?

—Está bien —contestó el mayor, reemplazando su mueca por una sonrisa y dejando un pequeño beso en los labios ajenos.

—¡Aquí está!

Giselle volvió con gran álbum de fotos en sus manos y con una sonrisa de oreja a oreja. Llegó hasta ellos y obligó a Jeno a que se hiciera a un lado y así ella pudiera sentarse en medio de la pareja.

Comenzó a mostrar las primeras fotos a Jaemin, tenía fotos hasta de las ecografías de su hermana, fotos de cuando Jeno recién había nacido, hasta la primera noche de Jeno en su casa, era realmente tierno, aunque podía sentir lo avergonzado que estaba Jeno, era lindo como su tía demostraba sin pudor ese gran cariño que le tenía a su sobrino, casi como si fuera su propio hijo.

—¿Usted no tuvo hijos? —cuestionó Jaemin, aun manteniendo esa cálida sonrisa, que se desvaneció al ver la expresión de Jeno.

La sonrisa de la mujer se tornó algo melancólica.

—No, no tengo hijos. Yo, no puedo tener hijos, por un error del pasado, ahora no puedo vivir esa bonita experiencia.

Jaemin se arrepentía de preguntar.

—L-lo lamento mucho, no quería s-ser tan curioso —se disculpó inmediatamente.

—No debes disculparte, es lo que todo el mundo me pregunta —habló de manera serena—. Ven que soy una loca por mi único sobrino y me preguntan por qué no tuve hijos, antes de estar codiciando un hijo ajeno, siempre los quise tener, pero no puedo.

Jaemin la miró con compasión, lamentaba aquello, a pesar de no conocer del todo a Giselle. Jeno abrazó a su tía, en un intento de consolar, pero no era del todo necesario.

𝘛𝘩𝘦 𝘊𝘶𝘳𝘪𝘰𝘶𝘴 𝘉𝘢𝘣𝘺 ─ 𝙉𝙊𝙈𝙄𝙉Donde viven las historias. Descúbrelo ahora